miércoles, 23 de marzo de 2022

CREMA DE BATATA Y QUESO


 Ingredientes

1 cebolla mediana
2 dientes de ajo
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
650 g de boniato pelado en trozos
Sal y pimienta al gusto
450 ml de caldo de pollo o verduras (Yo puse agua y dos pastillas de caldo de pollo)
85 g de queso mascarpone
100 ml de leche
Un puñadito de picatostes tostados en el horno

Elaboración


Ponemos en el vaso la cebolla en cuartos, los dientes de ajo pelados y el aceite y troceamos 4 segundos en velocidad 4. Sofreímos 6 minutos, Varoma, velocidad cuchara.
Incorporamos el boniato en trozos con una pizca de sal y pimienta y programamos 6 minutos, Varoma, velocidad cuchara.
Añadimos el caldo y cocinamos 20 minutos, 100ºC, velocidad 1.
Agregamos el queso, a leche y trituramos 1 minuto en velocidad 5-10.
Acompañamos de unos picatostes al gusto.

El resultado es una crema muy fina y con un sabor delicioso.

GARBANZOS CON LANGOSTINOS (con thermomix y olla rápida)


Esta es una receta diferente y festiva, para disfrutar de unas nutritivas legumbres.

Ingredientes para 6 personas

800 g de garbanzos
800 g langostinos crudos
2 tomates pelados
2 dientes de ajo
1 cebolla
1/2 pimiento rojo pequeño de los de asar
1 de pimiento verde italiano
1 zanahoria troceada
1 hoja de laurel
1 cucharadita de pimentón dulce
2 o 3 cayenas, al gusto
Sal, pimienta y perejil picado
Aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta

Elaboración

Ponemos en remojo los garbanzos la noche anterior.

El día que vayamos a preparar el plato, pelamos los langostinos en crudo separando las colas. 

En una sarten con un chorrito pequeño de aceite, sofreímos las cáscaras y después las cubrimos de agua y cocemos10 min. Vamos apretando hacia el fondo para que suelten todo su sabor. 

Colamos muy bien el caldo. Podemos machacar en el mortero las cabezas ya cocidas y verter por encima algo más de agua para extraer en total el caldo. Este paso yo lo hice en la thermomix, que exprime y tritura bien las cáscaras, y el resultado lo pasé por un colador para que no quedara ningún resto de las cáscaras.  Podéis ver el caldo en la foto de la jarra.

Se ponen a cocer los garbanzos ya bien remojados (tienen ya su tamaño y no crecen al cocer), cubiertos de agua lo justo y con un puñado de sal y una pastilla de caldo de pescado. En mi caso, lo hice con un fumet de pescado que tenía en el congelador. Añadimos la hoja de laurel.

Yo lo hice en la olla rápida, con el consiguiente ahorro de tiempo.

Preparamos un sofrito con la cebolla, la zanahoria, el pimiento verde italiano y un pimiento rojo pequeño de los de asar sin las pepitas. Cuando estén blanditos añadimos el tomate rallado, para que se fría también. Ponemos el pimentón, damos unas vueltas y retiramos. Pasamos todo por la batidora.

Cuando tengamos los garbanzos cocidos, se vuelcan en la olla el majado y el sofrito y se da un hervor de cinco minutos más mezclando todo bien. Añadimos el fumet obtenido de las cascaras y las cabezas de langostinos

Finalmente, se añaden los langostinos y los dejamos hervir 5 minutos. Añadimos el perejil picado y se deja solo un minuto más antes de retirar del fuego. Se deja reposar tapado para que los langostinos se terminen de hacer con el calor residual.

NOTA

Podemos añadir al sofrito de tomate una copita de vino blanco seco y dejamos reducir para que evapore el alcohol antes de pasarlo por la batidora.

