Tenía en el frutero media docena de naranjas de zumo que estaban a punto de estropearse. Con el viento que ha hecho éstos últimos días se habían caído un par de manzanas reinetas que de momento están demasiado verdes para poder comerlas, así que en un arranque de "todo o nada", hice una mermelada que ha resultado rica y novedosa. Dos por el precio de uno: no he tenido que desechar nada y además tengo 3 estupendos tarros de mermelada.
Ingredientes
3 naranjas de zumo grandecitas
1 manzana reineta
1 limón
400 gr de azúcar *.
* En la mayoría de las recetas de mermeladas, se aconseja que la cantidad de azúcar que se emplee sea aproximadamente igual al peso de la fruta. Así lo he hecho durante mucho tiempo, pero ahora he restringido en gran medida todo lo que lleva azúcar, y de hecho, yo no desayuno una tostada con mermelada, desayuno una tostada a la que le enseño la mermelada.
Por esa razón, todas las mermeladas que hago tienen menos de la mitad del peso de la fruta, pero si alguien se puede permitir el lujo de tomar azúcar, os animo a que la hagáis con las cantidades aconsejadas por los expertos. Puedo decir, eso si, que las mías están muy ricas y se conservan perfectamente, aunque necesitan un poco más de tiempo de cocción para espesar.
Elaboración
Retiramos la piel del limón procurando que no le quede nada de la parte blanca, lo troceamos y retiramos todas las pepitas.
Lavamos muy bien las naranjas con agua, las secamos y sin pelarlas las partimos en cuartos o como nos guste más, quitando también todas las pepitas.
Lavamos la manzana de igual forma, la descorazonamos y la partimos en cuartos.
Colocamos en la thermomix.
Añadimos el azúcar.
Trituramos en velocidad progresiva 5/7/9 durante unos segundos hasta que veamos que no se aprecian trozos grandes sobre todo de la piel de la naranja.
Programamos, 30 minutos, 100º, velocidad 2. Los ingredientes de esta mermelada tienen más fibra, queda más espesa que puede quedar la de cualquier otra fruta por eso necesita únicamente 30 minutos.
En cuanto termina la thermomix, colocáis la mermelada en los tarros esterilizados y tapáis asegurándoos bien de que queden bien cerrados. Ponéis los botes boca abajo, y los teneis en esa posición durante al menos 24 horas. Mermelada lista!
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