Todo fue perfectamente en el proceso de elaboración, hasta que después de levar 12 h. a temperatura ambiente, traté de crear tensión en la masa.
Como si tuviera vida propia, la masa se rebeló, y decidió emprender camino por su cuenta desparramándose por la mesa de trabajo.
Su rebelión no iba a ganar la batalla a mi tenacidad. Primero, porque siempre trato de resolver los inconvenientes que se me presentan y segundo, porque no me gusta nada desperdiciar ningún alimento. Había que resolverlo.
Primero la traté como una masa cualquiera en sus inicios, y la amasé por el método francés con los intervalos de amasado y reposo. Se me resistió. En algún momento estuve indecisa entre seguir intentándolo o tirar la masa a la basura. Ganó lo de las segundas oportunidades. Me puse a ordenar un armario y dejé la masa en reposo como si fuera el inicio de la elaboración.
No puedo decir el tiempo que estuvo en reposo, pero calculo que unas 2 horas. Después de la comida, había levado lo suficiente como para llenar el cuenco donde preparo las masas de pan y estaba llena de burbujas.
Volqué de nuevo sobre la mesa de trabajo, y esta vez si, pude crear tensión. La coloqué en el banetón y la tuve en reposo tapada con una bolsa de plástico, como indica la receta durante 50 minutos.
El resultado lo podéis ver en las fotos, y mi cena de hoy también. Salió un pan muy esponjoso, de corteza crujiente y con alvéolos. Pero está claro que en alguna parte fallé en la elaboración, aunque no se en qué punto. Me temo que fue a causa de que, por una vez, medí el agua en mililitros en lugar de en gramos como suelo hacer, y pudo ser la razón. Volveré a repetir, para comprobar. Ahora, vamos al asunto!
Ingredientes
500 gr harina de trigo
1 gr de levadura seca
400 ml agua a temperatura ambiente
10 gr de sal
Elaboración
Ponemos en un cuenco todos los ingredientes, a excepción de la sal.
Mezclamos perfectamente
Amasamos dentro del cuenco dando varios pliegues hacia el centro
Dejamos descansar 40 minutos
Añadimos 10 gr de sal
Mezclamos, estiramos y doblamos dentro del cuenco varias veces, dejamos reposar 20 minutos
Estiramos y plegamos de nuevo, otros 20 minutos de reposo (2º plegado)
Repetir por el paso anterior por tercera vez, y de nuevo hacemos un reposo de 20 minutos.
Repetir por 4º vez el plegado y repetimos otros 20 minutos reposo. Después del 4º plegado, tapamos con un papel film o una tapa que se adapte al cuenco.
Dejamos a temperatura ambiente tapado, durante una noche.
A la mañana siguiente, veremos que tenemos una masa de pan llena de burbujas, y que ha aumentado considerablemente de tamaño.
Espolvoreamos la mesa de trabajo con harina.
Sacamos la masa del cuenco con ayuda de una rasqueta, o con la mano, con extrema delicadeza, nunca metiendo los dedos para que no pierda aire la masa.
Vamos doblando la masa hacia el centro, en una sola dirección para crear tensión, unas cuantas veces. Boleamos.
Colocamos en un banetón espolvoreado de harina. Metemos en una bolsa de plástico 50 minutos a temperatura ambiente.
Ponemos la cocotte en el horno a 260 º.
Colocamos sobre la pala de horno o sobre una superficie lisa y consistente cubierta con papel de horno, volcamos la hogaza, retiramos la harina restante de la hogaza y le hacemos un corte.
Sacamos la cocotte del horno y colocamos el pan con el papel. Recortamos el papel que sobre por la parte de arriba.
Repartimos unas gotas de agua (pocas), por encima, tapamos la cocotte y metemos al horno a 245 º, durante 20 minutos.
Retiramos la tapa y metemos de nuevo al horno a 230 º, 25 minutos más. Sacamos del horno y dejamos enfriar por lo menos 1 hora.
NOTA
Su rebelión no iba a ganar la batalla a mi tenacidad. Primero, porque siempre trato de resolver los inconvenientes que se me presentan y segundo, porque no me gusta nada desperdiciar ningún alimento. Había que resolverlo.
Primero la traté como una masa cualquiera en sus inicios, y la amasé por el método francés con los intervalos de amasado y reposo. Se me resistió. En algún momento estuve indecisa entre seguir intentándolo o tirar la masa a la basura. Ganó lo de las segundas oportunidades. Me puse a ordenar un armario y dejé la masa en reposo como si fuera el inicio de la elaboración.
