domingo, 28 de enero de 2024

HUEVOS TONTOS EN SALSA VERDE

Ingredientes

150 g de pan duro
3 huevos grandes
120 ml de leche
170 g de migas de bacalao desalado
2 dientes de ajo
Un ramillete de perejil fresco
Sal
Aceite de oliva

Elaboración

Primero pesamos el pan y lo troceamos. Pelamos los ajos y el ramillete de perejil para picarlos.

Yo he utilizado la thermomix, pero se puede hacer perfectamente en una picadora convencional.

Hemos de triturarlo hasta que veamos que tanto el pan como el perejil y los ajos estén perfectamente triturados y sin tropezones. Puede hacerse con pan rallado del comercial, pero en casa siempre sobra algún pedazo de pan y suelo utilizarlo para estas cosas.

Por otro lado, escurrimos bien el bacalao (lo suelo exprimir con un paño), y lo desmenuzamos, y a continuación lo pasamos por la sartén con muy poquito aceite, o podemos hacerlo en el microondas con una pizca de aceite, tapado durante un par de minutos, hasta que he veamos que está hecho (depende del tamaño de las migas, necesitaréis más o menos tiempo. Yo lo hice en el micro, lo rocié con un poco de aceite y lo tuve 2 minutos.

Batimos los huevos en un cuenco amplio y salamos. Le añadimos la leche.

Le añadimos el pan que tenemos preparado con el perejil y los ajos. Agregamos el bacalao sea pasado por el micro como en mi caso o por la sartén. Vamos poniendo el pan poco a poco, porque dependiendo del tamaño de los huevos necesitaremos más o menos.

A mi concretamente me sobraron 30 g de la cantidad inicial del pan a pesar de que los huevos que puse eran de tamaño XL. Tenemos que obtener una masa cremosa, no demasiado compacta.

Si nos pasamos con el pan, podemos añadir un poco más de leche. Yo no lo he necesitado.

Dejamos reposar unos minutos para que el pan se empape bien y mientras tanto vamos a preparar una salsa verde.

Este paso, si que lo he hecho en la thermomix, pero poniendo los pasos de la thermomix, veréis que podéis hacerla fácilmente a la forma tradicional. Os explico.

Ingredientes para la salsa verde

2 dientes ajo
perejil
80 g. cebolla
30 g. aceite
2 cucharaditas de postre de harina colmadas (unos10 g.)
100 gr. vino blanco
350 gr. agua
1/2 pastilla caldo de pescado
Una pizca colorante
1 hoja de laurel

Elaboración

Picamos los ajos y perejil, 4 segundos vel.5. Reservamos.

Sin lavar el vaso, picamos la cebolla, 2 seg vel.5. Bajamos restos hacia las cuchillas, añadimos el aceite, y pochamos 8 min. Varoma, velocidad cuchara.

Agregamos la harina, y programamos 3 minutos 100º, vel.2.

Sin lavar el vaso, ponemos el vino blanco, el agua, 1/2 pastilla caldo, el colorante y programamos15 minutos, temperatura Varoma, giro izda, y velocidad 2.

Trituramos la salsa, 15 seg. vel.8. Si os parece que la salsa queda muy espesa para vuestro gusto, podéis añadir un poco más de agua y mezcláis bien,

Mientras se va haciendo en la thermomix la salsa, ponemos una sartén amplia con aceite y cuando esté caliente, dejamos el fuego a media potencia.

Con la ayuda de una cuchara vamos a ir dando forma a los huevos tontos con bacalao; mojamos la cuchara en el aceite caliente y hacemos porciones de masa que vamos a ir añadiendo al aceite.

Freímos por tandas y cuando estén dorados les damos la vuelta y dejamos que se doren por el otro lado.

Después retiramos a un plato con papel de cocina para quitar el exceso de aceite.

Una vez escurridos, colocamos en una cazuela, con una hoja de laurel y los cubrimos con la salsa y dejamos que den un hervor para que tomen los sabores de la salsa, salen muy ricos y cunden mucho, porque salen 15 porciones.

¡La salsa está muy rica, y el pan es absolutamente necesario, así que si no sois muchos en casa, os gusta la salsa y quedan para otro día, con seguridad que tendréis que hacer más salsa!





