viernes, 8 de mayo de 2020

ALBONDIGAS DE POLLO DE CORRAL


En casa gusta el pollo de corral, el de pueblo, no el que venden por pollo de corral en las tiendas, que generalmente sólo es un pollo con la piel más amarilla, pero no tiene la carne tersa y firme como el pollo que crece en libertad y está alimentado únicamente con trigo y verduras. El problema es, que estos pollos suelen ser de un tamaño considerable, y como mucho cuando vienen mis hijos a comer a casa, suelo guisar medio pollo. Si sólo estamos su padre y yo, la pechuga no la guiso con el resto del pollo, porque es demasiada cantidad y además, no nos gusta la carne tan seca. Evidentemente, hago otras preparaciones con ella como estas albóndigas que, por cierto, han salido muy ricas. Por supuesto que la misma preparación puede hacerse con el pollo que solemos comer habitualmente o con pavo, y estarán igualmente ricas.

Ingredientes 2 personas

250 g de pechuga de pollo picada
1 huevo
½ diente de ajo
Un poco de perejil
2 rebanadas estrechas de pan de barra
Sal
Pimienta
Aceite de oliva virgen para freírlas

Para la salsa

½ cebolla pequeña
¼ puerro
1 zanahoria
Perejil
1 cucharada de postre de harina
Caldo de pollo o agua con una pastilla de caldo
Aceite de oliva virgen extra
1 hoja de laurel
1 clara de huevo cocido

Para el majado

6 nueces
1 yema de huevo cocido
1 diente de ajo pequeño
50 g de vino blanco

Elaboración

Picamos la carne para hacer las albóndigas

Ponemos el huevo en un cuenco, lo batimos y reservamos.

 En el mortero machamos el ajo y el perejil y lo machamos. Agregamos una pizca de leche, y lo ponemos en el cuenco con el huevo batido, el pan de barra triturado y la carne salpimentada de pollo. Mezclamos todo bien y lo dejamos un rato en reposo, para que todo se integre.

Damos forma a las albóndigas, las pasamos por harina, y vamos friéndolas en aceite de oliva caliente y colocando en una cazuela.

Para preparar la salsa, ponemos dos cucharadas de aceite de la que nos ha sobrado de freír las albóndigas una vez que la hayamos colado en la sartén.  Freímos un diente de ajo en este mismo aceite y lo retiramos. Pochamos en ella la cebolla y el puerro. Cuando ya estén pochados, añadimos la zanahoria y le damos unas vueltas. Cuando ya estén fritos añadimos 1 cucharada de harina y freímos. Echamos un poco de agua o del caldo de ave en la sartén y removemos.

Ponemos todo en la cazuela, y añadimos una hoja de laurel a las albóndigas fritas. Agregamos caldo o agua hasta que cubran las albóndigas, no más

Cocemos un huevo y lo pelamos. Pelamos también las nueces. Ponemos en el mortero la yema cocida, las nueces y el diente de ajo frito que hemos retirado del aceite, machacamos todo, añadimos el vino y removemos. Agregamos a la cazuela y cocemos a fuego medio. Sabremos que las albóndigas están hechas, cuando la salsa se va reduciendo y espesando. Necesitan aproximadamente unos 25 o 30 minutos de cocción.

Cuando la salsa esté espesando, probamos por si tuviéramos que rectificar de sal.

Añadimos la clara de huevo cocida, cortada en trocitos, y ya están listas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario