miércoles, 22 de julio de 2020

CONEJO EN SALSA CON CHAMPIÑONES


Ingredientes

700 gr. de conejo a trozos
250 gr. de champiñones
180 gr. de cebolla
3 dientes de ajo
3 cucharadas de aceite de oliva
30 gr. de coñac
200 gr. de agua
90 gr. de vino blanco
1 cucharadita de tomillo
1 cucharadita de perejil
1 pastilla de caldo de verduras
1 hoja de laurel
1 pizca de nuez moscada
Sal
Pimienta
1 cucharadita de maicena

Elaboración

Salpimentamos el conejo

En el vaso de la thermomix, ponemos la cebolla los ajos y el aceite y picamos 10 segundos a velocidad 6. Bajamos los restos de las paredes con una espátula.

Colocamos la mariposa.

Introducimos en el vaso los trozos de conejo salpimentados al gusto. Programamos 10 minutos, temperatura Varoma, giro a la izquierda y velocidad cuchara.

Condimentamos con la nuez moscada, la hoja de laurel y el coñac. Cocinamos 10 minutos, temperatura Varoma, giro a la izquierda y velocidad cuchara.

Agregamos el vino blanco y programamos otros 10 minutos, temperatura Varoma, giro a la izquierda y velocidad cuchara, retiramos el cubilete para que el alcohol se evapore.

Por último, añadimos la pastilla de caldo, la maicena disuelta en el agua, el tomillo, el perejil y los champiñones laminados o en cuartos, al gusto de cada cual. Programamos los últimos 10 minutos, temperatura Varoma, giro a la izquierda y velocidad cuchara. Está buenísimo!!

miércoles, 15 de julio de 2020

COSTILLA DE CERDO AGRIDULCE AL HORNO


Si os gusta la mezcla de sabores dulces y salados, este plato os va a gustar mucho. Personalmente me gusta la cocina oriental puntualmente y sólo platos determinados Aunque parezca un contrasentido, lo que no me gusta nada es ir a los restaurantes orientales, admito que tengo prejuicios y si tengo que hacerlo, cuido que tenga ciertas garantías, dicho sea sin entrar en detalles.

Ingredientes para 2 personas

½ kg. de costilla de cerdo aproximadamente, yo calculé 5 trozos por persona
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
Salsa agridulce

Ingredientes para la salsa agridulce

60 gr de azúcar
40 gr de vinagre de arroz (si no tenemos podemos poner vinagre de vino)
30 gr de salsa de soja
20 gr de salsa kétchup
200 gr de agua
1 cucharadita de maicena

Elaboración

Lo primero que tenemos que hacer es desgrasar en lo posible la costilla y trocearla.

En un recipiente apto para horno colocamos los trozos de costilla de cerdo y salpimentamos al gusto.

Rociamos ligeramente con un chorrito de aceite de oliva y lo introducimos en el horno precalentado a 220ºC.

Horneamos durante 25 minutos aproximadamente. Depende del horno y del grosor y cantidad de carne que tenga la costilla, a nosotros nos gustan doraditas.

Mientras se hacen las costillas en el horno preparamos la salsa agridulce en la thermomix.

Para ello, ponemos todos los ingredientes en el vaso, y programamos 5 minutos, Varoma, velocidad 2.

Cuando haya terminado el cocinado de las costillas, las sacamos del horno y las untamos con la salsa agridulce que acabamos de preparar y volvemos a poner en el horno hasta que se terminen de hacer y queden bien doradas, unos 8 minutos aproximadamente.

Servimos la salsa aparte y cada uno se puede servir la cantidad que quiera.




BARRAS DE PAN SIN AMASADO


Este verano ha sido el verano del pan por excelencia. Empecé a elaborarlo en casa con motivo de la pandemia y ahora que hemos degustado el sabor del pan con los ingredientes básicos y hemos probado casi todas las elaboraciones que pueden estar a mi alcance como panarra, he terminado por preparar habitualmente estas barras de elaboración sencillísima. Salen tres barras con estas cantidades. 

