jueves, 25 de abril de 2024

SANDWICH CRAVIOTTO

La cuestión de las cenas me resulta tediosa muchos días. Eso de pensar en comer sano, cocinar poco y que no todos los días sea pescado, se me hace cuesta arriba. Por eso romper con la monotonía de vez en cuando y hacer algo diferente, aunque nos saltemos las reglas, se convierte en un festín.

Hoy hacemos un sándwich rico de verdad y diferente a otro cualquiera.

Ingredientes

2 huevos medianos
2 rebanadas de pan de molde
1 loncha de jamón York
2 lonchas de queso que funda bien (puse havarti, pero sirve cualquiera)
1 poquito de aceite de oliva

Sal
Pimienta


Elaboración

Batimos bien los huevos, salpimentamos y bañamos las dos rebanadas de pan de molde por los dos lados.

Colocamos sobre una sartén ligeramente untada con aceite de oliva, y dejamos que se cuaje el huevo por ambos lados.

Reservamos en un plato.

El resto del huevo batido, lo vertemos en la sartén y cuando esté a medio cuajar, colocamos encima las dos rebanadas de pan que tenemos reservadas. El huevo que sobresalga, lo colocamos sobre las rebanadas con una lengua.

Encima ponemos una loncha de jamón york que cubra los dos panes, o si las lonchas son pequeñas una en cada rebanada. Encima ponemos dos lonchas de queso y plegamos una rebanada sobre la otra.

Esperamos que comience a fundirse el queso y damos la vuelta al sándwich para que se funda igual por ambas caras. Servimos en un plato partido en diagonal. Buenísimo.







miércoles, 10 de abril de 2024

ESTOFADO DE CARNE DE CERDO EN OLLA RAPIDA


Ingredientes 

1 kg de carne de cerdo en dados. Si puede ser de aguja de cerdo o cabezada (la parte del lomo de cerdo más próxima al cuello)
1/2 litro de caldo de carne.
200 ml. de vino tinto.
2 patatas.
2 o 3 zanahorias.
1 cebolla.
100 gr de salsa de tomate.
50 gr de guisantes.
2 dientes de ajo.
1 hoja de laurel.
Aceite de oliva.
Sal y pimienta.

Elaboración

Estofar es una forma de cocinado que nos permite disfrutar de unos platos siempre ricos, y si además, somos de los que le gusta darle un repaso final al plato con un trocito de pan, ya está todo dicho. No es lo mismo trocear unas verduras, y hervirlas que cortarlas con mimo para conseguir el grosor justo de cada rodaja. Si limpiamos bien la carne para eliminar los nervios y la grasa, y tenemos la suficiente la paciencia de dejar que cada ingrediente se cocine para sacar al máximo su textura y su sabor, el resultado final será algo más que un simple plato de carne con verduras.

El modo en que la cebolla carameliza y se fusiona con los azúcares del vino, la carne suelta sus jugos y la patata libera el almidón, engordando definitivamente el conjunto, nos ofrece un resultado único.

Yo he hecho el paso a paso en la forma tradicional, pero luego lo he terminado en la olla rápida. El resultado no ha podido ser más rico. La salsa engordó lo suficiente para quedar melosa y apetitosa y no quedó resto en ningún plato.

Elaboración

Empezamos troceando la cebolla bien finita. No vamos a pasar la salsa, así que quedando muy pequeña, después no vamos a encontrarla.

Pelamos y cortamos en rodajas la zanahoria, en rodajas no muy finas, porque queremos que se noten y se vean en la salsa.

En una olla rápida marcamos la carne de cerdo cortada en tacos a fuego vivo. Así que ponemos en la olla un chorro de aceite, la carne y salpimentamos.

Cuando la carne esté marcada (que no hecha) la retiramos a un plato y aprovechamos el aceite que vamos a utilizar para hacer el sofrito.

Incorporamos a la olla la cebolla y la zanahoria cortadas. Sazonamos y ponemos a sofreír a fuego medio. Cuando esté a medio hacer, añadimos los dos dientes de ajo enteros.

Cuando veamos que la cebolla empieza a dorarse, añadimos el vaso de vino tinto. Dejamos hervir unos minutos para que se evapore el alcohol u agregamos la salsa de tomate.

Con este fondo hirviendo a fuego bajo, añadimos la carne de cerdo y el jugo que habrá soltado.

Incorporamos la hoja de laurel y el caldo de carne y llevamos a ebullición.

Tapamos la olla y, lo dejamos cocinar 25 minutos desde que se levante la válvula.

Pasado el tiempo, despresurizamos y destapamos la olla. Es el momento de incorporar las patatas chascadas. Volvemos a cerrar la olla y dejamos que las patatas se cocinen durante 3 minutos desde que suba la válvula.

Volvemos a despresurizar y destapamos. Añade los guisantes (los míos eran congelados) y retiramos la hoja de laurel. Dejamos hervir a fuego medio durante otros 3 minutos.

Cuando veamos que la patata está a punto, ha llegado el momento de retirar la olla del fuego y servir.

Dejamos reposar unos minutos para que la salsa coja la textura ideal y la temperatura sea la adecuada para el consumo.

Tened en cuenta que en cuanto más tiempo dejemos estofar la carne, más tierna va a estar.

Este es uno de esos platos ganan mucho de un día para otro, pero mejor si no lo congeláis con la patata no es conveniente es que lo congeles con la patata. Podéis congelar una parte sin ella y cuando lo descongeléis añadir la patata.


MIGAS DEL PASTOR


Las migas, son una preparación culinaria de España y Portugal habitual a la hora del desayuno de la gente que se dedica a la trashumancia, a pueblos nómadas. Se elaboran principalmente con pedazos de la miga de pan acompañados de papada de cerdo o panceta y algo de chorizo.

