miércoles, 28 de octubre de 2020

SOPA CASTELLANA


La sopa de ajo o sopa castellana es un tipo de sopa típica de la gastronomía de Castilla y la Región leonesa, principalmente. 

Contiene fundamentalmente agua o caldo y pan (que suele ser pan duro que ha sobrado de días anteriores), pimentón, ajo, aceite de oliva y huevo. Se trata de una sopa de origen humilde; está, como todo plato popular, sometido a múltiples variantes, según la economía de la familia y los gustos del cocinero, por lo que es común que se le añadan otros ingredientes.

Las sopas de ajo eran el condumio más económico de cuantos se servían en la cocina castellana. No se le atribuían entonces las virtudes terapéuticas que más tarde las han elevado a la categoría de recetas de médico, recomendada singularmente para la cena de algunas personas de edad que quieren prolongar su vida con parsimonioso y prudente régimen. Son tan populares que hasta tienen su propio verso:

Siete virtudes
tienen las sopas:
quitan el hambre,
y dan sed poca.
Hacen dormir
y digerir.
Nunca enfadan,
siempre agradan.
Y crían la cara
colorada.

Obviamente, cuando se compuso este verso, lo de la cara colorada era en España, señal de salud.

El propio Alejandro Dumas comió las sopas de ajo con enorme prevención y le parecieron bien. Copió la receta que le dieron y la divulgó en Francia, salvo que en su horror a la grasa omitió que tipo debía emplearse. Las sopas de ajo no están bien sino cuando se las hace con buen aceite. Con buen aceite y con buen tino; ningún plato como este, que parece sencillísimo, exige una mayor habilidad en el cocinero para elegir las cantidades de ingredientes y el momento preciso en que han de retirarse del fuego. Dumas redujo su divulgación a la más extrema simplicidad, llegando a suprimir el pimentón, que aún no se vendía en Francia.

El mejor pan para estas sopas es el pan castellano, de trigo blanco. Las rodajas de pan suelen ser de entre 5 a 15 milímetros para que la sopa espese al ablandarse el pan.

Lo que es cierto es que hay tantas recetas de sopa castellana o sopas de ajo, como cocineros existen. En mi caso, guardo un maravilloso recuerdo de una sopa castellana que comí en el Restaurante Duque de Segovia, y a mi manera he tratado de hacer algo similar, nos han gustado mucho.

Ingredientes

4 dientes de ajo
Aceite de oliva virgen extra
Unos 50 g de jamón en taquitos
½ cucharada de Pimentón (dulce o picante, al gusto)
700 ml de caldo de carne (o en su defecto de agua y una pastilla de caldo de carne)
Rebanadas de pan duro cortadas muy finitas (al gusto la cantidad)
Sal
2 Huevos

Elaboración

Pelamos y fileteamos los ajos, no es necesario que sean muy finos.

El ajo debe dar olor y también proporcionar la emulsión entre el agua y el aceite para que la sopa sea excelente. Reservamos en un cuenco.

Elegimos una cazuela grande, calentamos el aceite en el fondo e introducimos el ajo.

Salteamos hasta que comiencen a coger un color dorado (pero cuidado que no se arrebaten).

Retiramos los ajos y añadimos el jamón cortado en trozos pequeños.

De las rebanadas de pan duro, pasamos por el aceite con jamón cuatro o cinco, dejamos que se doren ligeramente y reservamos.

Removemos con una cuchara de madera de manera envolvente hasta juntar bien los sabores.

Retiramos la cazuela del fuego y espolvoreamos con el pimentón.

El pimentón cumple una doble función: colorea de rojo el pan y además proporciona aroma.

Retiramos la cazuela fuera del fuego para evitar que el pimentón se queme y que todo quede con un desagradable sabor amargo que nos estropearía la sopa.

Removemos todo bien y que se junte el aceite con el jamón, el pan duro y el pimentón.

Volvemos a colocar la cazuela al fuego y añadimos el caldo o agua. Depende del tamaño de la cazuela y del número de comensales, deberemos variar todos los ingredientes. Añadimos la sal.

El caldo debe estar siempre bajito. Porque el truco de esta sopa es que el agua o el caldo nunca rompa a hervir durante el proceso de cocción, es una de las recomendaciones más importantes, que no se deben olvidar. Añadimos las rebanadas de pan frito y dejamos que se ablanden con el resto del pan.

Separamos, las claras de los dos huevos de las yemas. Batimos las claras un poco y las unimos a la sopa hasta que las claras se cuajen. Al momento de retirar las sopas del fuego agregamos la yema para que al introducir la cuchara en el plato, la yema se funda con el caldo y le dé un toque especial.