Nosotros no comemos demasiado pan, así que después de que enfrían, las divido y congelo, y cuando las necesitamos, un rato antes de la comida saco la cantidad que necesitamos y ponemos el pan unos minutos en un horno de sobremesa (dejo imagen de uno similar al mío, pero más moderno) y el pan está como recién sacado del horno.
No tiene grandes secretos. Hay que preparar la masa la noche anterior antes de acostarse y colocar la masa en reposo durante la noche en la parte central del frigorífico, ni demasiado alta, ni demasiado baja. Vamos a poner primero los ingredientes y luego la elaboración paso a paso

Ingredientes para 3 barras

1/2 kg. de harina de trigo del súper
350 gr. de agua
6 gr. de levadura fresca) o (1/2 cucharadita postre escasa de levadura de panadero)
10 gr. de sal

Elaboración

En un bol grande ponemos la harina y la sal y las mezclamos bien.

En la jarra en la que hemos puesto los 350 gramos de agua, deshacemos la levadura con las manos, la dejamos unos minutos que se ablande y disolvemos bien con ayuda de una cuchara.

Esta mezcla la añadimos a la harina y la sal y mezclamos bien con ayuda de una cuchara, o si preferimos, amasamos con una mano dentro del bol, aunque os advierto que la masa es muy, muy pegajosa. No importa, tiene que ser así; la masa irá haciendo manejable con los reposos y los plegados. Nunca, nunca añadáis harina por muy pegajosa que os resulte. 

El pan requiere tiempo y paciencia, es el único y verdadero secreto para obtener un buen pan.

Una vez efectuada la mezcla, tapamos con un paño, y dejamos reposar 15 minutos para que se integren bien todas las partículas de harina.

Pasados los 15 minutos y siempre dentro del bol, mojamos ligeramente las manos para que la masa no se nos pegue demasiado y estiramos y plegamos la masa al menos cinco veces, vamos girando el bol y si no hemos dado la vuelta completa al bol podemos hacer hasta 8 plegados. Volvemos a tapar con el paño y dejamos reposar a temperatura ambiente, tapado con un trapo 15 minutos más.

Os dejo un enlace con un vídeo que no se corresponde con esta receta, pero es simplemente para que veáis como se estira y se pliega https://www.youtube.com/watch?v=gHuKDcauiSc

Esta operación la tendremos que repetir al menos 5 veces. Estirar y plegar la masa otras de cinco a ocho veces. Entre cada estirado y plegado debemos dejar reposando la masa quince minutos y al terminar cada plegado y estirado, siempre lo dejaremos tapado con el trapo.

Después de la quinta vez, tapamos el bol con un papel film o como en mi caso, con un gorro de ducha que tengo siempre reservado para este fin y dejamos reposar en el frigorífico toda la noche (o bien entre 12 y 24 horas). Tened en cuenta que a medida que vais haciendo reposos y plegados, la masa se irá pegando menos a las manos, pero como es una masa muy hidratada para que queden buenos alvéolos, se seguirá pegando a pesar de que os humedezcáis las manos para manejarla. Tranquilidad, así es como debe ser.

A la mañana siguiente, tendremos una masa llena de burbujas y en su punto.Sacamos la masa, la volcamos sobre la encimera ligeramente enharinada con cuidado, nunca agarrando la masa con los dedos, sino dejándola caer o bien ayudándonos con la rasqueta empujando la masa desde uno de los bordes.

Vamos a formarla en dos pasos. La primera parte será doblar un poco la masa y darle forma de manera que podamos luego dividirla fácilmente.

Tendremos que dividirla en 3 porciones iguales, o casi iguales, para que al momento de la cocción, las barras se hagan por igual. Una buena forma de saber el peso de cada porción, será pesar la totalidad de la masa y dividirla por 3.

A mí me suelen salir 3 trozos de 275 gr aproximadamente. Con seguridad, no siempre conseguiréis hacer las porciones iguales, sobre todo las primeras veces que lo hagáis. Yo lo divido con una rasqueta y voy pesando, si veo que una porción es mucho más grande, retiro un trozo y se lo añado a otra hasta lograr equilibrar el peso de cada una de las tres. Pero es verdad que en cuanto menos troceéis cada porción mejor y más bonitas os saldrán las barras.

Ahora vamos a dar forma a las barras, pero sin amasar ni desgarrar.

Colocamos cada trozo de masa sobre la encimera, lo aplanamos ligeramente con las manos. Tomamos la masa por el extremo más largo y llevamos un tercio de la masa del extremo al centro, sellamos ligeramente con los dedos. Damos la vuelta a la masa y hacernos lo mismo con el otro tercio. (Fijaos en el paso a paso de las fotos y en el vídeo que dejo).

