Normalmente cuando hago en casa cigalas, las suelo hacer a la plancha porque nos encantan. Esta vez sin embargo, opté por elaborarlas con una salsa con el objetivo de no tardar tanto en hacerlas y por no tener que estar tan pendiente de ellas para encontrarles el punto, y que, a la hora de servirlas estuvieran todas a la misma temperatura.
Las hice en una sartén de 8 en 8 cada vez, así es que os dejo la receta para cada grupo de cigalas. Yo las puse con unos pocos entrantes muy ligeros y tradicionales que no requerían preparación previa y como plato único para la cena, con un postre.
Ingredientes
8 cigalas
el zumo de 1/2 limón
1 cayena
1/2 vasito de vino blanco
un chorrito de agua
1/2 pastilla de caldo de carne
aceite de oliva virgen
sal al gusto
2 dientes de ajo
Elaboración
Pelamos y picamos los ajos en rodajas.
En una sartén ponemos aceite de oliva, - sólo la suficiente para que las cigalas no se peguen- y sofreímos ligeramente los ajos, y la cayena.
Rehogamos con ellos las cigalas y les ponemos un poquito de sal. (2 minutos por cada lado), añadimos el vino blanco y dejamos que evapore, a continuación el zumo de limón, el agua y el caldo de carne.
Dejamos que se haga todo junto 1 minuto, y pasamos a una fuente, continuando con la tanda siguiente.
Si tenéis la precaución de colocarlas en una fuente que conserve el calor, estarán perfectas a la hora de servirlas. Una vez que hayáis terminado, movéis un poco la salsa para que empapen todas las cigalas y espolvoreáis con un poco de perejil picado para que queden mas bonitas a la hora de presentarlas en la mesa.
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