Las migas posiblemente tengan su origen en el tharid musulmán un plato cuyos ingredientes eran pan candeal, no ácimo, al que se le añadía líquido, grasa animal y productos cárnicos tan apreciado en la cocina andaluza. En los territorios cristianos de la reconquista se elaboraba con pan, y se le acompañaba con pequeñas porciones de grasa de cerdo frita (torreznos) para distinguir a los comensales como cristianos viejos. La preparación se ha extendido con el devenir de los tiempos a lo largo de toda la península ibérica.

Antaño eran parte de la alimentación cotidiana (generalmente servidas como desayuno), poco a poco se han ido transformando en un plato de frecuencia semanal. Su uso ha pasado desde una elaboración fundamentalmente pastoril a plato de tasca y fonda.

Desde finales del siglo XX es frecuentemente elaborado y servido como una tapa en los bares de algunas zonas, perdiendo su entorno típicamente rural. La popularidad del plato en ciertos lugares de la cocina española hace que se celebren concursos anuales de elaboración y degustación de migas a lo largo de la geografía, generalmente en ocasiones de festividad. Se sirven por regla general calientes, pudiendo ser ellas mismas un plato o un acompañamiento.

Son un plato indicado para cuando el frío arrecia y para facilitar la digestión, nada más saludable que ponerse un buen calzado y caminar, caminar por nuestros campos españoles con tantos matices, y tantos olores a tomillo y romero, que da el inicio de la primavera.

De las migas nos habla Camilo José Cela en su delicioso “Viaje a la Alcarria”

“Por la plaza de la Hora se pone el sol. Enlutada una señora vela al señor. Suena triste una campana con suave amor. Por el cielo de Pastrana vuela el azor”

Ingredientes

1 pan de pueblo de dos o tres días de antigüedad
1 trozo de panceta
1 trozo de chorizo (yo le puse poco, por aquello de hacerlas más ligeras, pero va en gustos
1 cucharadita de pimentón dulce (opcional)
4 dientes de ajo

Para acompañar las migas, podemos servirlas con unos huevos o unas uvas, aunque sin nada están buenísimas

Elaboración

La víspera, cortamos el pan en pequeños trocitos, a pellizcos y depositamos en un bol amplio. Rociamos con agua, y tapamos con un paño húmedo. He indicado rociar, no empapar, se trata de humedecer las migas, no de mojarlas.

Al día siguiente ya, ponemos en la sartén la panceta de cerdo cortada en trozos, con los ajos. Retiramos los torreznos y los ajos cuando estén fritos.

Freímos el chorizo en este mismo aceite, y los retiramos. Yo no he utilizado el pimentón, el chorizo de León le da ya el sabor y el color necesario.

A continuación, añadimos los trozos de pan, ponemos de nuevo en el fuego, e ir dando vueltas hasta que se doren. Esto depende del pan: si es muy recio y poco jugoso, igual hay que añadir un par de cucharadas de agua, para que estén jugosas. Yo no lo hice, me gusta que queden crujientitas.

Cuando estén doradas, añadir de nuevo los ajos, y servimos inmediatamente. No admiten mucha espera.

No acompañé ni con uvas ni con huevos, el plato es en si mismo, absolutamente contundente. De esos platos ricos pero que no son precisamente ideales para una dieta saludable. Es, al menos en nuestro caso, un plato de capricho y una excepción. Están muy ricas…pero como expliqué en un principio, es un plato pensado para gente que trabaja fuerte.




BACALAO CON TOMATE


Ingredientes

1 kg bacalao desalado (6 lomos)
3 pimiento verde
1 kg tomate frito casero
150 g harina
Sal
Aceite de oliva

Elaboración

Lavamos los pimientos, retiramos los tallos y las semillas y los troceamos en tiras.

En una sartén con aceite caliente confitamos los pimientos. Primero con fuego suave y cuando están blandos subimos el fuego para que se doren ligeramente. Reservamos.

Pasamos los lomos de bacalao por harina y los sellamos ligeramente en la misma sartén donde cocinamos los pimientos.

Deben quedar jugosos por dentro. El bacalao excesivamente hecho pierde toda su gracia.

En otra sartén ponemos el tomate frito. Cocinamos con fuego muy suave. Cuando comience a hervir incorporamos el bacalao, cubrimos con la salsa y colocamos los pimientos encima. Continuamos la cocción unos 6 minutos más, con la cazuela tapada.

El tiempo puede variar en función del grosor del pescado.

BIZCOCHO DE ZANAHORIA Y NUECES EN THERMOMIX

 
Hace tiempo que tenía ganas de hacer este bizcocho. Por lo general todos los bizcochos a los que se les pone hortalizas como la calabaza, el calabacin o similares siempre me han resultado jugosos y ricos. Hoy ha sido el día, y he de decir que es de los más ricos que he probado. Mucha gente le pone una glasa y lo convierte en una tarta, bajo mi punto de vista, no lo necesita en absoluto, es muy jugoso, no necesita ningún plus. El resultado es más de una tarta que de un bizcocho, genial para tomar con un café a media tarde o como postre.

Ingredientes

400 g de zanahorias peladas y en trozos
225 g de azúcar
125 g de azúcar moreno
4 huevos grandes
240 g de aceite de girasol
2 cucharaditas de vainilla líquida
240 g de harina de repostería
2 cucharaditas de bicarbonato sódico
1 cucharadita de levadura química en polvo
1 cucharadita de canela en polvo
½ cucharadita de sal
100 g de nueces picadas
1 cucharada de azúcar glas para espolvorear

Elaboración

Precalentamos el horno a 180º. Forramos con papel de hornear la base de un molde desmoldable de 24-25 cm de diámetro y engrasamos las paredes con mantequilla o antiadherente para bizcochos.

Troceamos las nueces.

Reservamos.

En el vaso de la Thermomix ponemos las zanahorias y programamos 10 segundos, a velocidad 5. Con la espátula, bajamos los restos que hayan quedado en las paredes y tapa del vaso hacia las cuchillas y programamos 5 segundos más, a velocidad 5. Con la espátula, bajamos de nuevos los restos que hayan quedado en las paredes y tapa del vaso hacia las cuchillas.