Servimos muy calientes en un cuenco o si tenemos, en cazuelas de barro (es lo propio). ¡Qué aproveche! Se hacen muy rápidas y su elaboración es sencilla.

Como habéis observado, yo utilicé los ajos únicamente para aromatizar el aceite, pero nunca los agregué a la sopa, aunque supongo que a quien le guste encontrarlos puede hacerlo.

domingo, 25 de octubre de 2020

BOLLOS DE TÛGBA

A mi personalmente me encanta la bollería, un buen croissant, un brioche o un suizo son un lujo que uno no se puede permitir todos los días, pero si ocasionalmente. Lo bueno de estos bollos, es que además de extremadamente fáciles de hacer, llevan muy poca mantequilla y poca azúcar y sin embargo, resultan al paladar como un algodón suave con un sabor inolvidable.

Ingredientes

200 ml de leche tibia
100 ml de agua tibia
60 ml de aceite de girasol
3 huevos
2 cucharadas de azúcar
10 gr de levadura seca de panadería
570 gr de harina
1 cucharadita de sal
30 gr de mantequilla a temperatura ambiente

Para la terminación de los bollos
Unos 5 gr de mantequilla blanda
Las 2 yemas y la clara restantes
Unas semillas de sésamo

Elaboración

En un bol mezclamos la leche tibia, el agua, el aceite de girasol, el azúcar, la levadura seca de panadería y 2 claras de huevo, una yema  (nos reservamos el otro huevo y la yema restante para el final) es decir, todos los ingredientes a excepción de la harina y la sal.

Mezclamos todo bien hasta que se hayan integrado todos estos ingredientes y empezamos a añadir la harina que habremos tamizado previamente, poco a poco, al principio con ayuda de una espátula y cuando la masa vaya tomando cuerpo, comenzamos a amasar tranquilamente con las manos hasta conseguir una masa homogénea y de aspecto fino.

En cuanto hayamos conseguido este paso añadimos la sal esparciéndola sobre la masa y la mantequilla a temperatura ambiente, que esté  más bien blandita. Con los dedos vamos incorporando tanto la sal como la mantequilla a la masa, como si hiciéramos puñados con la masa, apretando con suavidad, de forma que se integre totalmente la mantequilla. 

Una vez incorporada la mantequilla seguimos amasando como haríamos con cualquier otra masa, hasta conseguir una masa lisa.

Tapamos el bol en que estamos amasando y ajustamos bien la tapa. La dejamos fermentar al menos durante una hora. 

Una vez pasado el tiempo, comprobaréis que la masa ha fermentado y ha aumentado de tamaño considerablemente. La recogemos desde fuera hacia adentro como si tomáramos un pétalo hacia el centro de la masa. Amasamos un poco más, y empezamos a dividir la masa, tomando porciones del tamaño de una mandarina aproximadamente, tal como si formáramos una albóndiga.

Yo la dividí en 12 bolas, pero creo que en 14 porciones sería mejor porque tanto durante la segunda fermentación como durante la cocción aumentan de tamaño, y como podéis ver en las fotos del paso a paso, se pegaron unos bollos a otros.

Enharinamos la superficie de trabajo muy levemente, y también el rodillo con que vamos a trabajar. Insisto, que la harina sirva únicamente para facilitarnos el trabajo, pero que no incorporemos a la masa más harina.

Vamos tomando las bolas una a una y estiramos primero la masa un poco con la mano y luego con el rodillo de forma que dejemos la masa de forma alargada, como si fuera una plantilla.

Con ayuda de un pincel de silicona, pintamos la porción estirada con un poco de los 5 gr de mantequilla que, a tal fin, tenemos para la terminación (fijaos en el paso a paso). 

A continuación, y con un corta pizzas hacemos varios cortes paralelos y procedemos a enrollarlos en diagonal, unimos los dos extremos simulando que hacemos una rosquilla, y los vamos colocando en la bandeja de horno, en el que previamente hemos colocado un papel de hornear. 

Cuando hayamos terminado de hacer los bollos en forma de rosquillas, tapamos con un paño y dejamos fermentar de nuevo, al menos media hora.

Batimos el huevo y la yema restante y vamos pintando uno a uno los bollitos. Esparcimos un poco de sésamo por encima. 

Introducimos en horno precalentado a 185º durante 25 minutos. Vigilad el horno a partir de los 20 minutos, cada horno es un mundo y es posible que alguien pueda necesitar más o menos tiempo.