 

jueves, 25 de enero de 2024

MAGDALENAS DE LECHE CONDENSADA


Ingredientes

1 bote de leche condensada de 370 g
6 huevos
100 g de azúcar
1 cucharadita de vainilla
140 g de aceite de girasol
400 g de harina de repostería
1 sobre y medio de levadura química
1 pizca de sal

Elaboración

Ponemos en el vaso de la thermomix, el azúcar con la piel del cítrico, y programamos velocidad 4/7/10 durante unos segundos hasta que veamos que la piel se ha deshecho completamente.

Removemos el azúcar del fondo y agregamos la leche condensada, y la esencia de vainilla. Mezclamos 1 minuto a velocidad 3 y1/2 y 37º de temperatura. Repetimos la operación sin temperatura.

Añadimos el aceite y mezclamos 30 segundos velocidad 3

Incorporamos la harina, la sal y la levadura y mezclamos 30 segundos en velocidad 3.

Terminamos de mezclar con la espátula.

Llenamos con la masa ¾ partes de cada una de las cápsulas de papel preparadas y espolvoree con azúcar.

Horneamos durante 20/25 minutos (180°C).

Retiramos las magdalenas del horno y dejamos enfriar antes de servirlas. Podemos guardarlas en un recipiente hermético para evitar que se sequen.

En la red he visto otras recetas que llevan casi el doble de leche condensada, a mi me ha parecido una cantidad exagerada y sobre todo mucho dulce. Estas quedaron muy ricas y muy esponjosas, aunque no sabían demasiado a leche condensada.

Salieron 33 magdalenas.

martes, 23 de enero de 2024

EMPANADILLAS DE LA ABUELITA PACA


En otros posts que he puesto, hablo sobre la cocina de mi madre y de los que platos que he hecho tratando de emularlos, pero admito que me ha resultado imposible igualarlos. 

Dice mi hermano, que probablemente lo que ocurre es que tanto nosotros como los nietos, tenemos idealizados aquellos platos que ella nos hacía con dedicación absoluta. No lo sé, pero sí reconozco que sus croquetas son inigualables, las haga de forma tradicional o en thermomix, y esa es la realidad. 

Cierto que ella, las hacía con leche de vaca comprada a productores del pueblo, pero ahora resulta que acostumbrados a la leche envasada, tampoco nuestro sistema digestivo es capaz de asimilar nada hecho con esa leche que yo tengo oportunidad de comprar cuando estoy en León. Pero aunque la desgraso, retiro la nata, (elaboro mantequilla con ella), no la toleramos. Por tanto en lo relativo a las croquetas, me doy por vencida.

No ocurre sin embargo lo mismo con sus empanadillas, que ella hacía y guardaba celosamente para la cena, pero los nietos las localizaban y terminaban con ellas antes de que se diera cuenta. Lo he intentado varias veces y no he conseguido ese punto que ella les daba, quedan ricas, pero no como aquellas. Hoy parece que al fin, he conseguido un resultado muy parecido, así que paso a contaros cómo las he hecho.

Ingredientes
Para la masa de las empanadillas

725 g de harina de todo uso
300 g de leche
130 g de aceite
120 g de vino blanco
Sal

Ingredientes 
Para el relleno de las empanadillas

Salsa de tomate casera (Os cuento después de poner los ingredientes como se hace)
1 tarro de migas de bonito en aceite de oliva de 220 g (tendremos que escurrir el aceite antes de utilizarlo)
3 huevos duros

Ingredientes 
Para la salsa de tomate

450 g de cebolla cortada en brunoise
900 g de tomate natural pelado
1 cucharada de sal escasa
2 cucharadas soperas de azúcar.

Lo primero que vamos a hacer es la salsa de tomate, que deberá estar fría al momento de preparar las empanadillas y rellenarlas.

Elaboración de la salsa de tomate

En una cazuela, ponemos aceite que cubra el fondo y ponemos la cebolla cortada en brunoise con una pizca de sal para que se poche y suelte sus jugos. Cuando veamos que la cebolla está con aspecto acristalado, añadimos el tomate y el resto de los ingredientes.

Tenemos que freír el tomate hasta que se haya consumido por completo el jugo del tomate, debe quedar una salsa bien espesa. Lo ponemos a temperatura alta hasta que comience a hervir, momento en el que la pondremos a fuego medio y estamos pendiente de ella para que vaya consumiendo los líquidos del tomate, siempre evitando que se nos pegue al fondo de la cazuela, para lo que vamos removiendo de vez en cuando con una espátula. Tarda un buen rato en quedar como observáis en las fotos de los pasos. 

