Es una receta de legumbres con una base de garbanzos (que ya hemos comprado cocidos para hacer el plato en poco tiempo), con las espinacas y añadimos el bacalao ya desalado y un buen caldo de pescado para darle ese toque especial a nuestra receta. A nosotros nos encanta, así que siempre preparo para más de un día porque es una de esas recetas que gana con el reposo.
Ingredientes
Un bote de garbanzos cocidos 400 g. y otro mediano
250 g. de migas de bacalao desalado
200 g. de espinacas frescas (pus espinacas baby)
1 cebolla
2 dientes de ajo
2 huevos
1 rebanada de pan
1 cucharada de pimentón
1 hoja de laurel
Aceite de oliva virgen extra
Sal (al gusto)
Caldo de pescado
Elaboración
Tenemos que lavar los garbanzos cocidos muy bien sin que quede ningún resto de la gelatina que rodea al garbanzo y los vamos a añadir al final de la cocción del guiso. Sólo para que se impregnen bien del sabor del resto de los ingredientes.
Ingredientes
Un bote de garbanzos cocidos 400 g. y otro mediano
250 g. de migas de bacalao desalado
200 g. de espinacas frescas (pus espinacas baby)
1 cebolla
2 dientes de ajo
2 huevos
1 rebanada de pan
1 cucharada de pimentón
1 hoja de laurel
Aceite de oliva virgen extra
Sal (al gusto)
Caldo de pescado
Elaboración
Tenemos que lavar los garbanzos cocidos muy bien sin que quede ningún resto de la gelatina que rodea al garbanzo y los vamos a añadir al final de la cocción del guiso. Sólo para que se impregnen bien del sabor del resto de los ingredientes.
Este tipo de garbanzos ya cocidos y envasados en tarro de cristal ahorran mucho tiempo en la cocina y son perfectos también para platos como un hummus o una ensalada
Primero vamos a preparar el sofrito. Picamos fino uno de los dientes de ajo y pelamos el otro.
Primero vamos a preparar el sofrito. Picamos fino uno de los dientes de ajo y pelamos el otro.
Pelamos las cebollas y las picamos en brunoise, para no encontrar después demasiados pedazos.
En una sartén amplia vertemos aceite de oliva y freímos el ajo a fuego medio. En cuanto empiece a “bailar”, vemos que coge un tono dorado, retiramos el diente de ajo entero.
Añadimos la cebolla y seguimos sofriendo. Salamos al gusto. Cuando esté pochada, apagamos el fuego y dejamos atemperar un poco el aceite. Añadimos una cucharada de pimentón y removemos bien para que se integre perfectamente con el sofrito. Reservamos.
En un cazo pequeño ponemos agua a hervir. Cocemos los huevos, que luego utilizaremos al final de la receta. La receta indica que cuando estén cocidos partamos a la mitad y repartamos una mitad por persona. Si os gusta mucho, incluso podéis poner un huevo duro por persona.
Añadimos la cebolla y seguimos sofriendo. Salamos al gusto. Cuando esté pochada, apagamos el fuego y dejamos atemperar un poco el aceite. Añadimos una cucharada de pimentón y removemos bien para que se integre perfectamente con el sofrito. Reservamos.
En un cazo pequeño ponemos agua a hervir. Cocemos los huevos, que luego utilizaremos al final de la receta. La receta indica que cuando estén cocidos partamos a la mitad y repartamos una mitad por persona. Si os gusta mucho, incluso podéis poner un huevo duro por persona.
Yo he hecho esta noche huevos rellenos, de forma que he puesto menos huevos en el potaje, pero eso va en gustos, porque a mi por ejemplo, me gusta picar la la clara y desmenuzar la yema para que se integre en el caldo, y eso le da un sabor muy rico, lo hago en el mortero con el pan, como se indica en el paso siguiente.
Ponemos la cazuela a fuego medio con los garbanzos y un caldo de pescado (agua en caso de que no lo tengáis en casa, vale también un caldo de verduras o similar). Cuando empiece a tomar temperatura, vertemos el sofrito y removemos bien. Echamos ahora en varias tandas las espinacas, que en poco tiempo irán reduciendo su tamaño.
Rectificamos de sal y dejamos cocinando un par de minutos. Desmigamos el bacalao en trozos que luego podamos comer de un bocado.
Ponemos la cazuela a fuego medio con los garbanzos y un caldo de pescado (agua en caso de que no lo tengáis en casa, vale también un caldo de verduras o similar). Cuando empiece a tomar temperatura, vertemos el sofrito y removemos bien. Echamos ahora en varias tandas las espinacas, que en poco tiempo irán reduciendo su tamaño.
Rectificamos de sal y dejamos cocinando un par de minutos. Desmigamos el bacalao en trozos que luego podamos comer de un bocado.
Añadimos a la cazuela y la movemos “en vaivén” (por las asas) para que se vayan mezclando todos los ingredientes. Bajamos a fuego bajo. En 5 minutos estará listo nuestro potaje, pero mientras tanto vamos a preparar el toque final.
En una sartén con un poquito de aceite de oliva, freímos la rebanada de pan (mejor si es de pan de pueblo, pero sirve pan del día anterior, de hecho, yo siempre trato de aprovecharlo). Vuelta y vuelta hasta que esté dorada y crujiente. En un mortero echamos el pan frito desmenuzado y el diente de ajo que teníamos reservado. Machacamos y hacemos un majado, También pongo las yemas.
Pasados los 5 minutos desde que echamos el bacalao. Añadimos el majado anterior. Con este truco le daremos consistencia al caldo y un sabor muy rico. Probamos de sal, si fuese necesario rectificamos.
Si queréis cortáis los huevos cocidos y fríos, a la mitad. Lo añadís a cada plato justo antes de servir en la mesa. Servir el potaje bien caliente.
Este plato de cuchara sienta de maravilla, incluso en días que no haga tanto frío.
En una sartén con un poquito de aceite de oliva, freímos la rebanada de pan (mejor si es de pan de pueblo, pero sirve pan del día anterior, de hecho, yo siempre trato de aprovecharlo). Vuelta y vuelta hasta que esté dorada y crujiente. En un mortero echamos el pan frito desmenuzado y el diente de ajo que teníamos reservado. Machacamos y hacemos un majado, También pongo las yemas.
Pasados los 5 minutos desde que echamos el bacalao. Añadimos el majado anterior. Con este truco le daremos consistencia al caldo y un sabor muy rico. Probamos de sal, si fuese necesario rectificamos.
Si queréis cortáis los huevos cocidos y fríos, a la mitad. Lo añadís a cada plato justo antes de servir en la mesa. Servir el potaje bien caliente.
Este plato de cuchara sienta de maravilla, incluso en días que no haga tanto frío.
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