325 g de harina de fuerza
150 g de harina de trigo
250 ml de agua tibia
9 g de levadura fresca
8 g d sal
1,5 c/s de aceite de oliva virgen extra (para la masa)
2 c/s de aceite de oliva
Un poco de orégano
1 cebolla grande en juliana fina
unos tomatitos cherry
Unas anchoas
Elaboración
En un bol grande ponemos la harina de fuerza, la harina de trigo, la sal y lo mezclamos todo. Hacemos un hueco en el centro, como si fuera un volcán, y vertemos un poquito de agua tibia. Desmenuzamos la levadura fresca y mezclamos, mientras que vamos incorporando la harina de alrededor y vamos echando poco a poco el agua restante.
Echamos un chorrito de aceite de oliva virgen extra y seguimos amasando. Cuando veamos que ya se queda un poco seca, es el momento de echar la masa sobre la superficie y seguir amasando, a la vez que incorporamos la harina que no se había integrado hasta ese momento. Amasamos estirando y recogiendo la masa, hasta que toda la harina se haya terminado de integrar y nos quede una masa fina y elástica. Debemos amasar entre 10 y 15 minutos aproximadamente, dependiendo de cómo veamos la masa. Se puede hacer lo mismo en amasadora o Thermomix, es bastante más rápido, aunque a mí personalmente, me encanta y me relaja amasar.
Espolvoreamos un poco de harina en el mismo bol donde habíamos mezclado todos los ingredientes, e introducimos la masa. Tapamos con un trapo o con papel film. La receta por la que me he guiado dice que la dejemos reposar hasta que doble su volumen, más o menos una hora aproximadamente. En esta ocasión, yo la he dejado reposar unas 4 horas y creo que ha merecido la pena, la masa ha crecido más del doble, ha quedado más esponjosa y más rica.
Con un chorrito de aceite y con ayuda de una brocha de silicona, pintamos tanto el fondo como los laterales de la fuente de horno donde vamos a hornear nuestra focaccia. Puede ser en cualquier fuente apta para horno. Yo he utilizado una bandeja de 25 x 38.
Colocamos la masa en la fuente. La extendemos con los dedos hasta cubrir toda la superficie, estirándola pero sin que los dedos lleguen al fondo. Rociamos con aceite y un poco de orégano, y repartimos a la vez que metemos las yemas de los dedos en la masa, - pero insisto -, sin que los dedos lleguen al fondo.
Ponemos la cebolla en juliana distribuyéndola por toda la superficie de la focaccia, y luego rodajitas de tomate cherry, aceitunas negras sin hueso y anchoas ; terminamos poniendo por encima un poco de sal maldón. Echamos un chorrito generoso de aceite de oliva por encima. Tapamos con un paño y dejamos reposar 30 minutos más.
Horneamos a 220ºC durante 40 minutos o hasta que esté ligeramente dorada.
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