 

lunes, 12 de octubre de 2020

MIGUELITOS RELLENOS DE CREMA DE CHOCOLATE


Los miguelitos tradicionales son unos pastelillos típicos de la localidad de La Roda en la provincia de Albacete en España, hechos a base de fino hojaldre, rellenos de crema y espolvoreados con azúcar glasé. Yo he hecho hoy una variación y los he rellenado con crema pastelera de chocolate. Dicho sea de paso estaban requetebuenos, os animo a probarlos porque son facilísimos de hacer

Ingredientes

1 plancha de hojaldre de mantequilla
Crema pastelera de chocolate


Elaboración

Extendemos la plancha de hojaldre sobre una superficie lisa y cortamos en porciones. Yo hice 4 porciones por lado, y las corté con ayuda de una regla y un cortapizzas. Me salieron 16 cuadrados iguales.

Los separé entre ellos, los pinché con un tenedor y los pincelé con huevo. Para la cocción, seguí las instrucciones del paquete de hojaldre, pero dejé que se doraran un poco más. Los dejé enfriar y luego con ayuda de un cuchillo de sierra, los partí a la mitad para rellenarlos.

Ingredientes para la crema pastelera

130 g. de chocolate fondant en trozos
110 g. de azúcar
1 cucharadita de vainilla líquida
500 g. de leche entera
50 g. de harina fina de maíz (Maizena)
3 huevos

Elaboración

Ponemos el chocolate en el vaso de la Thermomix y lo rallamos durante 10 segundos, a velocidad 8. Retiramos a un bol y reservamos.

Sin lavar el vaso, ponemos el azúcar, la cucharadita de vainilla, la leche, la maizena y los huevos. Programamos 7 minutos, temperatura 90º y velocidad 4.

Agregamos el chocolate reservado y programamos 30 segundos, a velocidad 4.

Retiramos y reservamos en una manga pastelera, a la que previamente habremos puesto la boquilla, yo le puse una boquilla rizada, pero podéis hacerlo con la que os guste.

Dejamos templar la crema, pero que no se enfríe demasiado, porque cuanto más fría esté, mas dificultad tendréis para sacarla de la manga.

Rellenáis la capa inferior y cubrís con la tapa. Espolvoreáis con azúcar glas y a la mesa.


domingo, 4 de octubre de 2020

GARBANZOS CON PULPO

El otoño leonés tradicionalmente agradable, ha llegado este año más parecido a un invierno prematuro, con temperaturas máximas de 11º y mínimas de 4º, mucho viento y ambiente desapacible que invitan más a quedarte en casa calentito viendo una película o leyendo el ultimo libro de Ken Follet. Es necesario preparar una comida calentita que ayude a entonar el cuerpo, así que vamos con ello

Ingredientes para 2 personas


1 pata de pulpo hermosa
Media cebolleta
Medio pimiento verde
Medio pimiento rojo
1 bote de garbanzos
400 ml de caldo de pescado del fondo del congelador
2 cucharadas de tomate frito (si es casero mejor)
1 pastilla de caldo de pescado
Un pellizco abundante de pimentón
2 cayenas
1 hoja de laurel
3 cucharadas de aceite de oliva
Sal

Elaboración

Comenzamos pochando a fuego lento la cebolleta y los pimientos cortados en brunoise. Salpimentamos.

Una vez pochado, agregamos los garbanzos y el tomate frito. Rehogamos unos minutos.

Incorporamos el caldo de pescado y el pulpo cortado en láminas. Dejamos cocinar durante unos 10 minutos a fuego lento y ya tenemos un plato rico y apetitoso para entrar en calor.

Servir calentito.








 

viernes, 2 de octubre de 2020

TARTA DE SOBAOS Y PIÑA CON CREMA Y COBERTURA DE CHOCOLATE

La tarta que hoy hacemos es una receta básica de una tarta de sobaos a la que vamos a cambiar la crema pastelera tradicional por una de chocolate, dado que es una tarta para un niño al que le gusta el chocolate. Es una tarta muy grande y eso supone algunos inconvenientes, porque tuve que doblar tanto las cantidades de la crema pastelera como de cobertura, lo que entretiene mucho. El resultado, muy agradable y rico, tanto como para repetir

Si queréis utilizar la crema pastelera para decorar con manga como yo hice, según la hacemos la introducimos en la manga, dejamos que temple y decoramos. Hay que tener en cuenta que cuando está fría, coge más consistencia, y tendrá más dificultad.

Ingredientes para 12 personas

Crema de Piña
1 lata de rodajas de piña en su jugo grande

Crema pastelera de chocolate

Ingredientes: (para 750 g., yo hice dos)

130 g. de chocolate fondant en trozos
110 g. de azúcar
1 cucharadita de vainilla líquida
500 g. de leche entera
50 g. de harina fina de maíz (Maizena)
3 huevos

Cobertura de chocolate

Ingredientes

150 gr de chocolate fondant
50 gr de agua
50 gr de mantequilla

Para la elaboración de la tarta necesitaremos además

32 sobaos pequeños
el jugo de la lata de piña

Elaboración de la crema de piña

Lo primero que haremos es una crema de piña con las rodajas de piña que habremos escurrido bien con anterioridad, reservándonos el jugo que viene en la lata y el que sueltan al escurrir. Yo lo hice con un colador grande colocado sobre un bol, y estuvo escurriendo una media hora.

