jueves, 12 de abril de 2018

SOPA DE LECHE


Este es un plato que hacia mi madre algunos días de invierno para la cena, cuando el frío apretaba en León.
En casa no solemos tomar primer plato nunca, por tanto, lo de hacer una sopa para la cena está descartado. Un pescado a la plancha acompañado bien de una verdura hervida con anterioridad, un salmorejo, de pimientos asados o de una ensalada es lo habitual.
Sin embargo, este año, y a pesar de estar en abril, ha hecho unos días con mucho frío, por eso hace un par de noches, recordé lo que hacía mi madre y preparé la que más me gusta.
Ella hacía tres versiones diferentes, pero esta nos gustaba a todos. .

Ingredientes

1 litro de leche (descremada en nuestro caso)
Pan del día anterior cortado en rebanadas muy finas, (no pongo cantidad porque cada cual sabe cómo de espesa gusta en su casa).
1 pellizco de sal

Elaboración

Ponemos la leche a calentar en una cazuela con una pizca de sal. 
Esperamos que caliente bien, y cuando veamos que la leche rompe a hervir, volcamos el pan cortado.
Retiramos inmediatamente del fuego, tapamos y dejamos reposar unos minutos, para que la miga se reblandezca bien.
Servimos muy caliente.
Normalmente se pone de postre.

Como dije en principio, mi madre hacia otras dos versiones. A mi hija por ejemplo, le gusta la que mi madre hacía elaborando primero una sopa de ajo -a la leonesa-, bastante diferente a la tradicional sopa castellana, es más líquida y no lleva ni huevo batido ni jamón. 

2ª. versión
Antes de empezar a preparar la sopa, colocamos el pan rebanado en cazuelas independientes, una por comensal.

Ingredientes 
(para 1 persona)

1 cucharada de aceite
1 pizca de sal
1 pizca de pimentón
1 medida de agua a la medida del recipiente donde vamos a poner la sopa.

En una cazuela ponemos agua (según el número de comensales) a hervir en una cazuela con el aceite,  ajo machacado con sal y un poco de pimentón. Dejamos hervir para que el agua absorba el sabor del ajo y el pimentón y volcamos ese caldo en las cazuelas, dejándolo reposar hasta que el pan esté bien empapado y crecido. 
Cuando vamos a comer la sopa, escurrimos el agua del caldo, y la sustituimos por leche. La temperatura de la leche es a gusto de quien va a tomar la sopa, puede ser fría,  del tiempo, o caliente.

3ª. Versión

La elaboración es prácticamente la misma que la anterior, sólo la diferencia, que cuando el pan está aún seco, se casca un huevo en cada cazuela, y luego se vierte el agua con el ajo la sal y el pimentón primero y se añade la leche después de escurrir el caldo de ajo. 
En este caso la leche se pone prácticamente hirviendo igual que el caldo. La razón es sencilla: el huevo se cuaja primero un poco con el agua del ajo, y termina de cuajarse con la leche hirviendo.
Esta sopa es la que más le gustaba a mi abuelo paterno. 
Prácticamente la cenaba a diario, y debe ser saludable porque vivió 97 años... 

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