Para la presentación podemos acompañarlos de unas rebanadas de pan frito y unos cuartos de huevo duro








 

jueves, 3 de marzo de 2022

PESTIÑOS

Los pestiños son unos canutillos de masa fritos en aceite de oliva y especiados. Son uno de dulces más auténticos de Cuaresma (y pueden tener diversas versiones según la región en la que se elaboren).

La historia del pestiño es muy antigua en el mundo mediterráneo. Probablemente la receta que nos ha llegado tenga más de un origen asociado a celebraciones religiosas y sea el resultado de la influencia de las tres culturas que existieron en España: la cristiana – heredera de la tradición romana- la judía y la musulmana.

Como dato curioso las masas, al menos hasta el siglo XVI, se freían en manteca de cerdo ya que el aceite era considerado alimento de los judíos cuya religión prohibía consumir el cerdo y sus derivados.

El trigo y el pan forma parte de la herencia romana y el cristianismo lo adoptó como el símbolo de la carne de Cristo en la sagrada forma, aunque desde la Antigüedad las tortas elaboradas con harina se ofrecían con frecuencia a los dioses paganos.

En la antigua Roma existía un dulce similar al pestiño que se consumía en las Saturnalias, fiestas que coincidían con nuestros carnavales (todavía hoy muchos pestiños se hacen en carnaval y Semana Santa). Eran los “frictilia” (nombre que se le daba a los pasteles fritos) elaborados con harina de trigo, fritos en manteca de cerdo y bañados en miel que se ofrecían como ofrenda al dios Sileno.

Las especias- ajon jolí, canela, sésamo- y la almendra son tradición musulmana y aún se elabora un dulce frito similar: la shebakía, masa de harina, aceite, huevo y especias que se hace por Ramadán.

La fritura en aceite, la adición de naranja amarga y la miel se relaciona con la cocina judeo española.

La tradición cristiana del pestiño puede remontarse al menos hasta el siglo XVI. La primera referencia literaria la encontramos en La Lozana andaluza (1528) de Francisco Delicado, obra en la que es mencionado como parte del repertorio culinario de la protagonista.

Y, así, sabemos que “Aldonza aprendió de su abuela el arte de guisar y en su poder deprendió a hacer fideos, empanadillas, alcuzcuz con garbanzos, albondiguillas redondas y apretadas con culantro”… y también sabía hacer “hojuelas, pestiños, rosquillas de alfaxor, testones de cañamones y ajonjolí, nabos sin tocino y con comino, olla reposada, cazuela de berenjenas, cazuelas de pescado cecial, cabrito apedreado con limón ceutí, pecho de carnero…”.

Los pestiños también son citados en el Quijote y en las novelas de Cervantes

En el 1791 es mencionado en el sainete anónimo Los Locos de Mayor Marca

Y en 1874 en El sombrero de tres picos de Pedro Antonio de Alarcón haciendo referencia a la comida que el molinero ofrecía a los personajes de alcurnia que visitaban su molino por Pascua.

Los pestiños en su receta base – porciones fritas de una masa hecha de harina, aceite, aguardiente o vino- se encuentran en la repostería de todas las regiones de España. Las variantes son las especias: anís, sésamo, clavo, laurel, canela…., la adición o no de huevo, la forma de endulzarlos ya que la masa no suele llevar azúcar: miel, almíbar o simplemente azúcar y su formato es decir la forma de cortar la masa.

Ingredientes para los pestiños

150 g de harina de fuerza
65 g de aceite de oliva virgen extra
1 c/postre de sésamo tostado (ajonjolí)
1 c/postre de anís verde (matalahúva)
Un pellizco de sal
65 ml de vino blanco
Cáscara de naranja

Para el enmelado de los pestiños

65 g de miel
20 ml de agua
Zumo de 1/4 limón
Un chorrito de anís (opcional, yo no he puesto porque no me gusta)

Para freír
Aceite de oliva

Elaboración

Aromatizamos el aceite. En un cazo echamos 65 g de aceite de oliva virgen extra y unas pieles de naranja, procurando que lleven lo mínimo de la parte blanca.