Volvemos a tomar la masa por un extremo, y la sellamos con el otro extremo. Debe quedarnos una especie de rulo. Hacemos esto con todas las porciones de masa, plegamos la masa sobre sí misma, sellando con las puntas de los dedos con firmeza y procurando que quede una especie de labio hacia nosotros.

Ahora volvemos a sellar la masa después de doblarla, esta vez con la palma de la mano como si fuera una empanadilla, damos unos pequeños golpes, como si hiciéramos una costura, sellando el pliegue con cada golpe. Es importante que tengas siempre localizado el pliegue, la costura de la pieza.

Finalmente, formamos la barra colocando el pliegue hacia arriba haciéndola rodar colocando las dos manos en el centro de la pieza y haciendo una ligera presión hacia los extremos, a la vez que vamos separando la manos y llegamos a la puntas de la barra, poniendo especial atención a los picos.

Quizá es la parte que más observación requiere,  os dejo como siempre unas fotos con el paso a paso, pero como en la red hay infinidad de formas de explicarlo, nada más claro que un vídeo del maestro Iban Yarza, para que veáis la forma de hacerlo.

https://www.youtube.com/watch?v=yWh3L4Jf5f8

Una vez formadas las barras, las coloco sobre unas bandejas que hay para ello para evitar que estén en contacto una con otra, pero si no la tenéis simplemente podéis colocarlas sobre un paño de algodón bien enharinado y haciendo un pliegue del paño entre cada barra, de forma que se asemeje a como veis en la imagen que quedan mis barras. 

Tened en cuenta que la anchura del horno es de 60 cm, pero no el hueco interior, con lo cual las barras deberán quedar de una longitud aproximada entre 30/35 cm para que no se peguen a las paredes.

Se dejan reposar sobre el paño de algodón o sobre papel de horno, a temperatura ambiente, entre una hora y hora y media, dependiendo de la temperatura que haya en vuestra cocina. A más temperatura, menor tiempo de levado. No hace falta que doblen su tamaño, pero sí que las veamos más grandes e hinchadas; al tacto veremos que están blandas y ligeras. Este punto es fundamental para que las barras tengan una buena alveolatura. 
No es conveniente que sufran una sobre fermentación, más tiempo de levado no implica mejor resultado, solamente el necesario, y el tiempo que os indico es suficiente.

El horno deberemos precalentarlo diez minutos antes de que termine el levado a 250º C, con dos bandejas: una sobre la que vamos a colocar el pan que pondremos en el primer espacio empezando por la parte de abajo del horno, y otra debajo, colocada en la base del horno, en la que echaremos medio vaso de agua en el momento en que metamos el pan. Así hará vapor y favorecerá el formado de una buena corteza.

Antes de introducir el pan en el horno y cuando haya terminado de levar, con una cuchilla de afeitar, un cúter o un cuchillo que corte muy bien, hacemos tres cortes transversales con decisión, procurando que uno monte sobre el otro (ver las fotos).

Cuando el horno haya llegado a la temperatura deseada, sacamos la bandeja donde vamos a colocar el pan -con cuidado de no quemarnos-, ponemos un papel de horneado, rápidamente colocamos encima el pan y lo llevamos  inmediatamente al horno.

Una vez que hemos metido el pan, echamos el agua en la bandeja colocada en la base del horno para hacer vapor, cerramos rápidamente y dejamos cocer a esa temperatura 10 minutos con el vapor.

A los diez minutos, retiramos la bandeja donde pusimos el agua y bajamos la temperatura a 200º C. Dejamos el pan una media hora (o más, si nos gusta más tostado).

Todos los hornos calientan más por una parte que por la otra, generalmente se hace todo más por la parte de atrás. En casa gusta el pan bien tostadito, por eso, una vez que ha terminado el tiempo reglamentario, les doy la vuelta a las barras y las dejo 10 minutos más para que se hagan por la parte de abajo.

Si se quiere que la corteza cruja aún más, se deja el pan dentro del horno apagado otros 20 minutos.