Añadimos el azúcar, el azúcar moreno, los huevos, el aceite de girasol y la vainilla. Programamos 30 segundos, a velocidad 4.

Agregamos la harina, el bicarbonato, la levadura, la canela y la sal. Programamos 10 segundos, a velocidad 4.

Incorporamos las nueces picadas y mezclamos todo con la espátula, mediante movimientos envolventes.

Vertemos en el molde reservado y horneamos durante 60 minutos, a 180º, o hasta que al pinchar con un palillo en el centro del bizcocho, éste salga limpio.

Retiramos del horno y dejamos que temple durante unos minutos. Desmoldamos y dejamos sobre una rejilla hasta que enfríe completamente.

Espolvoreamos azúcar glas por encima, partimos en porciones y servimos.




miércoles, 13 de marzo de 2024

CENA SALUDABLE PARA CUALQUIER DÍA


Lo más habitual para cenar en casa es que tomemos pescado, algún día huevos, pero a lo sumo un par de días a la semana, bien en tortilla o rellenos de formas diferentes. La cuestión es ir cubriendo con comidas saludables las necesidades alimenticias, pero cambiar también es necesario, y por eso preparé esta cena diferente.

Tenia en la nevera queso ricotta que estaba a punto de caducar y busqué en la red, diferentes formas de emplearlo. Encontré esta receta que me pareció maravillosa porque incluía todo lo que me gusta, vegetales crudos, aguacate, tomates y una novedad, semillas de chía. Nunca las había incluído en la dieta, así que he buscado en la red sobre sus cualidades porque es uno de esos ingredientes de cuyas bondades se habla mucho, y si. Esto es lo que encontré:

Estas semillas, procedentes de Centroamérica, tienen una serie de propiedades y beneficios que son un excelente motivo para incorporarlas a nuestra dieta habitual.

Gracias a las semillas de chía el organismo eliminará toxinas y líquidos. Además, contribuyen a regular la flora intestinal y a frenar el proceso de oxidación celular. Por tanto, es un alimento que no solo regula ciertas funciones o procesos corporales, sino que también ayudará a sentirnos saludables por dentro y por fuera.

Contiene propiedades antiinflamatorias, por lo que su consumo puede aliviar de forma notable el dolor que sufren las articulaciones con el paso del tiempo. No obstante, no ayuda a frenar su desgaste.

Las semillas de chía aportan una gran cantidad de fibra y energía. Pero, además, son muy ricas en proteínas, por lo que son buenas si pretendemos ganar masa muscular .

Ayudan a controlar el sobrepeso y a no picar entre horas

Su alto contenido en fibra permite regular el sistema digestivo y controlar la sensación de saciedad.

Si consumimos estas semillas previamente hidratadas, su poder saciante es muy elevado. Además, los nutricionistas aconsejan comer la chía en el desayuno para aprovechar la energía que aporta y que nos permitirá estar activo durante gran parte del día.

Una buena alimentación es fundamental para tener energía durante todo el día. Parte de esa falta de energía puede derivarse de no consumir la cantidad de azúcares que el organismo necesita. De hecho, contienen más proteínas y potasio que casi cualquier verdura. Además, sus azúcares son de absorción lenta.

El omega 3 es un ácido graso cuyas propiedades son de gran ayuda en diferentes procesos. Por ejemplo, refuerza el sistema inmunológico, el sistema nervioso central, mantiene la piel brillante e hidratada…

La forma más habitual de consumirlo es mediante el salmón, pero las semillas de chía aportan mucho más cantidad de omega 3.

Hemos de tener en cuenta, eso si, que 100 g de semilla de chía aportan 500 calorías, y además hemos de tomarlas con precaución, puesto que un exceso de consumo puede producirnos trastornos intestinales. Se trata de tomarlas como un complemento, no como algo habitual.

Y ahora os cuento lo que preparé para cenar. 

Ingredientes

Pan del día
Mezcla de verduras de ensalada verde
Aguacate
Tomates Cherry
Jamón York
Queso ricotta
Semillas de chía
Aceite de oliva
Vinagre balsámico al Pedro Ximénez

Elaboración

Lo primero que debemos hacer es abrir el pan y ponerlo a tostar ligeramente en el hornillo.
Pasados 3 o 4 minutos (dependerá de la potencia de vuestro hornillo), y sin que se dore demasiado sacamos el pan a un plato y lo regamos ligeramente con aceite de oliva y vinagre balsámico.

A continuación colocamos primero las verduras de hoja, unas rodajas finas de aguacate y los tomates Cherry.
Cubrimos cada trozo de pan con 2 rodajas de jamón de York, queso ricotta y ponemos por encima unas semillas de chía. Ya tenemos una cena rápida y completa con verduras cardiosaludables y proteínas y además de rápida, muy rica.


CREMA DE ZANAHORIAS ASADAS CON RICOTTA


Esta es una receta de mi hija a la que como a mi, le gusta cambiar la forma de elaborar los platos porque con la creatividad en la cocina se consiguen con ingredientes muy sencillos cocinar menús sanos y variados. A mi me ha encantado, estaba buenísima.

Ingredientes (para 4 personas)

500 gr de zanahorias
2 cebollas
2 ajos
500 ml de leche (depende de cómo guste, yo hubiera añadido algo más)
1 cucharadita de cúrcuma en polvo
Aceite de oliva de oliva virgen extra
Sal y pimienta al gusto

Para decorar: ricotta, zanahorias asadas, cebollino y aceite, lo que queramos.


Elaboración

Pelamos, lavamos y troceamos las zanahorias.

Colocamos en una fuente de horno, con las cebollas peladas y en cuarto y los ajos. (La receta original pone una cabeza de ajos, pero en nuestra familia los ajos nos gustan justitos). Añadimos aceite y sal y horneamos unos 35 min a 200ºC, o hasta que veamos que las verduras están tiernas. Los ajos a los 25 min estarán listos y podemos sacarlos.

