miércoles, 7 de marzo de 2018

ROPA VIEJA

Lo habitual en casa es la comida de aprovechamiento. Por humildes que sean los restos de una comida, siempre hay una forma de sacarle rendimiento y no desechar nada. Naturalmente, es cosa aprendida de mi madre, a la que tantas veces menciono. Lo curioso es que por suerte, mis comensales habituales, disfrutan tanto o más, con esa comida que con la originaria.
El plato de hoy es de ésos. No tiene una apariencia apetitosa, pero puedo asegurar que es con diferencia, mejor y más sabroso de lo que podría esperarse de los restos de un cocido.

Ingredientes

Los restos de las carnes del cocido: morcillo, lacón de jamón, espinazo de cerdo, lengua, gallina, chorizo y morcilla.
Los garbanzos que han sobrado.
1 cebolla cortada en brunoise.
Pimentón
Aceite de oliva.

Elaboración

Cortamos menuditos todos los restos de carne que han sobrado del cocido, y reservamos.

En una cazuela, ponemos la cebolla cortada a freír con el aceite de oliva, primero la pocharemos bien dejándola blandita y cuando ya esté hecha, la dejamos que se dore ligeramente, pero sin quemarse.

Separamos la cazuela del fuego y sofreímos el pimentón, así evitamos que se nos queme.

A continuación, añadimos las carnes y mezclamos bien con la cebolla y el pimentón, bajamos el fuego al mínimo y dejamos unos minutos -pocos- que la carne tome el jugo de la cebolla y el sabor del pimentón. 

En este momento, debemos estar con cuidado para que no se pegue, ya que al estar la carne en trozos pequeños y la cebolla frita es fácil que suceda. 

Dejarla sólo el tiempo que se necesite, siempre dependerá de la cantidad de carne. y de si la que ponéis. tiene restos de grasa, como sería el caso del lacón, en cuyo caso es más difícil que se pegue.

Servir inmediatamente. Como veis el plato no puede ser más sencillo. pero tampoco más rico.


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