Cuando tengamos la salsa de tomate hecha, picamos los huevos duros menuditos y desmenuzamos completamente el bonito. Mezclamos todo bien, y reservamos hasta el momento de rellenar las empanadillas.



Elaboración de la masa

En un cuenco, ponemos primero la leche, después el aceite, y para terminar el vino blanco y la sal.

Poco a poco, vamos incorporando harina y la mezclamos bien con una espátula, hasta que veamos que con la espátula, no podemos seguir trabajando la masa.

Sobre la zona de trabajo, espolvoreamos un poco de la harina que tenemos pesada y volcamos la masa que tenemos en el cuenco.


Rápidamente y antes de que la masa se salga de la zona donde hay harina, vamos añadiendo poco a poco más harina y comenzamos el amasado. 

Yo he puesto la cantidad de harina que indico en los ingredientes, que es la que mi masa ha requerido, pero debéis tener en cuenta que no todas las harinas funcionan lo mismo, por lo que cuando veáis que la masa que estáis trabajando no se pega a los dedos y queda fina, no es necesario que sigáis añadiendo más.

De hecho, he hecho dos tandas porque me sobró relleno y me he dado cuenta que la segunda, que llevaba como unos 10 g menos de harina, ha funcionado mucho mejor, así que debéis ateneros a la cantidad que pongo en los ingredientes de la masa, o guiaros por el tipo de harina que utilicéis.

Parte del secreto de estas empanadillas está en que la masa en el formado y el estirado debe ser muy fina, y si la masa tiene exceso de harina, se estirará con más dificultad y quedará más gruesa.

Una vez que hemos terminado con la elaboración de la masa, la boleamos y la dejamos en reposo tapada con papel film. Es una masa que no tiene ningún tipo de leudante, y sin embargo, pasadas unas horas, comprobaremos que ha crecido, no demasiado porque no lleva,  como he dicho, ningún tipo de levadura, pero ha crecido.

Elaboración de las empanadillas

Dividís la masa en dos y espolvoreáis la zona de trabajo muy ligeramente con harina, cogéis primero una parte y con ayuda de un rodillo, empezáis a estirar la masa. Es mejor estirar siempre de arriba abajo o de abajo arriba, procurando estirarla y dejarla muy fina.

Para empezar a formar y rellenar las empanadillas, tomamos porciones del relleno con una cucharita de café (digo de café, no de postre, que lleva más cantidad). Ponemos sobre un extremo de la masa estirada, envolvemos y recortamos dándoles forma. Yo recorto las empanadillas con una ruedecita que tengo desde tiempo inmemorial, y termino sellándolas con un tenedor de postre para evitar que durante el horneado se salga el relleno.

Vamos colocando sobre una bandeja de horno cubierta con papel al uso, hasta que tengamos la cantidad apropiada (dependerá del tamaño de las empanadillas), cuando tengamos la bandeja completa, pincelamos las empanadillas con huevo batido y metemos a horno precalentado a 240º C durante 10 minutos.

Como cada horno es un mundo, pasados los 10 minutos, comprobamos como están y si las queremos más doraditas, las dejamos un par de minutos más, o hasta conseguir el color que nos gusta.

Seguimos la elaboración con la otra parte de la masa. Al horno y a disfrutar.

Salen muchas empanadillas, pero es que yo he hecho para compartir con mis hijos.

Salen francamente ricas. Buen provecho!














viernes, 19 de enero de 2024

MAGDALENAS DE LECHE

Ingredientes

400 g de azúcar (y algo más para espolvorear)
La piel de un limón sin la parte blanca
4 huevos
340 g de leche entera o semidesnatada
250 g de aceite de girasol
540 g de harina de repostería
1sobre de levadura química en polvo y media cucharadita de bicarbonato

Elaboración

Precalentamos el horno a 180ºC. Vamos colocando las cápsulas de papel en un molde de 12 magdalenas.

Ponemos el azúcar y la piel de limón en el vaso y pulverizamos 30 seg/velocidad 10, o hasta que veamos que la piel está totalmente integrada y molida con el azúcar. Ayudándonos de una espátula separamos del fondo y de las paredes del vaso

Incorporamos los huevos. Mezclamos 2 min/37°C/velocidad 5. Repetimos la operación pero sin temperatura

Añadimos la leche y el aceite de girasol. Mezclamos 10 seg/velocidad 5.