Trituramos todas las verduras asadas (dejamos unas zanahorias para decorar, si nos gusta) con sal y pimienta al gusto, la cúrcuma y ajustamos la textura añadiendo más o menos leche.

Terminamos sirviendo con un poco de zanahorias asadas, ricotta, cebollino y aceite. A mi personalmente me encanta la ricotta, así que le fui añadiendo a medida que degustaba el plato.

Para mi la ricotta va bien con casi todo; anoche por ejemplo me hice una tostada de pan del día con un chorrito de aceite y unas gotas de crema de vinagre de Módena con una ensalada variada, aguacate, tomatitos cherry, jamón york y queso ricotta con semillas de chía y cené fantásticamente. 

Podemos hacer pasta, postres... lo que queramos porque es un queso que además de ser bajo en calorías y grasa, es una excelente fuente de proteínas. Contiene alrededor de 11 gramos de proteína por cada 100 gramos, lo que lo convierte en una opción nutritiva para aquellos que buscamos aumentar la ingesta de proteínas sin consumir muchas calorías.

viernes, 8 de marzo de 2024

MAGDALENAS DE PUEBLO CON AROMA DE LIMÓN EN THERMOMIX

 
Ingredientes para 24 unidades

250 g de azúcar blanquilla
la piel de 1 limón (sin la parte blanca)
200 g de aceite de  girasol o de oliva suave
*
250 g de leche
3 huevos
375 g de harina de trigo
1 sobre de levadura tipo Royal


* La receta original, pone 250 g de aceite, pero yo procuro siempre reducir las grasas. Os puedo decir que salieron muy ricas. 

Elaboración


Ponemos en el vaso la piel del limón y el azúcar. Programamos 1 minuto, velocidad progresiva 5-7-10.

Ponemos la mariposa en las cuchillas y echamos los huevos sobre el azúcar aromatizado que acabamos de preparar. Programamos 4 minutos, 37º, velocidad 2.

Acabado el tiempo programamos de nuevo 6 minutos, 37º, velocidad 2.

Durante los 3 primeros minutos añadimos el aceite poco a poco sobre la tapadera con el cubilete puesto.

Durante los 3 últimos minutos hacemos lo mismo con la leche.

Retiramos la mariposa.

Añadimos la harina tamizada y la levadura y programamos 2 minutos, 37º, velocidad 3. Si tenemos tiempo, dejamos reposar la masa mínimo 1 hora en la nevera o más o menos según el tiempo del que dispongamos.

Precalentamos el horno a 220ºC con calor arriba y abajo.

Mientras se calienta el horno echamos la masa en cápsulas de magdalena dentro de un molde rígido para muffins. Rellena ¾ partes o un poco más de cada cápsula y espolvoreamos con azúcar la superficie de cada magdalena.

Horneamos a 200º durante 15 o 20 minutos con calor arriba y abajo.

Retiramos a una rejilla y deja que enfríen. Guardamos en cajas herméticas, o si no tenemos, en bolsas de plástico.

Normalmente, cuando hago magdalenas y la receta es para 3 o 4 huevos, doblo las cantidades para aprovechar el calor del horno. Con esta forma de elaboración y estas cantidades, no es posible hacerlo. La masa sube mucho durante la preparación y no hay posibilidad de añadir la harina, salvo que, como yo hice, dividáis la masa y la harina en dos partes y la mezcléis por separado. Como doblé las cantidades, me salieron 48 magdalenas, vamos, para repartir!

 

TARTA DE MANZANA DE GORDON RAMSAY. FÁCIL, RAPIDA DE HACER Y MUY RICA

Hoy quería utilizar una masa de hojaldre de mantequilla que compré para hacer un solomillo Wellington y que luego cociné de otra forma, así que he elaborado una tarta sencillísima que le vi hacer a Gordon Ramsay hace tiempo y que a pesar de su sencillez, está buenísima. Os cuento como la he hecho. Lleva poquísimo tiempo de elaboración y el resultado no puede ser mejor.

Ingredientes

1 masa se hojaldre de mantequilla redonda.
2 o 3 manzanas (según tamaño).
100 gr de mantequilla (utilicé mucho menos).
Azúcar glasé.
El zumo de 1 limón.

Elaboración

Colocamos la masa de hojaldre en la bandeja del horno y con un tenedor vamos pinchando y hacemos agujeros para que luego no suba en el horneado.

A continuación pelamos, descorazonamos y cortamos las manzanas en finas láminas que dejaremos en agua con limón para que no se oxiden. Yo lo he hecho con la mandolina, y quedaron unas rodajas como de medio dedo de grosor. Si las hacemos demasiado finas la tarta quedará menos jugosas.

Secamos y comenzamos a superponer encima de la masa, con cierto orden. Mi masa era rectangular, días pasados la había hecho en una masa redonda  pero no me gustó el resultado porque no entraba bien en la bandeja del horno y no quedaba estéticamente presentable. Esta es mejorable pero quedó mucho mejor que la anterior, porque subsané los errores de la primera elaboración. 

Una vez que hemos terminado de colocar la manzana, pincelamos la superficie con mantequilla en pomada y al horno 30 min a 210º C, en altura media del horno. Dejamos enfriar unos minutos y podemos ponerle mermelada de albaricoque o azúcar glasé, a gusto de cada cual. De todas formas cada horno a pesar de que marque los mismos grados, calienta de forma diferente, así que deberéis vigilar y sacar del horno cuando la manzana empiece a dorarse por los bordes.

Dejamos que atempere un poco si, como en mi caso, en lugar de mermelada ponemos azúcar glasé. Se puede comer tal cual, pero yo requemé el azúcar con un soplete. Está muy rica caliente, yo diría que incluso más que fría. Lo ideal es acompañarla de una bola del helado de vainilla o de cualquier otro que nos guste, pero hoy no tenía en casa y puedo deciros que la hemos disfrutado mucho igualmente. Es una tarta muy ligera, no es nada empalagosa y  muy sabrosa.








miércoles, 28 de febrero de 2024

CALAMARES Y LANGOSTINOS EN SALSA AMERICANA


Nunca había hecho calamares en salsa americana aunque en redes, he visto siempre muchas recetas y los tenia aparcados entre las cosas pendientes que quería hacer. Con pocas variaciones las recetas que he visto son similares así que siguiendo mi norma, yo le he dado mi toque personal adaptando la receta a los gustos de nuestra familia. El resultado nos ha sorprendido por lo rico y sabroso que está el plato. Eso si, los salseros, tendrán que preparar un buen pedazo de pan porque la salsa está de muerte. 