Se deja enfriar en una rejilla durante unos 45 minutos, y ya tendremos un excelente pan.


























viernes, 10 de julio de 2020

TARTA DE LA VIÑA, LA ORIGINAL

Tuvimos reunión familiar. De familia coetánea, sin los hijos que están trabajando y hoy era viernes. Celebrábamos el cumpleaños de uno de mis primos por parte paterna. Faltaban algunos, pero somos una familia muy corta, sólo estábamos los que habitualmente durante la época veraniega vivimos más próximos.

Siempre que me invitan a comer, y correspondiendo con lo que hacen ellos, suelo llevar algo para contribuir al festejo. Decidí, que puesto que éramos más, haría la receta original de la tarta de la viña, que había hecho hace unos días, pero con los ingredientes reducidos a la mitad Aquí , nos había gustado mucho y no importaba repetir.

En honor a la verdad, el excesivo tamaño de la mencionada tarta, siempre impresiona, pero tengo que admitir que para que la tarta salga perfecta, tiene que contener en su integridad los ingredientes en las cantidades originales. Si la receta reducida estaba rica, esta superó todas las expectativas. Mi consejo es que esperéis para prepararla cuando seáis al menos, entre 8 y 10 comensales, probablemente sobrará tarta, pero no importará repetir al día siguiente. Para menos personas, es demasiado grande.

Ingredientes

1 kilo de queso de untar tipo Philadelphia o Mascarpone, o incluso una mezcla de ambos.
500 ml de nata con un 35% de m.g.
6 huevos de tamaño XL
350 g de azúcar
30 g de maicena

Elaboración

Precalentamos el horno a 205ºC con calor arriba y abajo.

Forramos un molde desmontable de 26 de diámetro, utilizando papel para hornear que habremos arrugado y mojado con agua del grifo. Escurrimos bien el papel, lo estiramos un poco y colocamos sobre el molde procurando que los extremos cubran el borde del molde.

Podríamos utilizar un spray desmoldante, pero en el Restaurante la Viña de San Sebastián, que es donde se hace habitualmente esta tarta, todas las imágenes que se aportan en los comentarios de El Comidista, y que hablan de la tarta de queso más rica de España, aparecen con el papel tal como os indico y podéis ver en la foto de la tarta en el horno.

La elaboración de la tarta consiste únicamente en mezclar bien los ingredientes. Se puede hacer perfectamente con una batidora de mano, de varillas, o de brazo. Sin embargo, para simplificar las cosas, y sobre todo para asegurarme de que con esas cantidades todos los ingredientes quedaban perfectamente integrados, he utilizado una vez más, la thermomix.

Ponemos en el vaso de la Thermomix todos los ingredientes de la tarta y mezclamos 30 segundos en velocidad 6.

En el molde desmontable que hemos preparado previamente, ponemos toda la mezcla y horneamos 43 minutos a 205º con calor arriba y abajo.

Tendremos que vigilar el horno los últimos minutos. Muchas veces se ve esta tarta en las redes con la parte de arriba quemada, y al menos a mi, todo lo que pase de un color tostado, me parece que perjudica tanto el sabor como la presentación. 

Cuando faltaban 5 minutos, mi tarta tenía un bonito color dorado, había crecido y aunque quería completar la cocción siguiendo las instrucciones, puse un papel de aluminio para evitar que se dorara en exceso.

Pasado el tiempo indicado para la cocción, pinchamos con una aguja, y como siempre, si sale limpia la aguja sabremos que la tarta está hecha. 

Observaréis que la parte central de la tarta se mueve bastante, como si no estuviera hecha, pero está en su justo punto y es el momento de apagar el horno.

Mantenéis la tarta en el horno apagado y con la puerta entreabierta 10 minutos más. Sacáis la tarta y la colocáis sobre una rejilla hasta que enfríe. Después la colocáis en el frigorífico,hasta el momento de servirla.

Una vez fuera del horno, la tarta se bajará. No pasa nada, si la aguja salió limpia, la tarta esta perfecta. La textura que nos vamos a encontrar es similar a la de una mousse, sabrosa y delicada en extremo. No excesivamente dulce pero muy, muy rica. Es, para mi, la tarta de queso perfecta, de las que una vez que la haces, piensas cuando tendrás ocasión de repetirla. Sale una tarta de unos 2 kg de peso.