Agregamos la harina y la levadura química y el bicarbonato una vez que lo hayamos tamizado. Mezclamos  15 seg/velocidad 4. Como es mucha harina, es posible que no quede bien mezclado, comprobáis, y si si es así, volvéis a ponerle de 5 en 5 segundos a la misma velocidad hasta que veáis que está integrada.

Colocamos en una manga pastelera grande (salen 42 magdalenas) y la llevais al frigorífico durante unas horas.

Llenamos con la masa ¾ partes de cada una de las cápsulas de papel preparadas.

Espolvoreamos con azúcar y colocamos en el horno (180ºC) durante 25 minutos aproximadamente. Comprobamos, si ese es el punto de cocción que nos gusta y si quedan demasiado pálidas, añadimos unos minutos más, siempre vigilando.

Retiramos del molde de las magdalenas, y continuamos rellenando capsulas, hasta terminar con el resto de la masa. Horneamos el mismo tiempo que hemos tenido la hornada anterior.

Dejamos enfriar las magdalenas y guardamos en un recipiente hermético para evitar que se sequen.

 

“POTAGE” CRECY (EN CRISTIANO, CREMA DE ZANAHORIAS A LA FRANCESA) THERMOMIX Y TRADICIONAL

Estamos en invierno, y no hay nada más apetitoso que algo caliente para combatir la temperatura especialmente fría de este año y la humedad que produce la lluvia.

Esta crema de origen francés, en Francia se llama “potage Crécy” porque toma su nombre de una variedad de zanahorias francesas sabrosas y dulces que se cultivaban en Crécy-en-Ponthieu, región de Meaux, situada al este de París.

El arroz le da una textura muy agradable que se suma a la dulzura de la zanahoria y la sedosidad de la nata, aunque también se puede hacer con patata o nabo, -unos 250 gramos en lugar de los 100 de arroz, pelada y troceada, y también con cebolla en lugar de puerro y chalota en el del ajo.

Mejor utilizar zanahorias tiernas como las de manojo para conseguir una crema sedosa y con un color brillante: si las que tenemos a mano son de las normales , las pelamos y eliminamos la base, la punta y cualquier parte fibrosa. Yo utilizo la thermomix, con lo cual no hay problema para que la crema quede fina.

La cantidad de caldo necesaria dependerá de cuánto se evapore en el proceso, lo que variará según el tamaño del recipiente en el que se cocine, la temperatura, la apertura de la tapa.

Para una versión más light se puede cambiar la mantequilla por aceite y la nata por leche.

Ingredientes 

50 g de mantequilla (la he sustituido por 35 ml de aceite)
1 diente de ajo
700 g de zanahorias tiernas
200 g de la parte blanca de puerro (sirven cebolla o cebolleta)
700 ml de caldo de verdura o pollo (Si no tenéis lo podéis sustituir por cubitos de caldo)
75 g de arroz blanco redondo
400 ml de leche o 200 ml de nata para montar
Sal
Pimienta
Picatostes para acompañar
Cebollino o perejil para decorar (opcional)

NOTA: 

Hice la crema en thermomix. Al principio le puse 500 ml de caldo, pero al terminar la elaboración estaba demasiado espesa para como nos gusta la textura en casa, le fui añadiendo poco a poco, hasta ponerle 700.

Inicialmente también le puse la misma cantidad de leche que de nata pide la receta, pero finalmente le añadí hasta 400 que son los que pongo en los ingredientes,

Elaboración en thermomix

Poner en la thermomix el ajo, el puerro o la cebolla y trocearlas en velocidad 5 unos 10 segundos.

Añadir el aceite y programar 5 minutos, Varoma y velocidad 1.

Mientras tanto, pelamos las zanahorias y las troceamos en rodajas gruesas. Ponemos las zanahorias .el arroz, la sal, la pimienta y el caldo y programamos 30 minutos temperatura varoma y velocidad 1.

Pasado el tiempo de la cocción, trituramos en velocidad progresiva 5/7/10, hasta que veamos que queda una textura muy fina. Dejamos enfriar un ratito dentro del vaso y añadimos la leche.

