viernes, 17 de febrero de 2023

FISUELOS LEONESES MUY FÁCILES

Cuando hablamos de fisuelos, en España hay varias formas de elaborarlos. Todos son muy parecidos en cuanto al tipo de ingredientes, pero la forma de cocinarlos, dista mucho unos de otros. Estos son los que yo vi hacer a mi madre.

No podemos saber la fecha exacta en la que se comenzaron a hacer, aunque seguramente todos recordamos a nuestra madre y abuela elaborando este manjar.

Aunque los fisuelos se hacen en toda la provincia, son un clásico de la repostería de montaña, aquella que lograba, con pocos ingredientes y mucha audacia, crear postres llenos de sabor que reconfortaban las almas.

En la montaña de León, territorio de urogallos y osos, las frías tardes del invierno se brindan con densas tazas de chocolate caliente y uno de los bocados dulces más característicos de la montaña leonesa: los fisuelos.

La sencillez de los fisuelos radica en su origen humilde, pensado para dar calor a los estómagos de unos pueblos donde la incomunicación era una máxima cuando las nieves superaban los dos metros de altura. Regocijo para los más pequeños, que las mujeres de la casa, tradición oral mediante, creaban como nubes de masa aireada.

Hay quienes comparan los fisuelos de la montaña occidental leonesa con las filloas gallegas. Otros buscan su origen en las crepes francesas, y hay incluso quien los confunde con churros. Aun así, y a pesar de su origen incierto, la receta no parece haberse visto alterada: harina, leche y huevos en misma proporción y una cucharadita de sal. Y aunque habitualmente el orden de factores no altera el producto, las manos salpicadas de aceite y los trocitos de masa escriben un ritual que comienza por los huevos, para depositar después la harina y, por último, con la masa formada, añadir la leche.

La pizquita de sal termina de coronar una suerte de roux leonés —por aquello de las etiquetas— suave y delicioso.

A pesar de lo que uno pueda imaginarse, la leche que hoy en día se utiliza debe ser semidesnatada.

Ingredientes

2 huevos
600 ml de leche semidesnatada
500 g de harina
1 cucharadita de levadura royal u otro polvo de hornear
1/4 de cucharadita de sal
Azúcar para espolvorear después de la fritura

Elaboración

Lo primero que tendremos que hacer, es mezclar todos los ingredientes en una jarra alta y con bocal ancho, para batirlos bien con la batidora. En caso de que se prefiera hacerlo a mano, os recomiendo que mezcléis primero los huevos con la leche, la sal y la levadura royal.

Una vez que tenemos la mezcla, la dejamos reposar una hora para que esté más esponjosa.

Pasado este tiempo de reposo, ponemos a calentar una sartén con abundante aceite de oliva, y cuando empiece a echar humo vamos añadiendo la masa en espiral. Comenzamos dando la forma desde el centro hacia afuera, lentamente.

Lo tradicional es usar una garcilla como hacían las abuelas, pero podéis hacerlo con una jarra con pico.

Una vez que está dorado por ambos lados, lo sacamos a una fuente con papel absorbente y vamos haciendo nuestra torre de fisuelos.

Cuando veamos que han escurrido el aceite, espolvoreamos con un poquito de azúcar y tomamos con un buen chocolate.

Aquí encontraréis otros fisuelos, que también se hacen en León, aunque no son los que hacía mi madre y los que a mi me gustan más: https://harinalaquepida.blogspot.com/search?q=FISUELOS+DE+LEON

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