No sabría elegir entre los hechos en su tinta o estos, yo creo que éstos me han gustado más, no se si por la novedad o porque realmente están muy ricos,

Os cuento como los he hecho.

Ingredientes

1/2 kg de calamares una vez limpios
500 ml de caldo de pescado y marisco o agua
12 langostinos de buen tamaño
300 g de tomate triturado
100 ml de vino blanco
100 ml de brandy
1 puerro
2 dientes de ajo
2 cayenas
1 cucharadita de harina
Sal
Aceite de oliva

Elaboración

Yo compré 4 calamares de tamaño mediano, no demasiado grandes. Los limpié retirando la piel y los intestinos, quité la parte superior de los tentáculos y la boca. Le di la vuelta a la cabeza para comprobar que el interior estuviera completamente limpio y dejé que soltaran el agua primero en un escurridor y luego los puse sobre papel absorbente para evitar que al momento de rehogarlos saltaran. Los corté en anillas, pero cada cual puede cortarlos a su gusto.

Lo primero que hice fue pelar los langostinos, retirando la cabeza y los intestinos. Me reservé las cabezas para añadir al caldo su jugo.
En una sartén con un poco de aceite, puse las cabezas hasta que se pusieron de un color anaranjado, apretando con un tenedor para que soltaran todos sus jugos. Les añadí un poco del caldo de pescado y dejé que dieran un hervor. Trituré todo y colé el caldo con un colador de malla espesa para que no pasara ningún resto. Obtuve medio litro de caldo en total.

A continuación en una cazuela amplia y  baja, rehogué el puerro y los ajos cortados muy menuditos, hasta que empezaron a ponerse doraditos, pero sin quemarse.

Añadí los calamares ya cortados y rehogué a fuego vivo, hasta que vi que estaban ya de color blanquecino.
Puse después a fuego medio y añadí la cucharadita de harina que será la que luego permita que el caldo espese, cuando la harina se hubo sofreído -sin quemarse y sin pegarse-, porque el caldo que han soltado los calamares lo impide, añadí primero el vino blanco y dejé que hirviera para que se evaporara el alcohol.

Puse el brandy, y cuando rompió a hervir, lo flambeé y dejé hasta que las llamas desaparecieron.

Durante el flambeado, debéis tener en cuenta que nunca debéis tener en funcionamiento la campana extractora, porque eso haría que la llama subiera hacia arriba y podría incendiarse.




Una vez, que la llama del flambeado se apaga por completa, añadiremos el tomate natural triturado, las cayenas y parte del caldo de pescado que hemos preparado. El resto, se lo iremos añadiendo a medida que se van haciendo los calamares y según vayamos viendo que espesa la salsa. Yo lo he puesto todo.

Tenéis que tener en cuenta que al tener harina hay que vigilar la cocción moviendo en vaivén la salsa, o caso de ser necesario, con una espátula, pero no debe pegarse nunca. Tapáis la cazuela sin cerrarla completamente, para que el caldo vaya evaporando poco a poco.

El tiempo cocción dependerá de los calamares, no todos requieren el mismo tiempo, y claro está, como os gusten en casa, a nosotros nos gusta que estén tiernos. Los míos estuvieron una hora y les fui añadiendo poco a poco durante la cocción el resto del caldo, según iba espesando la salsa.

Cuando veáis que los calamares están hechos, agregáis los langostinos, con un par de minutos suelen estar hechos, pero los míos eran gorditos y los tuve 4. El plato es muy rico...



VICHYSSOISE CON MANZANA Y JAMÓN CRUJIENTE. TRADICIONAL Y THERMOMIX

Hoy pongo la versión de una de mis cremas preferidas: la vichyssoise. Una crema de puerro y patata super suave, que me gusta acompañar con jamón crujiente. El toque de manzana es opcional, a mi me encanta darle una versión diferente y ésta, está muy buena.

Ingredientes

350 g de puerro (solo la parte blanca)
1 cebolleta
350 g de patata
1 y 1/2 manzana Golden (si no os gusta demasiado el toque dulce podéis otro tipo de manzana o poner menos)
6 lonchas de jamón serrano
Caldo de pollo o de verduras
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta negra al gusto
200 g de leche o leche evaporada* puse leche semidesnatada.
 
* La cantidad de leche  dependerá del caldo que os haya quedado después de la cocción, pensad que tenemos que obtener una crema, así que la incorporaréis poco a poco según vais necesitándola

Elaboración tradicional

Empezamos cortando el puerro y la cebolleta en rodajas. En una olla calentamos un chorro de aceite de oliva virgen extra y rehogamos la cebolleta y el puerro a fuego medio-bajo, unos 5-10 minutos hasta que comiencen a tomar color.

Agregamos la patata y la manzana, peladas y cortadas en cubos. Le damos un par de vueltas y vertemos el caldo. La cantidad necesaria será la suficiente para cubrir todos los ingredientes, sin pasarnos de líquido. Tapamos la olla y hervimos unos 40 minutos a fuego suave.

Cuando la patata esté blanda, corregimos de sal y pimienta. Cuando la crema haya templado procedemos a triturar la crema, esperamos que temple un poco más e incorporamos la leche . Debe quedar una crema bien fina y sin grumos, podemos colar en caso de ser necesario, pero si las hortalizas están bien cocidas no es necesario. Si nos gusta más líquida, podemos agregar algo más de caldo o de leche.

