Cada vez que íbamos a merendar a casa de la tía Maruja y Carmen, después de unos entrantes generosos, siempre nos ponían café con leche y un bizcocho. Es decir, aquello era en realidad, una cena abundante. Todo estaba muy rico, pero el bizcocho era lo más. Debo decir que el bizcocho de cualquier clase que sea me encanta, y por eso hago una gran variedad, pero sin embargo, ninguno puede igualar al suyo. Por eso le pedí la receta a mi prima Carmen, y aquí tenéis un bizcocho, que a mi parecer, tiene tan buen sabor como presencia. Gracias Carmen!
Ingredientes
6 huevos
12 cucharadas de azúcar (275 g)
7 cucharadas de harina de repostería (200 g)
Elaboración
Precalentamos el horno a 180º.
Separamos las claras de las yemas.
En un cuenco ponemos las yemas y 11 cucharadas de azúcar y con una batidora de varillas a máxima velocidad, batimos hasta que las yemas blanqueen. Reservamos.
En otro cuenco aparte ponemos las claras y añadimos 1 cucharada de azúcar, montamos a punto de nieve con la batidora, también a máxima velocidad, hasta que estén bien firmes.
Una vez que hayamos montado bien las claras, añadimos las yemas batidas y batimos hasta que estén bien mezcladas, a igual velocidad.
Una vez que claras y yemas estén bien integradas, añadimos poco a poco, con la batidora a la velocidad más baja, las 7 cucharadas de harina de repostería, para que no se baje el batido.
Ponemos en el horno a 180º, 40 minutos.
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