Si nos agrada, podemos acompañarla de una cucharada de yogur y decorarla con cebollino. (A mi particularmente la decoración con cebollino, me parece muy estética, pero no me gusta encontrármelo).

Como todas las cremas hechas en thermomix, está superrica.

Elaboración tradicional

En este plato, se puede observar muy bien la diferencia entre cocinar con o sin thermomix. La rapidez de los pasos, así como el resultado en la textura final, no lo iguala el mejor robot al uso. Como se puede evidenciar en el blog, yo soy una fan del aparato en cuestión, pero entiendo que tal como a mi me gustan toda serie de maquinitas que me facilitan el trabajo, hay personas que prefieran utilizar los métodos tradicionales, para ellas, pongo los pasos a seguir.

Pelar y laminar o picar grueso el ajo. Sacar la capa exterior del puerro o la cebolla y trocearlas en grueso. Lavar bien las zanahorias y trocearlas en rodajas gruesas.

Fundir la mantequilla en una cazuela a fuego suave y dorar el ajo. Cuando huela bien, añadir el puerro o la cebolla y dar vueltas unos minutos hasta que empiece a transparentar.

Añadir la zanahoria y cocinar tres minutos más, removiendo otra vez a la mitad del proceso.

Poner el arroz, el caldo, un poco de sal y pimienta y llevar a ebullición a fuego suave, con la cazuela semi tapada, unos 18 minutos desde que arranque a hervir (echarle un vistazo a media cocción por si hay que añadir un poco más de agua o caldo).

Cuando el arroz y las verduras estén hechas, añadir 100 mililitros de la nata -reservar el resto para decorar- y triturar hasta conseguir la textura deseada, añadiendo más agua o caldo si queda muy espeso. Ajustar de sal y pimienta.

Servir bien caliente, decorada con el resto de la nata, más pimienta y, si se quiere, cebollino o perejil.


 

martes, 16 de enero de 2024

GOULASH DE CARNE EN OLLA RAPIDA

Hoy he cocinado un plato elaborado con carne, cebolla y pimentón y otros condimentos muy variados: el goulash, que es uno de los platos de referencia de la gastronomía húngara.

Ya lo había hecho tanto por el método tradicional como en thermomix, y de hecho está en el blog AQUI. Hoy lo elaboré en la olla rápida, mi gran aliada cuando quiero tiempo para otras cosas. 

He aprovechado, y le he introducido otras especias que han enriquecido notablemente el plato. Paso a contaros un poco de que se trata el plato y la forma en que lo he cocinado.

El goulash es una gran opción para innovar con los estofados. Este plato oriundo de Hungría se ha convertido en la receta más famosa de la gastronomía del país centroeuropeo y actualmente en los países vecinos se pueden encontrar muchas variantes de la misma.

Es un plato tradicional húngaro que está hecho con carne de vaca, verduras y especias. Se cree que tiene su origen en el reino medieval de Hungría y ha ganado popularidad en muchos otros países. La palabra «gulash» proviene del húngaro «gulyás», que significa «pastor». Parece que el plato fue creado originalmente por pastores que necesitaban cocinar una comida sustanciosa y llena sobre un fuego abierto utilizando cualquier ingrediente que tuvieran disponible.

Con el tiempo, el gulash ha evolucionado y han surgido diversas variaciones regionales, pero sigue siendo un plato popular y querido en Hungría y en toda Europa Central y Oriental.

La principal característica del goulash es el largo tiempo de cocción a fuego lento, un tramo que se aproxima hasta las dos horas y media de duración.

En la cocina de hoy sin embargo, tenemos recursos para sustituir la cocción lenta por otros procedimientos más rápidos, con los que poniéndoles mimo al final de la elaboración, conseguimos excelentes resultados, me refiero a la olla rápida, en la que, si una vez terminada la cocción y con suficiente caldo el guiso, damos un golpe de fuego rápido, conseguiremos que la salsa quede suficientemente espesa para tener presencia y un plato igualmente rico, y de paso, hemos podido emplear nuestro tiempo en otras actividades.

Como es habitual, la receta de goulash ha evolucionado conforme a la modernización de la cocina. Actualmente, el goulash puede prepararse añadiendo otros ingredientes como la patata, pimientos, tomates e incluso otras especias.