Por otro lado, preparamos el crujiente de jamón serrano. Colocamos las lonchas de jamón entre dos papeles absorbentes y calentamos 2 minutos en el microondas.

Dejamos enfriar y tenemos listo el crujiente.
Ya solo queda montar el plato. Colocamos una buena cantidad de la crema como base, un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, si nos gusta un toque de pimienta y el jamón crujiente al centro…

Elaboración en thermomix

Ponemos la cebolleta y los puerros troceados en la thermomix con el aceite. Le damos dos golpes de turbo, y programamos 5 minutos, temperatura Varoma, velocidad 1 para pocharlos.

Una vez que se han pochado, troceamos las patatas y la manzana, salamos y cubrimos con el caldo. Programamos 20 minutos, temperatura Varoma, velocidad 1. Una vez que termine el tiempo, trituramos en velocidad progresiva 5-7-9, durante unos segundos, y comprobamos si nos gusta cómo ha quedado la crema de fina, (tiene que tener una textura muy suave, pero espesa que después aclararemos con leche). Dejamos enfriar en el frigorífico hasta que esté bien fresquita.

Poco antes de llevarla a la mesa, le añadiremos la leche. Podemos ayudarnos de una batidora de mano para conseguir que esté bien emulsionada la crema. La leche es preferible ir añadiéndola poco a poco para conseguir que quede cremosa pero sin pasarnos del punto. Si pusiéramos demasiada, dejaría de ser crema!

sábado, 24 de febrero de 2024

MAGDALENAS TRADICIONALES CON MIEL, EN THERMOMIX Y TRADICIONAL

 
Ingredientes

500 g harina de repostería
22 g de polvos de hornear
6 huevos medianos
6 g de sal
320 g de azúcar
70 g de miel
200 g de aceite de girasol o de oliva suave (Podéis poner hasta el doble de aceite, pero a mí no me gusta que tengan demasiada grasa)
120 g de leche
Ralladura de 2 limones

Elaboración tradicional


Para esta elaboración vamos a utilizar una minipimer con el brazo de varillas.

Tamizamos la harina con la levadura química y reservamos.

Batimos a velocidad media los huevos con la sal.

Cuando empiecen a espumar, añadimos el azúcar en tres veces y seguimos batiendo a media velocidad unos 5 minutos.

Incorporamos la miel y batimos unos 10 segundos, para que se incorpore a la mezcla.

Añadimos el aceite y la leche en un chorrito sin parar de batir a velocidad media-baja, hasta que estén incorporados a la mezcla.

Añadimos la ralladura de limón y batimos durante unos 5 segundos.

Incorporamos en tres veces la harina tamizada con la levadura, removiendo a velocidad baja hasta que esté homogéneo.

Batimos a velocidad rápida durante 1 minuto, 

Ponemos en una manga pastelera desechable y guardamos en la nevera unas horas.

Pasado este tiempo, sacamos de la nevera y batimos 30 segundos con las varillas a velocidad alta para afinar la masa.

Pasamos a las cápsulas en un molde de magdalenas, llenando 3/4 partes de las cápsulas.

Ponemos un poquito de azúcar sobre cada una, en el centro, con una cucharita.

Horneamos en el horno (precalentado) a 180º C, durante 15/20 minutos poniendo la bandeja en el centro del horno, o hasta que tengan el color que nos gusta.

Sacamos a una rejilla y dejamos enfriar.

Elaboración thermomix

Ponemos en la thermomix, la piel del limón sin la parte blanca y el azúcar y trituramos a velocidad progresiva 4/7/9

Sin lavar el vaso añadimos los huevos. Programamos 3 minutos, velocidad 5 a 37º. Después volvemos a programar 3 minutos, velocidad 5 sin temperatura.

Incorporamos el aceite, la leche y la miel y programamos 15 segundos velocidad 5.

Por último, añadimos la harina, la levadura y la sal y programamos 10 segundos y velocidad 6.

Removemos un poco con una espátula para asegurarnos de que no hay grumos y pasamos la masa a una manga pastelera. Dejamos reposar en la nevera 30-60 minutos, e incluso más, yo la he tenido toda la tarde.

Precalentamos el horno a 200ºC con calor de arriba y abajo. Rellenamos las cápsulas de papel 2/3 partes y si nos gusta espolvoreamos con azúcar la superficie.

Al poner las magdalenas, bajamos la temperatura del horno a 180º C. Horneamos las magdalenas 15/20 minutos aproximadamente o hasta que veamos que están doradas

Sacamos las magdalenas del horno y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla. Una vez frías las guardamos en un recipiente hermético.

HUEVOS RELLENOS DE SALMÓN


Ingredientes para 8 huevos

8 palitos de surimi
100 g salmón
1 lata de atún pequeñita
2 cucharadas de queso Philadelphia
2 cucharadas de mayonesa
Eneldo (opcional, yo no lo puse)
la yema de los huevos (me reservé dos para decorar)
Lechuga

Elaboración

Cocemos los huevos unos 10 minutos, dejamos enfriar, pelamos y cortamos por la mitad reservando las yemas. (Ya sabéis que a veces los huevos se pelan mal, yo utilizo un truco que me va muy bien que es echar un buen chorro de vinagre y sal al momento de llevarlos al fuego y después dejarlos enfriarse en el agua de cocción). A mí me funciona.

En un bol vamos poniendo todos los ingredientes muy picaditos, las yemas, el surimi, el salmón, el bonito escurrido, el queso crema y la mayonesa. Mezclamos bien y rellenamos las mitades de los huevos. Yo me reservo siempre como he dicho, un par de yemas para decorar un poco.

A mi me quedó un poco densa la mezcla, lo resolví agregando un poco más de mayonesa, hasta encontrar el punto.

Colocamos un plato cubierto con lechuga vamos rellenando los huevos y poniéndolos encima. Decoramos con mayonesa y las yemas reservadas.

Servimos bien fresquitos.




JUDIAS VERDES EN OLLA RAPIDA, AL ESTILO DE MI MADRE


Siempre que íbamos a casa de mis padres por el verano, le pedíamos a mi madre que nos hiciera judías verdes porque le salían riquísimas. 