No puedo decir el tiempo que estuvo en reposo, pero calculo que unas 2 horas. Después de la comida, había levado lo suficiente como para llenar el cuenco donde preparo las masas de pan y estaba llena de burbujas.
Volqué de nuevo sobre la mesa de trabajo, y esta vez si, pude crear tensión. La coloqué en el banetón y la tuve en reposo tapada con una bolsa de plástico, como indica la receta durante 50 minutos.
El resultado lo podéis ver en las fotos, y mi cena de hoy también. Salió un pan muy esponjoso, de corteza crujiente y con alvéolos. Pero está claro que en alguna parte fallé en la elaboración, aunque no se en qué punto. Me temo que fue a causa de que, por una vez, medí el agua en mililitros en lugar de en gramos como suelo hacer, y pudo ser la razón. Volveré a repetir, para comprobar. Ahora, vamos al asunto!
Ingredientes
500 gr harina de trigo
1 gr de levadura seca
400 ml agua a temperatura ambiente
10 gr de sal
Elaboración
Ponemos en un cuenco todos los ingredientes, a excepción de la sal.
Mezclamos perfectamente
Amasamos dentro del cuenco dando varios pliegues hacia el centro
Dejamos descansar 40 minutos
Añadimos 10 gr de sal
Mezclamos, estiramos y doblamos dentro del cuenco varias veces, dejamos reposar 20 minutos
Estiramos y plegamos de nuevo, otros 20 minutos de reposo (2º plegado)
Repetir por el paso anterior por tercera vez, y de nuevo hacemos un reposo de 20 minutos.
Repetir por 4º vez el plegado y repetimos otros 20 minutos reposo. Después del 4º plegado, tapamos con un papel film o una tapa que se adapte al cuenco.
Dejamos a temperatura ambiente tapado, durante una noche.
A la mañana siguiente, veremos que tenemos una masa de pan llena de burbujas, y que ha aumentado considerablemente de tamaño.
Espolvoreamos la mesa de trabajo con harina.
Sacamos la masa del cuenco con ayuda de una rasqueta, o con la mano, con extrema delicadeza, nunca metiendo los dedos para que no pierda aire la masa.
Vamos doblando la masa hacia el centro, en una sola dirección para crear tensión, unas cuantas veces. Boleamos.
Colocamos en un banetón espolvoreado de harina. Metemos en una bolsa de plástico 50 minutos a temperatura ambiente.
Ponemos la cocotte en el horno a 260 º.
Colocamos sobre la pala de horno o sobre una superficie lisa y consistente cubierta con papel de horno, volcamos la hogaza, retiramos la harina restante de la hogaza y le hacemos un corte.
Sacamos la cocotte del horno y colocamos el pan con el papel. Recortamos el papel que sobre por la parte de arriba.
Repartimos unas gotas de agua (pocas), por encima, tapamos la cocotte y metemos al horno a 245 º, durante 20 minutos.
Retiramos la tapa y metemos de nuevo al horno a 230 º, 25 minutos más. Sacamos del horno y dejamos enfriar por lo menos 1 hora.
NOTA
Un dato fundamental, las cantidades de harina y agua, son las que indica la receta. Si alguna vez os ocurre lo que a mi, nunca se le agrega más harina. Sólo os estropeará definitivamente la masa. Las masas necesitan tiempo y reposo para el desarrollo del gluten, cuando la estáis manipulando, se supone que ya lo ha hecho.
Si no tenéis cocotte (En Amazon las hay de hierro fundido y esmaltadas a un precio muy asequible, y en Ikea también. Salen por el mismo precio. Utilizo las dos indistintamente, porque una es alargada y otra redonda y el resultado es el mismo). También podéis utilizar un molde de pírex que se utiliza mucho para hacer el pan milagro (está puesto en el blog), pero la verdad, no sé si se tiene el mismo resultado. La hogaza resultó al fin, superespectacular, rica y tierna. Me cené una tostada con tomate y una tortilla francesa, estaba deliciosa.
Si no tenéis cocotte (En Amazon las hay de hierro fundido y esmaltadas a un precio muy asequible, y en Ikea también. Salen por el mismo precio. Utilizo las dos indistintamente, porque una es alargada y otra redonda y el resultado es el mismo). También podéis utilizar un molde de pírex que se utiliza mucho para hacer el pan milagro (está puesto en el blog), pero la verdad, no sé si se tiene el mismo resultado. La hogaza resultó al fin, superespectacular, rica y tierna. Me cené una tostada con tomate y una tortilla francesa, estaba deliciosa.
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