Volvemos a lo de todos los años por ésta época. De pronto en el huerto tienes de todo. Salen a un tiempo los calabacines, la zanahoria, la calabaza, la judía verde, la coliflor, el tomate y las berenjenas. Normalmente, suelo congelar la verdura para tener todo el invierno cubiertas las necesidades porque es verdura absolutamente natural y por tanto, con más sabor, aunque reconozco que cuando más rica está, es recién recogida de la planta. Cada año, incorporo alguna manera de cocinarla que sea una novedad para que no nos canse. Por ejemplo la berenjena, la suelo hacer rebozada, rellena, a la plancha o en musaka y cuando ya estamos cansados, como no me gusta congelada, hago pisto para conserva. Se trata de aprovechar todo lo que la naturaleza nos brinda, sin que nada se estropee.
Ingredientes
3 berenjenas de tamaño mediano
6 cucharadas soperas, colmadas, de harina de tempura (Mercadona)
300 ml de agua helada
sal
Miel de caña(Mercadona)
Aceite de oliva para freír
Elaboración
Cortamos la berenjena en bastoncillos del tamaño de una patata frita aproximadamente (centímetro y medio de grosor) y metemos en agua con sal, al menos una hora, para que suden y pierdan el amargor.
El secreto de la tempura es que el agua esté helada, de este modo queda el rebozado muy crujiente. Así que ponemos en un bol o plato la harina con la sal y le añadimos el agua, y batimos hasta que esté todo bien ligado.
Para mantener la tempura fría mientras las hacía, metí el cuenco en que preparé la tempura en otro más grande y lo rodeé con bolsas de cubitos de hielo.
Escurrimos bien las berenjenas, pasamos por papel absorbente para quitar los restos de agua, y pasamos por la tempura.
Freímos en abundante aceite en la freidora a 180º, que es la temperatura máxima de mi freidora, pero supongo que se pueden hacer perfectamente en una sartén, aunque tardaréis un poco más en hacerlas.
Sacamos cuando empiecen a tomar color, y colocamos sobre papel absorbente de nuevo, para evitar el exceso de aceite y una vez escurridas vamos emplatando por capas: ponemos el fondo y le echamos un poco de miel por encima.
Ponemos otra capa y volvemos a echar miel. De este modo todos los trozos llevarán algo de miel, si la echamos al final, las de arriba tendrán toda la miel y las de abajo quedarán secas.
La mejor forma de poner la miel de caña sobre las berenjenas es introduciendo en el tarro de la miel un tenedor y dejar que la miel escurra, hasta que veamos que sólo cae un hilito fino, que es justo cuando la pondremos sobre las berenjenas. Son berenjenas en tempura, con miel (no, en miel)
Finalizamos con la miel
Nota.
Para quien no conozca la miel de caña, diré que es más líquida y menos dulce que la miel de abejas. Tiene una textura parecida e incluso el color de la salsa de soja. No creo que la miel de abejas sirviera para este fin.
La tempura sirve para hacer bastoncillos de zanahoria, calabaza, calabacín, pimientos, etc.
En casa unos la tomaron con miel y otros sin ella, de cualquier forma está muy rica. Yo la puse como un primer plato, pero os puede servir como parte de un entrante de picoteo.
Éste plato es sin miel
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