Mi padre, después de jubilarse se compró un huerto y encontró un hobby maravilloso, que le proporcionaba cosas muy importantes, buena salud, aire libre y satisfacción personal. 

Durante todo el verano teníamos las mejores frutas y hortalizas, naturalmente las más ecológicas y frescas. 

En su momento, yo hice lo mismo, salvando las distancias, porque mi padre, tenía una parcela muy grande y yo un huerto de 100 metros, pero eso sólo lo hice unos años, porque requería un esfuerzo que mi salud no me permitía. Ahora tengo dos huertos elevados en los que cultivo algunas lechugas, cebollas, y tomates, pero fundamentalmente fresas. 

Me encanta cuidarlos y mi espalda no se resiente. Por suerte nos siguen regalando verduras y si no es así, las compramos en un vivero que tenemos cerca.

Ya se sabe que las normas de cultivo en España son extremadamente exigentes y que no está permitido el uso indiscriminado tanto de fertilizantes, como de abonos o de sulfatos, con lo cual, son de toda garantía. 

Aviso un rato antes de salir de casa al dueño del vivero, y como me conoce, cuando llego ya me está pelando las judías. Le compro muchas cosas, voy varias veces y siempre me regala otras cosas. El excedente, lo voy guardando en el congelador para el resto del año.

Tienen un sabor totalmente diferente a las que se compran en Madrid.

Y ahora, os cuento como hacía mi madre las judías verdes.

Ella hacía una cocina rica en condimentos pero sin grasas. Por ejemplo, a las judías, les ponía durante la cocción o un trozo de jamón, (digo jamón, no hueso de jamón que nosotros no utilizamos porque desprende mucha grasa), o un trozo de ternera. 

Estaban buenísimas. Yo hoy las hice en olla rápida, y en lugar de ternera, les he puesto un hueso de rodilla que al no tener caña, da sabor pero no suelta grasa.

Ingredientes

1 k de judías verdes congeladas de León
1 par de patatas medianas
Aceite de oliva
1 ajo
1 cucharada de pimentón.

Elaboración

Ponemos agua con sal en la olla rápida, como 3 o cuatro dedos. 

Cuando rompe el hervor, añadimos el hueso y las judías verdes. Incorporamos el par de patatas, escachadas y  antes de cerrar la olla, hacemos un sofrito con los ajos y el pimentón y lo añado. Cerramos la olla y dejamos por 20 minutos a fuego medio bajo. (Ojo, los ajos no deben freírse en exceso, y para evitar que se os queme el pimentón, lo ponéis después de retirar la sartén del sofrito del fuego)

El truco para que las judías queden tan ricas está en que, después de despresurizarse la olla dejemos el guiso dar un hervor a fuego fuerte, de manera que parte del caldo de la cocción se consuma y la patata se desmorone espesando el caldo. 

Probad el punto de sal, y si seguís los pasos que indico, os van a encantar. Están buenísimas.

POTAJE DE VIGILIA CON BACALAO

 

Vamos a preparar una receta de potaje para estos días que en Madrid se ha puesto frio y apetece algo bien calentito, nos va a venir requetebién, y además vamos a preparar un potaje sencillo, rápido (menos de media hora) y lleno de sabor. 

Es una receta de legumbres con una base de garbanzos (que ya hemos comprado cocidos para hacer el plato en poco tiempo), con las espinacas y añadimos el bacalao ya desalado y un buen caldo de pescado para darle ese toque especial a nuestra receta. A nosotros nos encanta, así que siempre preparo para más de un día porque es una de esas recetas que gana con el reposo.

Ingredientes

Un bote de garbanzos cocidos 400 g. y otro mediano
250 g. de migas de bacalao desalado
200 g. de espinacas frescas (pus espinacas baby)
1 cebolla
2 dientes de ajo
2 huevos
1 rebanada de pan
1 cucharada  de pimentón
1 hoja de laurel
Aceite de oliva virgen extra
Sal (al gusto)
Caldo de pescado 

Elaboración

Tenemos que lavar los garbanzos cocidos muy bien sin que quede ningún resto de la gelatina que rodea al garbanzo y los vamos a añadir al final de la cocción del guiso. Sólo para que se impregnen bien del sabor del resto de los ingredientes. 

Este tipo de garbanzos ya cocidos y envasados en tarro de cristal ahorran mucho tiempo en la cocina y son perfectos también para platos como un hummus o una ensalada

Primero vamos a preparar el sofrito. Picamos fino uno de los dientes de ajo y pelamos el otro. 

Pelamos las cebollas y las picamos en brunoise, para no encontrar después demasiados pedazos. 

En una sartén amplia vertemos aceite de oliva  y freímos el ajo a fuego medio. En cuanto empiece a “bailar”, vemos que coge un tono dorado, retiramos el diente de ajo entero.

Añadimos la cebolla y seguimos sofriendo. Salamos al gusto. Cuando esté pochada, apagamos el fuego y dejamos atemperar un poco el aceite. Añadimos una cucharada  de pimentón y removemos bien para que se integre perfectamente con el sofrito. Reservamos.

En un cazo pequeño ponemos agua a hervir. Cocemos los huevos, que luego utilizaremos al final de la receta. La receta indica que cuando estén cocidos partamos a la mitad y repartamos una mitad por persona. Si os gusta mucho, incluso podéis poner un huevo duro por persona. 

Yo he hecho esta noche huevos rellenos, de forma que he puesto menos huevos en el potaje, pero eso va en gustos, porque a mi por ejemplo, me gusta picar la la clara y desmenuzar la yema para que se integre en el caldo, y eso le da un sabor muy rico, lo hago en el mortero con el pan, como se indica en el paso siguiente.

Ponemos la cazuela a fuego medio con los garbanzos y un caldo de pescado (agua en caso de que no lo tengáis en casa, vale también un caldo de verduras o similar). Cuando empiece a tomar temperatura, vertemos el sofrito y removemos bien. Echamos ahora en varias tandas las espinacas, que en poco tiempo irán reduciendo su tamaño.

