Es cierto que ella, hacía las croquetas con leche de vaca que no había pasado por ningún otro proceso que no fuera hervirla, pero yo he probado cuando tengo acceso a ella, y siempre me falta ese toque que ella les daba. Aún así, las hago a menudo, porque a mi familia le gustan mucho. Hoy es uno de esos días que tocaba, y tocaba con una ligera modificación, que explico en la nota final.
Ingredientes
450 gr de bacalao ya desalado y bien escurrido.
100 gr de aceite de oliva virgen
50 gr de cebolla
200 gr de harina
850 gr de leche entera
1 cucharadita de postre rasa de sal
3 láminas de gelatina neutra.(optativo) (*)
Nuez moscada, pimienta (optativo)
Elaboración
Ponemos a hidratar la gelatina en agua fría.
Ponemos en la thermomix la cebolla troceada y los 100 gr. de aceite de oliva, le damos 3 golpes de turbo hasta que la cebolla y el aceite queden como una pasta ligera. Programamos 5 minutos, temperatura 100, Velocidad 1.
Incorporamos la harina y programamos 1 minuto, Temperatura 100, Velocidad 2 y 1/2.
Añadimos la leche, y si las ponemos, -yo no las pongo en las croquetas-, es el momento de añadir la nuez moscada y la pimienta. Mezclamos 10 segundos en velocidad 6.
Programamos 10 minutos, Temperatura 100 y velocidad 4.
Añadimos por el bocal, el bacalao escurrido, la sal y la gelatina hidratada. Programamos 2 minutos, Temperatura 100 y velocidad 4.
Verificamos el punto de sal, y ponemos en una manga desechable hasta que esté completamente fría. Suelo preparar la masa la noche anterior y hacerlas al día siguiente. La formación de las croquetas, la expliqué AQUI
NOTAS:
Es raro que cuando hago croquetas no se me rompa alguna al freírlas. Tomo todas las precauciones que me contó mi madre: freírlas de 4 en 4 en una sartén pequeña con mucha aceite y bien caliente, pero aún así, alguna siempre falla. Recientemente hubo en Madrid un concurso para saber cuál era la mejor croqueta de la capital y el ganador contó uno de sus secretos. El preparó croquetas de jamón y comentó dos cosas, que ponía un hueso de jamón a hervir con la leche previamente y que le añadía gelatina hidratada para conseguir que eso no se rompieran al freír, decidí probar, y la verdad, siguen estallando alguna.
Bien es verdad, que a mi las croquetas me gustan con una bechamel más bien clara, y no algunas que resultan ser un engrudo de harina frita. La croqueta tiene que romperse en la boca.
En casa gusta la bechamel para otras elaboraciones con nuez moscada y pimienta, pero no sucede así con las croquetas, por eso nunca la pongo.
Para que el bacalao esté bien desalado, lo deshilacho, le retiro bien las espinas y lo dejo en agua al menos día y medio. Prefiero que quede completamente desalado y añadir el sal que sea necesario al final de la elaboración y así evitar el riesgo de estropear la masa. Para que quede libre de agua, primero lo exprimo en un colador y luego lo pongo sobre un paño de algodón, y lo comprimo hasta que suelte toda el agua.
Con estas cantidades, ya veis la cantidad de croquetas que salen. Normalmente, las congelo y ya tengo la cena resuelta para muchos días.
En casa gusta la bechamel para otras elaboraciones con nuez moscada y pimienta, pero no sucede así con las croquetas, por eso nunca la pongo.
Para que el bacalao esté bien desalado, lo deshilacho, le retiro bien las espinas y lo dejo en agua al menos día y medio. Prefiero que quede completamente desalado y añadir el sal que sea necesario al final de la elaboración y así evitar el riesgo de estropear la masa. Para que quede libre de agua, primero lo exprimo en un colador y luego lo pongo sobre un paño de algodón, y lo comprimo hasta que suelte toda el agua.
Con estas cantidades, ya veis la cantidad de croquetas que salen. Normalmente, las congelo y ya tengo la cena resuelta para muchos días.
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