Asimismo, existe una disparidad con la elaboración de la salsa, que será más espesa o más caldosa, llegando incluso a similar una sopa de carne. Para espesar la salsa, se utiliza en ocasiones vino y harina y en otras, nata agria. Yo no lo he necesitado, el tomate la cebolla y la zanahoria han dado como resultado una salsa consistente y muy rica

En la carne y en la salsa final, se encuentra la principal clave del éxito que vamos a lograr en la preparación del goulash.

También se puede utilizar olla de cocción lenta, pero la verdad, yo me niego a tener más cacharros de cocina y mi experiencia me ha enseñado que no es imprescindible.

Por otro lado, la carne que se utilizará deberá estar bien limpia de grasa y cortada en dados de 2-3 centímetros de grosor. Para evitar que durante el largo cocinado pierda sus jugos conviene sellarla previamente, a alta temperatura.

Otro de los secretos para conseguir un excelente goulash está en la calidad del pimentón, que ha de ser de calidad. Yo utilizo pimentón de la Vera agridulce que como se sabe en toda España es de gran calidad.

Ingredientes

700 gr. de carne de morcillo de ternera, añojo, cadera, babilla, aguja... (puse morcillo)
2 dientes de ajo grandecitos
600 g de cebolla
5 de zanahorias.
300 gr. de tomate natural triturado
Sal
Pimienta
Caldo de carne o en su defecto 2 cubitos de caldo de carne.
1 cucharada de azúcar moreno
½ cucharada de comino en polvo
½ cucharada de pimentón
½ cucharada de tomillo seco
½ cucharada de orégano seco
2 hojas de laurel.
80 gr. de vino tinto.
40 gr. de vinagre de Módena.
4 cucharadas de aceite de oliva extra virgen.
Un poco de harina para pasar la carne

Elaboración 

Limpiamos la carne, quitando todos los nervios que pueda tener y las partes que tienen grasa. Las cortamos en trozos como de 2 cm más o menos, los míos esta vez eran mayores porque me los hizo el carnicero, pero es mejor un poco más pequeños.

Ponemos la olla rápida con 4 cucharadas de aceite de oliva virgen, y pochamos la cebolla en brunoise, los ajos y la zanahoria partida de rodajitas finas. Lo sofreímos durante unos minutos hasta que esté la cebolla bien pochada y la zanahoria reblandecida.

Un truco que he aprendido de otros cocineros de la red es que, cuando vayamos a pochar las verduras y más concretamente la cebolla, es bueno ponerle un poco de sal para que suelten todos sus jugos.

Pasamos la carne por harina y la freímos en una sartén procurando que nos quede algo dorada. Reservamos.

Añadimos ahora el tomate pelado y triturado, el azúcar moreno, la sal, la pimienta, el pimentón, el comino en polvo, el tomillo seco, el orégano seco, el laurel, el vino, el vinagre y finalmente la carne que tenemos frita.

Añadimos un poco de caldo de carne (al gusto, para que después la salsa quede espesa pero lo suficiente como para evitar que la salsa se nos pegue)

Mezclamos todo bien y programamos la olla rápida.

La olla la pongo a temperatura máxima hasta que salen los anillos, En cuanto los anillos están fuera, bajo la vitrocerámica al 3 para que se haga despacio. A nosotros nos gusta que la carne quede muy tierna y jugosa, así que le he puesto 40 minutos y ha quedado perfecta.

Una vez que la olla se haya despresurizado, probamos el punto de sal y comprobamos que la carne esté hecha a nuestro gusto, rectificamos de sal si fuera necesario y si es necesario ponemos unos minutos más.

La consistencia de esta receta hace que no sea necesario consumirla con un acompañamiento. Pero en el caso de optar por ponerle acompañamiento, se puede optar por el arroz, una ensalada verde o unas patatas. Por supuesto, el pan siempre será una buena opción para poder degustar la deliciosa salsa, nosotros hemos optado por el pan.







 

domingo, 14 de enero de 2024

MAGDALENAS DE TURRON DE JIJONA

Siguiendo con la tónica familiar de "aquí se aprovecha todo", hoy vamos a utilizar lo que quedó de la pastilla de turrón de Jijona que compré este año. Cada año, voy comprando menos dulces navideños, y sin embargo siempre quedan restos, así que hoy toca hacer magdalenas.