A la mañana siguiente, la acondicioné en un portatartas dotado de una placa de hielo para evitar que se estropeara con el calor durante el viaje. Llegó perfecta.


PATATAS CON CONEJO DE PUEBLO EN OLLA RAPIDA


Estando en León es habitual que en nuestra dieta entren animales criados de forma natural, por familias que los tienen para consumo propio. Si tienen excedentes, puedes comprarlos a precios asequibles y sabemos que han sido criados con todo el mimo e higiene y que tienen todas las garantías de estar libres de cualquier artificio, puesto que los alimentan y cuidan para si mismos. 

Tal es el caso del conejo que hemos comido hoy. En realidad, sólo una parte del conejo, porque es demasiado grande para comerlo en un sólo día.

Personalmente me gusta más que el conejo de caza, y por supuesto más que el puedes comprar en el supermercado o la carnicería. Lo sacrifican, y te lo traen limpito y caliente, más fresco imposible. Tiene una carne tersa, y madura porque al no ser alimentados con piensos, su crecimiento es más lento y por lo tanto resulta más sabroso.

Lo hemos comido con patatas y arroz y cocinado en la olla rápida. Los 35º grados que estamos teniendo no invitan a permanecer demasiado tiempo en la cocina.

Pensé que no iban a salir tan ricas como si estuvieran hechas a la forma tradicional, lentamente, pero me engañé. Creo que salieron bastante más ricas, y tardaron en hacerse ¡8 minutos!.

Ingredientes

Poco más de la mitad de un conejo troceado
1/2 pimiento rojo
5 patatas medianas
1 puñado de arroz
1 puñado de guisantes congelados
1 ajo
1 ramillete de perejil
1 hoja de laurel
1 ramita de tomillo (opcional, en esta ocasión se me olvidó ponerla)
3 cucharadas de aceite de oliva virgen
1/2 cucharada de pimentón
Sal
Agua

Elaboración

Limpiamos y troceamos los pimientos menuditos, Reservamos.

Hacemos un majado con el ajo, el perejil y la sal. Reservamos

Cubrimos el fondo de la olla con las 3 cucharadas de aceite, y cuando empiece a calentar, sofreímos los pimientos y el conejo, hasta que el conejo cambie su color rosado por otro más blanquecino.

Separamos la olla del fuego, y añadimos el pimentón sofriéndolo fuera del fuego para evitar que se queme. Añadimos las patatas escachadas y las sofreímos con todo el conjunto.

Al majado que tenemos reservado, le añadimos agua y lo volcamos sobre el guiso. Añadimos agua hasta dejar completamente cubierto todo.

Añadimos la hoja de laurel previamente lavada.

Antes de cerrar la olla, esperamos a que comience a hervir y rápidamente añadimos los guisantes congelados.

Cerramos la olla y contamos 8 minutos a partir de que salen los tres anillos, bajando la temperatura de la vitrocerámica al 3 hasta terminar la cocción.

Una vez que se haya despresurizado la olla, comprobamos el punto de sal y corregimos si fuera necesario. Es el momento de añadir el puñado de arroz y el plato quedará completo, mientras ponemos la mesa.

Lo acompañamos de una buena ensalada de lechuga, y menú completo y rico de verdad.

viernes, 3 de julio de 2020

TARTA KLINGHOFER

La receta original de esta tarta está atribuida a una joven pastelera israelí Adi Klinghofer conocida gracias a sus tartas decoradas con motivos bien florales o frutales y sobre todo por esos números y letras decorados, que a la vista, son una delicia y para el paladar, mucho más.

Ya sabemos que no sólo la industria textil está sujeta a la tiranía de las modas y se puede comprobar que el diseño ha llegado también al mundo de la pastelería. No se trata únicamente de servir un buen pastel agradable al paladar, sino de que además sea estéticamente llamativo y capte la atención de aquella persona a la que tratas de sorprender.

Afortunadamente quedaron atrás las empalagosas tartas de fondant, que permiten esculpir mil formas, pero que limita la composición y variedad de tartas porque el tipo de relleno permitido, está hecho a base de mantequilla para que la tarta pueda soportar el peso de la decoración.

Bajo mi punto de vista, no compensa elaborar una tarta que además de laboriosa, tiene una cantidad exagerada de grasas a la que debemos añadir el hecho de que no soporta el frío con el riesgo que eso conlleva. Dicho sea de paso, soy una antifondant.