Ponemos las rodajas de piña escurridas en el vaso de la Thermomix y programamos 30 segundos, a velocidad progresiva 5-7-10. Retiramos del vaso y reservamos.

Elaboración de la Crema pastelera

Ponemos el chocolate en el vaso de la Thermomix y lo rallamos durante 10 segundos, a velocidad 8. Retiramos a un bol y reservamos.

Sin lavar el vaso, ponemos el azúcar, una cucharadita de vainilla, la leche, la maizena y los huevos. Programamos 7 minutos, temperatura 90º y velocidad 4.

Agregamos el chocolate reservado y programamos 30 segundos, a velocidad 4.

Retiramos y reservamos en un recipiente cubierto con film transparente pegado a la crema o en una manga pastelera, según el uso que vayamos a darle.

Dejamos enfriar.

Elaboración de la cobertura

Ponemos en el vaso el chocolate en trozos y trituramos 15 segundos en velocidad progresiva 5-10. Agregamos el agua y programamos 4 minutos, 37º, velocidad 2.

Incorporamos la mantequilla y volvemos a programar 4 minutos, 37º y velocidad 2. Comprobamos que queda una mezcla homogénea y utilizamos la cobertura de la tarta inmediatamente de hacerla.

Elaboración de la tarta

En una bandeja plana colocamos los sobaos (Puse 3 filas de 4 sobaos y medio, pero tendréis que adaptaros a la forma de vuestra bandeja, procurando colocarlos muy juntos y que formen un cuadrado perfecto, sin que ninguno sobresalga). Los cubrimos con la crema de piña.

Para colocar la segunda plancha de sobaos, cortamos los sobaos por la mitad de forma transversal y ponemos la mitad sobre la crema de piña.

Ayudándonos de una cuchara, regamos esta media capa de sobaos con el jugo que tenemos reservado de la lata de piña. Haciéndolo poco a poco, para que se empapen lo suficiente como para que la tarta quede jugosa, pero que no suelte jugo.

Movemos la crema pastelera -que ya tenemos fría- con unas varillas, para manejarla mejor y la colocamos sobre la capa de medios sobaos, distribuyéndola bien y procurando que quede de forma regular.

Sobre la crema colocamos las mitades restantes de sobaos y volvemos a regar con el jugo de piña reservado.

Ponemos la cobertura de chocolate y alisamos con una espátula. Yo hice más crema pastelera para decorar, y quedo como veis en las imágenes. La crema está estupenda, con la que me sobró haré unos pastelitos de hojaldre rellenos, fáciles de hacer y así no se estropeará nada.





 

POLLO A LA DIABLA

Ingredientes

1/2 pollo de corral (1,5 kg)
1 diente de ajo
2 cucharaditas de sal
1 cucharadita de pimentón dulce
Romero pelado
Tomillo
1 cucharadita de orégano
2 cayenas (o más, al gusto)
3 cucharadas de aceite
Unas gotas de jugo de limón

Elaboración

Esta receta está pensada para hacerla con  pollo de de corral,  criado al aire libre, pero no siempre es fácil conseguirlo, así que es válida para prepararla con pollo del supermercado. Es recomendable hacerlo en cuartos, pero yo he optado por trocearlo a la forma tradicional, porque el pollo de corral que yo he utilizado pesaba mas de tres kg y cada pieza sería demasiado grande.

Limpiamos bien con agua y lo secamos bien. 

Preparamos la sal, todas las especias y hierbas en el vaso de la batidora. Agregamos el ajo finamente picado y pasamos todo por la batidora. Ponemos la mezcla en un bol y agregamos el aceite de oliva y unas gotas de jugo de limón. Frotamos el pollo con la mezcla y masajeamos bien. Dejamos reposar a temperatura ambiente durante 1 hora para que todos los aromas penetren bien en la carne.

Podemos cocinar el pollo a la diabla ya sea en el horno a 160 ºdurante una hora aproximadamente dándole la vuelta a menudo, o en forma de guiso, añadiéndosele en ese caso, un vasito de vino de guisar. En los dos casos untándolo bien con el aceite especiado que hemos reservado. Yo opté por hacerlo en forma de guiso. 

Le puse dos cayenas y estaba alegre, pero no picaba demasiado, creo que una más le daría más gracia para los que, como a nosotros, os gusta el picante.

Servimos el pollo  bien caliente.