Empezaré por decir que esto no es un auténtico croissant, porque el sistema de elaboración es diferente. Aunque tiene en común que lleva los mismos pliegues y las capas de mantequilla, la mantequilla se aplica en menor cantidad que en un croissant normal y derretida en vez de entera y además se incluye aceite de girasol, lo que los hace más saludables. Por otra parte, la formación del croissant, es totalmente diferente y un poco más complicada. En el blog, hay otros croissant que si siguen las pautas reglamentarias, por si alguien tiene curiosidad están AQUÍ.
De cualquier forma, la textura y ligereza de la masa es igual, y están buenísimos. Yo he modificado en la receta original la cantidad de azúcar, que era notablemente escasa para la cantidad de harina. Los hice con harina de fuerza, pero creo que con una harina normal estarán mucho más ligeros aún, por lo que os aconsejo que los hagáis con harina de todo uso.
Al final del post, os dejo el enlace a un video que es donde yo he aprendido a hacerlos. Yo los probaría, son un poco entretenidillos pero merece la pena.
200 g de leche tibia
200 g de agua tibia
90 g de aceite vegetal
80 g de azúcar
10 g de levadura seca
600 g de harina
8 g de sal
130 g de mantequilla derretida
Elaboración
Ponemos en un bol los 200 ml de leche tibia, los 200 ml de agua tibia, 90 ml de aceite de girasol, 20 g de azúcar y 10 g de levadura seca.
Mezclamos todo hasta que la levadura quede bien disuelta e integrada.
Agregamos 600 g de harina y 8 g de sal, mezclamos todo bien primero con ayuda de una cuchara y terminamos amasando con la mano hasta que se haya integrado toda la harina. Al terminar de mezclar añadimos 10 g de aceite de girasol y mezclamos todo bien.
Trabajamos la masa plegándola, primero la estiramos desde un lado, y la parte que estiramos, la llevamos al centro como si fuera el pétalo de una flor, y hacemos así hasta que hayamos estirado todo el contorno de la masa, Boleamos y la tapamos durante 45 minutos hasta que la masa haya crecido.
Espolvoreamos ligeramente con harina la zona de trabajo, y la volcamos encima con ayuda de una rasqueta evitando rasgar la masa. Volvemos a plegar la masa como hemos hecho antes, la boleamos y a partir de ahí tomando la masa la vamos doblando poco a poco sobre sí misma para formar un rulo. Lo dividimos en dos partes aproximadamente iguales, y formamos con cada una de ellas una bola.
Tomamos una de las bolas, espolvoreamos con un poco de harina la zona de trabajo y por encima, la aplastamos con las manos, después con poco con los nudillos suavemente y empezamos a estirar la masa con ayuda de un rodillo, estirando primero de derecha a izquierda, dándole la vuelta y estirando al contrario (enrollamos en el rodillo para hacerlo).
Espolvoreamos de harina (poca) de vez en cuando) para que no se pegue. Formamos un cuadrado de 45 cm de lado. Pintamos con parte de los120 g de mantequilla derretida distribuyéndola por todo el cuadrado con ayuda de un pincel de silicona.
Doblamos la masa en tres partes (como haríamos haciendo hojaldre): Un tercio del cuadrado, sobre el tercio del centro, y el resto sobre la masa doblada, presionando con la mano para que la masa quede unida. Con la masa plegada, volvemos a plegar en tres veces (ver imágenes de los dos pasos) formando nuevamente un cuadrado.
Hacemos los mismos pasos con la otra bola de masa que tenemos reservada.
Dejamos reposar unos 5 minutos.
Espolvoreamos la mesa con harina, y ponemos otro poco de harina sobre la masa, la vamos apretando primero un poco con el rodillo en la dirección que vemos en la imagen, para volver a estirarla con un rodillo, una vez que la hayamos girado.
Una vez que la masa esté estirada, volvemos a pintarla con mantequilla derretida.
Si queremos rellenar el croissant de algo, este es el momento de hacerlo (queso, nocilla, dulce de leche… a mí me gustan sin relleno, el bollo en si es pura delicia).
Enrollamos la masa poco a poco formando un rulo, y terminamos pegando la terminación de la masa pellizcándola para que no se separe con la cocción.
Cortamos la masa en trozos, tomando como medida, los cuatro dedos de la mano de ancho, y colocamos sobre la bandeja de horno cubierta de papel de hornear, a mi me han salido 16. Los aplastamos ligeramente con la mano.
Batimos una yema con una cucharada de leche y pintamos bien por todos los lados. Podemos poner por encima semillas de amapola, o sésamo.
Horneamos en horno precalentado a 180º durante 30 minutos. Retiramos de la bandeja y dejamos enfríar sobre una rejilla.
https://www.youtube.com/watch?v=RQPFpI3hSeU
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