Lo que más llama la atención de esta tarta que hacemos hoy, es su decoración, Cada persona sin embargo, no sólo puede elegir la decoración a su gusto, sino la composición tanto de la crema como de la base. En nuestro caso, hemos hecho una receta fácil y rápida que se puede elaborar tanto en thermomix como a la manera tradicional, aunque de momento, sólo pondré la elaboración en thermomix.

Para la base de la tarta, cada cual puede elegir aquello que más fácil le resulte: pasta de galleta de mantequilla, hojaldre, masa quebrada, masa sablé, bizcocho…en fin cualquier tipo de masa que se preste a ser recortada y que después de cocida mantenga una forma que no rompa la estética que tratamos de conseguir. Lo realmente especial es el estilo de montaje, la forma y los elementos que se utilizan para decorar.

La tarta en sí, es una especie de 'sandwich' elaborado con una pasta a elegir y un relleno cremoso aplicado con una manga pastelera con boquilla redonda ancha. Una vez montadas las capas -con la forma elegida, o bien un número o una letra-, lo que queramos, llega el momento más importante: su decoración. El paso que hace que esta tarta entre tanto por los ojos y sea tan fotogénica. Frutas, flores, macaroons, bombones, huevos kinder, barras de chocolate, gominolas, palomitas, merengues... todo vale.

A la tarta se le puede poner cualquier tipo de frosting, crema o nata. Yo me incliné por una que sabía de antemano que nos iba a gustar, a pesar de que no favorece la decoración de la tarta en demasía porque no queda tan rígida. Y después de este preámbulo tan largo, pasamos a contar como es la elaboración de la tarta.


Ingredientes para la galleta de masa sablé

200 gr. harina normal
100 gr. mantequilla muy fría
2 yemas de huevo frías
1 cucharadita de café de sal
1 cucharadita de vainilla o 1 sobre de azúcar avainillada
80 gr. azúcar glas

Elaboración de la masa

Ponemos en el vaso la harina, mantequilla en trozos, las yemas, la sal, la vainilla y el azúcar glas. Programamos 20 seg. vel.6.

Apretamos bien la masa con las manos y colocamos entre dos papeles de hornear para evitar que al pasar el rodillo se nos pegue; lo hacemos suavemente hasta que quede como de 5 milímetros de grosor.

Ponemos la plantilla de número o letra elegido (mi inicial mide 22 cm.) y cortamos con el filo de un cuchillo bien afilado. Ponemos a la nevera como media hora.

Precalentamos el horno a 180º y horneamos de 12 a 15 minutos, hasta que los bordes empiecen a tomar color. Dejamos enfriar bien, antes de manipular, porque la pasta sablé tiende a ser frágil.

Yo hice las galletas el día anterior.

Estos ingredientes de la masa dan para 2 galletas. Si queréis hacer números diferentes, tendréis que hacer dos tandas seguidas de masa.

Con la masa sobrante de los recortes, podéis hacer galletitas, que pueden incluso serviros para la decoración.

Ingredientes para el Frosting de nata y chocolate

500 gr de nata (bien fría)
300 gr de queso crema
50 gr azúcar glas
450 gr chocolate blanco para postres
Un sobre de gelatina en polvo

Elaboración del frosting de nata y chocolate blanco

Ponemos el queso crema y el azúcar glas al vaso y mezclamos 15 segundos, en velocidad 3. 

Añadimos la nata y programamos velocidad 3 sin tiempo. Cuando empiece a espesar añadimos el chocolate, fundido previamente en el microondas o al baño maría, por el bocal y mezclamos unos 10 segundos. 

Añadimos la gelatina en polvo y mezclamos 10 segundos, velocidad 3. Colocamos en una manga pastelera y dejamos enfriar.

Como es la primera vez que la hacía, no calculé la cantidad de frosting. Utilicé poco menos de la mitad para la tarta. El resto lo he congelado, aunque no se aún si podré reutilizarlo como relleno nuevamente. Mi consejo es que, si vais a hacer sólo una letra, hagáis la mitad de los ingredientes. Nosotros hemos sido tres personas y hemos tenido tarta para dos días.