Rectificamos de sal y dejamos cocinando un par de minutos. Desmigamos el bacalao en trozos que luego podamos comer de un bocado. 

Añadimos a la cazuela y la movemos “en vaivén” (por las asas) para que se vayan mezclando todos los ingredientes. Bajamos a fuego bajo. En 5 minutos estará listo nuestro potaje, pero mientras tanto vamos a preparar el toque final.

En una sartén con un poquito de aceite de oliva, freímos la rebanada de pan (mejor si es de pan de pueblo, pero sirve pan del día anterior, de hecho, yo siempre trato de aprovecharlo). Vuelta y vuelta hasta que esté dorada y crujiente. En un mortero echamos el pan frito desmenuzado y el diente de ajo que teníamos reservado. Machacamos y hacemos un majado, También pongo las yemas.

Pasados los 5 minutos desde que echamos el bacalao. Añadimos el majado anterior. Con este truco le daremos consistencia al caldo y un sabor muy rico. Probamos de sal, si fuese necesario rectificamos.

Si queréis cortáis los huevos cocidos y fríos,  a la mitad. Lo añadís a cada plato justo antes de servir en la mesa. Servir el potaje bien caliente.

Este plato de cuchara sienta de maravilla, incluso en días que no haga tanto frío.

TORRIJAS DE BRIOCHE


Vamos a preparar unas torrijas con el pan brioche que hicimos ayer.

Lo primero que debo indicar, es que para la elaboración de estas torrijas, que son muy ricas,  es fundamental seguir todos los pasos tal cual indica la receta, desde el grosor de las rebanadas (yo las corté más finas y no corté los bordes, con lo que la torrija perdió presentación) hasta la temperatura de la leche.

Para que la torrija, esté rica, una condición indispensable es, que, 
el pan que se utiliza esté bien humedecido por todas partes, incluso por dentro. Al ser el pan brioche, tierno y alveolado, se maneja con más dificultad, pero el esfuerzo, merece la pena.

Ingredientes

4 rebanadas de pan brioche
400 ml de leche
1 palo de canela en rama
1 piel de naranja para aromatizar
1 piel de limón para aromatizar
40 g de azúcar
50 g de mantequilla

Elaboración

Lo primero que vamos a hacer para preparar las torrijas de brioche será preparar las rebanadas del pan de brioche. Vamos a cortar unas rebanadas gorditas, de unos 4 cm de grosor. Les vamos a cortar los bordes y las vamos a dividir en dos rectángulos iguales.

A continuación, vamos a infusionar la leche con la que después empaparemos las rebanadas de pan brioche. En un cazo colocamos la leche y añadimos la canela en rama, un poco de piel de naranja y de piel de limón (evitando la parte blanca que resulta amarga) y el azúcar.

Removemos bien con unas varillas para que se disuelva el azúcar y dejamos infusionar a fuego medio durante 5 minutos sin que la leche llegue a hervir. Después de los 5 minutos, la leche ya habrá adquirido todo el aroma de la canela y el limón y la naranja. Colamos la leche y la reservamos en un bol.

Vamos a dejar que la leche pierda temperatura y cuando ya esté templadita, regamos las rebanadas de brioche por todos los lados. Dejaremos que el pan brioche se empape bien con la leche durante unos 15 minutos. Después de los 15 minutos, escurrimos un poco las torrijas del exceso de leche que puedan tener y las pasamos a una fuente.

A continuación, vamos a caramelizar las torrijas de brioche en la sartén con mantequilla y azúcar. Para ello, ponemos una sartén a fuego fuerte con la mantequilla. Cuando la mantequilla esté derretida, añadimos un poco de azúcar y colocamos las torrijas. Las vamos a dejar sobre un minuto por cada lado hasta que se pongan doraditas y crujientes por fuera.

¡¡Y ya tenemos nuestras torrijas de brioche listas para comer!! Muy crujientes por fuera y súper cremosas por dentro.

BRIOCHE EN THERMOMIX

Ingredientes

20 g de leche
20 g de levadura prensada fresca desmenuzada
o bien 2 cucharaditas de levadura de panadería deshidratada (8 g)
350 g de harina de fuerza (y algo más para espolvorear)
4 huevos
60 - 100 g de azúcar
1 cucharadita de sal
170 g de mantequilla en trozos pequeños (y algo más para engrasar)
1 yema de huevo ligeramente batida para pincelar

Elaboración

Ponemos en el vaso la leche, la levadura prensada, la harina, los huevos, el azúcar y la sal y programamos Velocidad cuchara/7 min.

Añadimos la mantequilla y programamos velocidad cuchara 2 minutos.

Retiramos la masa a un bol grande. La masa será muy elástica y pegajosa. Cubrimos con film transparente o con un paño húmedo y dejamos reposar en un lugar templado durante 1-2 horas. Ponemos el bol en el frigorífico durante 3-4 horas mínimo o durante toda la noche.

Engrasamos un molde rectangular de plum cake (aprox. 28 cm de largo) y reservamos. Ponemos la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y, con las manos enharinadas aplastamos ligeramente la masa para formar un rectángulo. Enrollamos el rectángulo en forma de un rulo del tamaño del molde. Ponemos el rulo en el molde preparado con la parte del borde abajo y lo cubrimos con film transparente o un paño de cocina húmedo. Dejamos reposar en un lugar templado hasta que doble su volumen (aprox. 3 horas).

Precalentamos el horno a 180ºC. Pintamos la superficie del brioche con la yema de huevo.

Horneamos durante 30 minutos (180°C) o hasta que esté bien dorado. Retiramos del molde y dejamos enfriar sobre una rejilla antes de cortarlo.
El brioche, queda de un color oscuro no porque esté demasiado hecho, es porque al pintarlo con la yema, le da ese tono más oscuro. Por tanto hay que respetar los tiempos y la temperatura.