Estas pastas de mantequilla, las he llevo haciendo toda la vida. No recuerdo de dónde vino la receta, pero si puedo decir que son tan ricas como sencillas de elaborar. Pocos ingredientes, poca complicación Sólo un inconveniente, duran poco en casa.
Ingredientes
½ kg. de harina
400 gr. de mantequilla
125 gr. de azúcar glas
1 yema de huevo
1 huevo para pintar las pastas
Elaboración
Empezamos pesando todos los ingredientes. Yo me ayudé en esta ocasión de la thermomix, pero es de las pocas recetas en las que no aconsejo su uso. Son bastante más sencillas de hacer simplemente con una batidora de varillas.
Así pues, con la mantequilla a temperatura ambiente y la ayuda de una batidora de varillas, batimos la mantequilla hasta que esté a punto de pomada.
Con la ayuda de una cuchara le agregamos el azúcar glasé y mezclamos hasta que esté totalmente integrado.
De igual forma, agregamos la yema de huevo hasta que veamos que toda la masa tiene un color homogéneo y ha quedado repartida por igual.
Lentamente y al principio con una cuchara, vamos agregando la harina hasta que tome un poco de consistencia la masa. La ultima parte de la harina la ponemos sobre la encimera, y terminamos de amasar con las manos.
La encimera deberá estar lo más fría posible. Nos va a quedar una masa muy blanda, así que si vemos que no podemos manejarla bien, la metemos unos minutos en el frigorífico -pocos minutos, porque se endurecería la masa- , espolvoreamos la encimera con un poco de harina y estiramos con la ayuda de un rodillo enharinado. Utilizamos los cortadores que tengamos a mano, vamos colocando en la bandeja del horno sobre un papel de hornear, o bien sobre la bandeja engrasada, aunque no lo aconsejo porque tendréis que limpiarla para cada hornada, y a mi me han salido 3. Antes de meterlas en el horno, pintarlas con huevo batido.
Ponemos en el horno precalentado a 180º, durante 17 minutos y están listas.
125 gr. de azúcar glas
1 yema de huevo
1 huevo para pintar las pastas
Elaboración
Empezamos pesando todos los ingredientes. Yo me ayudé en esta ocasión de la thermomix, pero es de las pocas recetas en las que no aconsejo su uso. Son bastante más sencillas de hacer simplemente con una batidora de varillas.
Así pues, con la mantequilla a temperatura ambiente y la ayuda de una batidora de varillas, batimos la mantequilla hasta que esté a punto de pomada.
Con la ayuda de una cuchara le agregamos el azúcar glasé y mezclamos hasta que esté totalmente integrado.
De igual forma, agregamos la yema de huevo hasta que veamos que toda la masa tiene un color homogéneo y ha quedado repartida por igual.
Lentamente y al principio con una cuchara, vamos agregando la harina hasta que tome un poco de consistencia la masa. La ultima parte de la harina la ponemos sobre la encimera, y terminamos de amasar con las manos.
La encimera deberá estar lo más fría posible. Nos va a quedar una masa muy blanda, así que si vemos que no podemos manejarla bien, la metemos unos minutos en el frigorífico -pocos minutos, porque se endurecería la masa- , espolvoreamos la encimera con un poco de harina y estiramos con la ayuda de un rodillo enharinado. Utilizamos los cortadores que tengamos a mano, vamos colocando en la bandeja del horno sobre un papel de hornear, o bien sobre la bandeja engrasada, aunque no lo aconsejo porque tendréis que limpiarla para cada hornada, y a mi me han salido 3. Antes de meterlas en el horno, pintarlas con huevo batido.
Ponemos en el horno precalentado a 180º, durante 17 minutos y están listas.
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