Elaboración de la tarta

Recortamos los números que hemos elegido en folios, o si lo preferís como en mi caso, en un cartón finito. Apoyamos la plantilla sobre la masa de galleta y recortamos con un cuchillo afilado. 

Una vez que tengamos las galletas preparadas y frías, cubrimos la galleta con el frosting haciendo pequeños círculos, muy juntos cubriendo todo la superficie.

Cubrimos con la otra galleta, con cuidado de que quede perfectamente alineada con la anterior. Presionamos lo justo para que pegue y volvemos a cubrir de frosting la siguiente galleta.

Decoramos al gusto con frutas, virutas de chocolate, macarons, gominolas, mini oreos, lacasitos, bombones, en fin, lo que nos guste…




ENSALADILLA MARINERA

Hoy tocó hacer una ensalada de patata con langostinos. Es una receta sencilla: La he hecho como plato único, porque reúne casi todos los nutrientes necesarios para una comida completa, y para que no falte la parte de la verdura, la he acompañado con una rica y fresquita ensalada de lechuga tan apetitosa cuando hace calor.

Es una elaboración muy fácil, pero con mucho sabor, muy apropiada para cuando el calor aprieta

Ingredientes

500 gr de patatas nuevas
300 gr langostinos crudos y sin pelar (se puede hacer con gambas)
5 palitos de cangrejo (boca de mar)
2 latitas de atún pequeñas
3 huevos
mayonesa al gusto
sal

Elaboración

Vamos a empezar cociendo los langostinos. Para ello, pondremos al fuego una cazuela amplia con agua, aproximadamente unos 3 litros, y añadiremos en ella sal. Mientras esperamos que el agua rompa a hervir, prepararemos también un recipiente con una cucharada sopera de sal, hielo, y agua fría.

En cuanto veamos que el agua de la cazuela rompe a hervir, introducimos los langostinos que cuezan. El tiempo en general, va a depender del tamaño del langostino que utilicemos, lo recomendable es dejarlo 2 minutos.

Pasado el tiempo de cocción, iremos retirando los langostinos de la cazuela. Lo mejor es hacerlo con la ayuda de la espumadera para poder escurrirlo bien y lo iremos poniendo en el recipiente con hielo que hemos preparado anteriormente, así conseguiremos cortar la cocción y que la carne quede más tersa.

Vamos a cocer también las patatas y vamos a utilizar el agua en la que hemos cocido los langostinos. Como las vamos a cocer con su piel, las lavaremos bien nos aseguramos de que quedan bien cubiertas por el agua.Dejamos que se vayan cociendo a fuego medio. Dependiendo del tamaño y la clase de la patata, las suelo dejar entre 20 y 30 minutos.

Sabremos que están ya cocidas, cuando al pincharlas con un palillo veamos que entra fácilmente y que al levantarlo, la patata cae inmediatamente.

Una vez cocidas, las pasamos bajo un chorro de agua fría y, una vez que haya templado, retiramos la piel y las trocearemos a nuestro gusto. Trocearemos también langostinos (reservamos alguno para decorar) y palitos de cangrejo y, de los huevos, reservándonos una yema para decorar, y el resto lo rallaremos. En realidad, lo que yo hice fue rallarlo todo, no me gusta encontrar los trozos, sino que todo esté perfectamente mezclado

Ponemos en un bol palitos de cangrejo, langostinos, el atún, (yo le dejo el aceite porque sirve de aliño) y el huevo rallado. Mezclamos y vamos incorporando también la patata, poco a poco para asegurarnos de que la proporción entre patata y resto de ingredientes es la correcta. Aliñamos con sal, aceite si fuera necesario y vinagre.

Comprobamos el punto de sazón por si hubiera que corregirlo y añadimos la mayonesa. Lo ideal es que utilizamos una mayonesa no muy espesa, así que podemos aligerarla con un poquito de leche o incluso con un poco del agua de cocer las patatas.

La cantidad de mayonesa es al gusto, a mí me gusta que quede una mezcla jugosa pero no pesada.
La presentación de esta ensaladilla admite mil variantes: podemos servirla en una fuente, utilizar un molde para darle forma, emplatar directamente en porciones individuales o, como en mi caso, presentar en forma de corona, utilizando un vaso, y terminar decorando con un poco más de mayonesa en la parte superior y la yema de huevo y los langostinos que había reservado