Ingredientes

215 gr turrón blando
4 huevos
120 gr azúcar
200 ml nata
La piel de una naranja sin la parte blanca
75 ml aceite de girasol
300 gr harina trigo
1 sobre levadura química (tipo Royal)

Elaboración

Comenzamos tamizando la harina y la levadura, poniéndolas en el vaso 10 segundos y en velocidad 6, apartamos y reservamos

Echamos el turrón a trozos, 5 segundos y en velocidad 5, apartamos en otro cuenco y reservamos.

Ponemos el azúcar y la piel de la naranja 10 segundos en velocidad 10. Si veis que no queda bien triturada la piel de la naranja, repetís la operación.

Colocamos la mariposa en las cuchillas, para blanquear los huevos con el azúcar que tenemos con la piel de naranja, durante 5 minutos, a 37°C y velocidad 3 y ½ luego, repetimos el mismo tiempo y velocidad, pero sin temperatura.

Añadimos la nata y el aceite y programamos 10 segundos con velocidad 3 y ½.

Ahora añadimos el turrón reservado y programamos 10 segundos velocidad 3.

Quitamos la mariposa y añadimos la harina y la levadura tamizadas y programamos 8 segundos y velocidad 4

Llenamos las ¾ partes de las cápsulas, echamos un pelín de azúcar por superficie.

Metemos a horno previamente precalentado a 180º, con calor arriba y abajo Horneamos unos 25 minutos, pero vigilad como van a partir de que han pasado los primeros 20 minutos.

A mi me han salido 24 magdalenas

Apagamos y retiramos las magdalenas del molde para enfriar sobre una rejilla.

NOTA.

Cuando hago magdalenas coloco la masa en una manga desechable y las dejo en el frigorífico durante unas horas e incluso durante toda la noche para que la levadura haga su trabajo, así conseguimos que al hornearlas, generen mayor copete.

Al manejar la masa y, por el turrón, observaréis que es más pesada de lo que habitualmente es la masa de las magdalenas, no pasa nada, solo que tendréis que tener más cuidado al llenar las cápsulas. Las magdalenas quedan espectaculares y el sabor que le da la piel de la naranja con el turrón, hace que tengan un sabor muy delicado, esponjosas y ricas
.



 

HUEVOS AL PURGATORIO

Los huevos al purgatorio, son una receta tradicional italiana de la zona de Nápoles que se ha convertido en un plato muy conocido y extendido por lo rico que está y lo sencillo que es prepararlo.

Este plato se caracteriza por cocinar los huevos con salsa de tomate en una sartén, de manera que la cantidad de aceite empleada es mucho menor que la usada para cocinar los huevos fritos. El resultado es un plato lleno de sabor y, a su vez, muy fácil de preparar, por lo que es ideal incluso para principiantes. Y para los amantes del picante, este plato se presta perfectamente a introducir un poco de picante.

Ingredientes

2 huevos
½ kg de tomate natural pelado y triturado
1 diente de ajo pequeño
½ cebolla
½ cucharada postre de orégano o albahaca
1 chorro de aceite de oliva
1 cucharada sopera de queso parmesano rallado, o cualquier otro que nos guste pero sea cremoso (yo no lo he puesto para evitar calorías)
1 cayena pequeña
1 cucharada rasa de azúcar para quitar la acidez al tomate
1 pizca de sal

Elaboración

Ponemos a calentar una sartén con un chorro de aceite.

Picamos los ajos, la cebolla y la cayena y los añadimos a la sartén. Dejamos que todo suelte su sabor e incluso que la cebolla se dore un poco, que esté casi casi caramelizada, lo que le dará después un sabor peculiar a la salsa.

Incorporamos el tomate triturado y dejamos que se cocine durante unos 20-30 minutos a fuego suave. A los 10-15 minutos, añadimos sal, pimienta y el orégano, y dejamos que se termine de hacer la salsa de tomate. La salsa estará lista cuando se haya consumido el agua del tomate y se vea que el aceite se queda arriba.

Rallamos un poco de queso parmesano, o el queso que más nos guste, pero que sea cremoso. (no lo puse).

Cuando se hacen huevos al plato o estos huevos, es fácil que se cuaje la yema y sin embargo, la clara no quede hecha. Lo que yo hago es separar las claras de las yemas, y pongo sobre el tomate primero las claras. Pongo una tapa para ayudar a que se cuajen y cuando casi han terminado, coloco las yemas, justo el tiempo de que la película que las cubre por encima, se les ponga blanquecina pero que la yema esté, "en su punto para mojar pan", que es la gracia del plato.