Ponemos a fuego medio y cuando el aceite empiece a burbujear retiramos y echamos 1 cucharada de postre de sésamo tostado o ajonjolí, y una cucharada de postre de anís verde o matalahúva.

Dejamos que se atempere, sacamos las cascaras de naranja y limón y echamos el aceite en un vaso junto con las semillas hasta que se enfríe.

En un bol ponemos 150 g de harina de fuerza. Añadimos una pizca de sal y 65 ml de vino blanco, removemos con ayuda de una cuchara hasta que la harina haya absorbido todo el vino.

Incorporamos el aceite que teníamos reservado. Mezclamos con la cuchara y cuando ya esté bien integrado seguimos amasando con las manos. Hacemos una bola y dejamos reposar entre 30 minutos y 1 hora.

Preparamos el enmelado.

En un cazo tenemos 65 g de miel, 20 ml de agua y el zumo de ¼ de limón. Ponemos a fuego medio y removemos hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. Reservamos.

Pasado el tiempo, estiramos la masa con un rodillo lo más fina que podamos y cortamos los extremos para hacer cuadrados perfectos.

Doblamos una esquina del cuadrado hacia el centro, pintamos con un poco de agua y doblamos la esquina contraría presionando con el dedo para que queden pegadas y no se despeguen al freírlas.

Ponemos abundante aceite de oliva a calentar y freímos los pestiños hasta que estén dorados a nuestro gusto.

Una vez dorados los sacamos sobre papel de cocina y seguidamente los enmelamos. La masa que nos ha sobrado la volvemos a estirar y formamos nuevos pestiños.

NOTA:
Dependiendo del tipo de harina que utilicemos, es posible que necesitemos añadir un poco más. Yo añadí un poco, hasta que la masa era manejable y dejó de pegarse a las manos. No es una masa que se pegue mucho debido a la cantidad de aceite que lleva, pero os advierto que si tuvierais que añadir, debéis hacerlo poquito a poco, yo diría que como mucho de media cucharadita de postre cada vez, y dejar la masa que no se pegue a las manos pero que sea muy elástica y blandita. Yo debí añadirle como en tres ocasiones.















 

martes, 1 de marzo de 2022

CENA RAPIDA CON POCOS INGREDIENTES

Hoy se trata de hacer una cena rápida y que rompa nuestra rutina de cenar, por lo general, pescado. He elegido un plato sencillísimo, de fácil elaboración y con ingredientes que podemos tener fácilmente en nuestro frigorífico. Es una receta pensada para cuatro raciones.

Ingredientes

6 huevos medianos
½ cucharadita de sal y un poco de pimienta
300 ml de leche semidesnatada
10 lonchas de jamón york (bandeja de Mercadona)
7 tranchetes de queso
Aceite de oliva para untar el molde.

Elaboración

Precalentamos nuestro horno a 200º arriba y abajo.

Con ayuda de una batidora de varillas batimos bien los huevos con la sal y la pimienta.

Agregamos la leche y seguimos batiendo hasta que la mezcla sea homogénea. 

Cortar las lonchas de jamón en trozos pequeños y lo incorporamos a la mezcla.

Hacemos lo mismo con los tranchetes aunque no es necesario trocearlos, al fundirse no se van a encontrar.
 
Mezclamos todo muy bien y lo volcamos en una bandeja de pírex o cualquier otra que sirva para horno, que previamente hemos untado con aceite de oliva.

He utilizado una fuente de pírex cuadrada de 22 x 22 cm.

Ponemos en el horno a 200º durante 35 minutos.

Comprobamos si está bien hecha pinchando con un palillo, de lo contrario lo dejamos un par de minutos más.

Cuando la sacamos del horno, estará crecida y en unos minutos se bajará pero es normal. Es una cena muy sencilla y sabrosa.