Tener frutales en casa es una suerte, la verdad. Comes la fruta del tiempo recién quitada del árbol y sabe completamente diferente a la que se compra. Suele ocurrir, que a veces la cosecha es abundante, así que, o bien regalamos alguna o a ser posible hago postres o mermeladas con ella. Mermeladas cada vez menos, porque es imposible comer tantas. Así que regalamos, y en contrapartida, la generosidad de los amigos nos compensa con otra fruta que no tengamos nosotros, o verduras de su huerto, lo que resulta un intercambio estupendo tanto para ellos como para nosotros.
Nunca había hecho clafoutis, pero mi amiga Ana me mandó una receta que tenía una pintaza. En esto de los postres sin embargo, admito que soy muy cuadriculada. No me sirve lo de una cucharada, o una taza de...lo mío son los gramos y los decilitros, porque, ¿Cómo adivinar lo que lleva una taza o una cucharada? Tienes que saber muy bien calcular, y hay que experimentar antes para saber como queda la masa, como funciona en el horno, etc.. Así que me he decantado por otra receta detallada, y cuando sea el tiempo del otro cerezo, haré pruebas con la taza, pero para empezar, balanza y thermomix.
La clafoutis es una tarta de origen francés, concretamente de Lemosín (Limousin), región de la parte occidental del macizo central que debe su nombre a la capital regional, Limoges. Y clafoutis proviene del occitano clafotís (del verbo clafir que significa rellenar), y es que esta tarta se elabora a partir de una sencilla masa, similar a la de las crepes (huevos, harina, mantequilla, azúcar, leche o nata y vainilla) y cerezas. Las cerezas rellenan la tarta o la masa de la tarta rellena los huecos que dejan las cerezas. Dándole la descripción que queramos, esta tarta estaba ya muy extendida en toda Francia en el siglo XIX, y actualmente es un dulce que se conoce y se elabora en cualquier rincón el mundo.
Para evitar la humedad de la masa, la clafoutis tradicional se hace con las cerezas sin deshuesar, además de que el hueso tiene un componente que acentúa el sabor de la fruta, pero yo he hecho la versión más cómoda a la hora de comer, y he retirado el hueso.
La cereza es una fruta que tenemos durante poco tiempo, pero es riquísima. Además, está considerada como una de las mejores frutas para depurar el organismo y liberar toxinas, de hecho, figura en la lista del Departamento de Alimentación de Estados Unidos como uno de los alimentos con mayor poder antioxidante
La receta pide mermelada de cerezas. Sólo encontré confitura, eso, y el hecho de que el tipo de cereza es muy oscuro como se puede apreciar en las fotos el paso a paso, le han dado un color oscuro al resultado del postre que, hubiera debido ser un color amarillento, pero a pesar de todo, el catador oficial de la casa, le ha dado un sobresaliente y suele ser bastante crítico.
En la próxima ocasión haré una clafoutis de fresa sin mermelada. Creo que ganará en presentación.
Ingredientes
4 huevos
130 g de azúcar
200 g de nata líquida para montar
60 g de leche entera
50 g de mantequilla a temperatura ambiente
80 g de mermelada de cerezas
100 g de harina de repostería
300 g de cerezas, lavadas y sin hueso
Elaboración
Precalentamos el horno a 180º y engrasamos un molde de 22-23 cm de diámetro con un poco de mantequilla.
En el vaso de la Thermomix, ponemos los huevos y el azúcar. Programamos 3 minutos, a velocidad 4.
Añadimos la leche y la nata. Mezclamos durante 1 minuto, a velocidad 3.
Incorporamos la mantequilla (a temperatura ambiente) cortada en trozos pequeños y la mermelada de cerezas. Programamos 2 minutos, a velocidad 4.
Agregamos la harina y mezclamos durante 15 segundos, a velocidad 4.
En el molde engrasado, ponemos la mitad de las cerezas deshuesas en el fondo del molde, bien esparcidas, con mucho cuidado vertemos la mezcla anterior y colocamos, sobre la masa, la otra mitad de cerezas.
Horneamos durante 40-45 minutos, a 180º. Comprobamos que ya está hecha pinchando con un palillo y si sale limpio, es que ya está.
Dejamos enfriar y metemos en el frigorífico.
Antes de servir, espolvoreamos azúcar glas y si tenemos alguna cereza más podemos colocarlas por encima.
Ingredientes
4 huevos
130 g de azúcar
200 g de nata líquida para montar
60 g de leche entera
50 g de mantequilla a temperatura ambiente
80 g de mermelada de cerezas
100 g de harina de repostería
300 g de cerezas, lavadas y sin hueso
Elaboración
Precalentamos el horno a 180º y engrasamos un molde de 22-23 cm de diámetro con un poco de mantequilla.
En el vaso de la Thermomix, ponemos los huevos y el azúcar. Programamos 3 minutos, a velocidad 4.
Añadimos la leche y la nata. Mezclamos durante 1 minuto, a velocidad 3.
Incorporamos la mantequilla (a temperatura ambiente) cortada en trozos pequeños y la mermelada de cerezas. Programamos 2 minutos, a velocidad 4.
Agregamos la harina y mezclamos durante 15 segundos, a velocidad 4.
En el molde engrasado, ponemos la mitad de las cerezas deshuesas en el fondo del molde, bien esparcidas, con mucho cuidado vertemos la mezcla anterior y colocamos, sobre la masa, la otra mitad de cerezas.
Horneamos durante 40-45 minutos, a 180º. Comprobamos que ya está hecha pinchando con un palillo y si sale limpio, es que ya está.
Dejamos enfriar y metemos en el frigorífico.
Antes de servir, espolvoreamos azúcar glas y si tenemos alguna cereza más podemos colocarlas por encima.
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