Una vez que están los huevos a nuestro gusto, apagamos el fuego, ponemos un poco de sal por encima de los huevos y los servimos enseguida, ya que los huevos con la salsa caliente se seguirán cocinando. Servimos inmediatamente

Para que el plato quede rico, recomiendo que el tomate utilizado, sea natural.






 

viernes, 12 de enero de 2024

QUICHE DE SALMON CON QUESO DE CABRA


Los quiches son un buen recurso para cenas diferentes, también para una merienda contundente, aunque salgan grandes, admiten recalentarse si nos gustan calientes y en cuanto a su composición admiten tantas variantes como la pizza y pueden de cualquier cosa que guste, pero el resultado es siempre espectacular.

Ingredientes para la quiche

1 masa brisa (si no queréis tomaros la molestia de hacerla podéis utilizar una de las comerciales)
350 g Salmón fresco
200 g Salmón ahumado
½ Litro de leche (Para cocer el salmón)
2 Huevos
2 Yemas de huevo
200 ml Nata para cocinar o leche evaporada
175 g Queso de cabra
1 Cucharadita de eneldo
Pimienta y sal

Necesitamos un molde desmoldable de 25 cm

Elaboración Masa brisa en thermomix

Ingredientes

300 gr de harina
140 gr de mantequilla en taquitos muy fria
70 gr de agua
1 cucharadita de sal

Elaboración

Ponemos todos los ingredientes en el vaso en el orden indicado y damos unos golpes de turbo. Si la masa queda muy blanda, la dejamos reposar en la nevera unos minutos en forma de bola ligeramente aplanada.

Estiramos la masa sobre la encimera enharinada y forramos el molde de quiche. Pinchamos la masa con un tenedor en el fondo para que no suba y cubrimos con encima peso encima, yo he puesto unos garbanzos que guardo de una vez para otra con este fin.

Con horno precalentado a 200º con calor arriba y abajo, horneamos durante 15/20 minutos, retiramos el peso y cocinamos 5/10 minutos más. Rellenamos y seguimos con la elaboración del quiche.

Esta misma masa, podéis utilizarla para hacer tartaletas, basta con que extendáis la masa y con un aro de emplatar de 8 cm de diámetro, la cortéis y la coloquéis en moldes de magdalenas. De todas formas, os confieso que la mayoría de las veces, para ese fin utilizo unas obleas de empanadillas y quedan también muy ricas. 

Elaboración de la quiche

Ajustamos bien la masa al molde y utilizamos un molde cuyos laterales sean de unos 3 cm.  Pinchamos toda la base con un tenedor  y le ponemos peso encima, (Como he dicho yo le pongo garbanzos que tengo ya guardados para siempre que hago este tipo de masas), Seguimos las instrucciones de tiempo que he puesto en la elaboración de la pasta brisa.

En un cazo ponemos la leche y la ponemos a calentar.. Yo he utilizado los filetes de salmón que venden ya limpios en un conocido supermercado, pero si no lo encontráis tendréis que retirar las espinas y cuando rompa a hervir la leche, le  incorporamos el salmón y le bajamos el fuego a media temperatura, cocemos dos minutos y apagamos el fuego , lo dejamos reposar 4 minutos, escurrimos el salmón y reservamos.

En un plato ponemos los 2 huevos y las 2 yemas, el eneldo, la sal y la pimienta, batimos muy bien, incorporamos la nata y mezclamos bien.

Deshacemos el salmón en trozos que no sean muy pequeños (aprovechamos para quitarle las espinas que pudieran quedar) y los distribuimos sobre la base de la masa brisa horneada.

Ponemos también el salmón ahumado en trozos no muy pequeños, le incorporamos la mezcla de nata y huevos, y cubrimos con el queso de cabra troceado a groso modo y repartiéndolo por toda la quiche.

Con el horno precalentado a 200 grados horneamos durante 30 minutos aproximadamente (Depende del horno), a los 20 minutos yo le he puesto papel de plata por encima para evitar que se quemara.

Cuando este hecha la quiche la dejaremos reposar fuera del horno durante 10 minutos.

La podemos acompañar de una ensalada.