Blog de cocina familiar, pensado sobre todo, para que mis hijos tengan a mano las recetas que se hacen en casa.
martes, 15 de diciembre de 2015
PATATAS BLANCAS CON BACALAO
Este es un plato que hacía mi madre a menudo. A mi padre, como todo lo que llevaba bacalao, le encantaba. Lo tenía olvidado y lo recuperé con gran éxito. Es, como toda la cocina que ella hacía, sencillo hasta el extremo, pero rico y fácil de hacer.
Ingredientes
4 Trozos hermosos de bacalao desalado
1 kg de patatas peladas y limpias
1 o 2 huevos duros
1 par de ajos
1 ramillete de perejil
aceite
Sal
Elaboración
Tenemos que poner a desalar el bacalao tres o cuatro días antes, dependiendo del grosor que tenga. Nosotros comemos con poca sal, así que lo tuve 4 días porque era gordito.
Cocemos un par de huevos y reservamos.
Pelamos las patatas, las escachamos y las reservamos.
Hacemos el majado del ajo y el perejil con sal y lo reservamos.
Cubrimos el fondo de la cazuela con aceite. Yo puse 4 cucharadas soperas y resultó más que suficiente, con lo cual controlamos también la grasa del plato.
Dejamos que el aceite coja temperatura, y cuando veamos que ya está, rehogamos bien las patatas.
Cuando veamos que ya están, agregamos el majado con agua hasta cubrirlas por completo, incluso un poco más si los guisos nos gustan caldosos, porque hay que pensar que con la cocción, el agua se evapora.
Dejamos cocer las patatas. En realidad, estarán cocidas en media hora, pero yo las dejo un poco más para que engorde un poco el caldo.
Cuando veamos que la patata está hecha, agregamos los trozo de bacalao dejando la piel por la parte de arriba y los huevos duros partidos en trozos grandecitos. Dejamos que se haga el bacalao, no mucho tiempo (a mi me bastaron 5 minutos, no hay cosa más desagradable de comer que un bacalao seco por exceso de cocción.), para que el bacalao quede hecho pero jugoso. La mezcla de sabor del bacalao y la yema del huevo harán que el caldo, ya un poco espesito, tome un agradable sabor y un color amarillento que lo hace más apetecible.
Probamos el punto de sal, y rectificamos si fuera necesario. Dejamos reposar un ratito y a la mesa.
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