jueves, 5 de octubre de 2023

PULPO A FEIRA


El popular pulpo á feira, estandarte de la gastronomía gallega, es en realidad una receta de origen maragato. Cuando en España se descubrió que el pimentón servía para conservar la matanza, Galicia se revolucionó y durante los meses estivales había una caravana continua de recuas de arrieros maragatos que traían el milagroso conservante por la ruta de la plata desde la lejana Extremadura, y con él, otro preciado tesoro, el aceite de oliva.

Los maragatos (de La Maragatería, provincia de León) adquirían casi de balde el pulpo seco que los gallegos despreciaban y en su deambular lo rehidrataban y mezclaban con el aceite de oliva y el pimentón extremeños con los que comerciaban. 

Tiempo después, los gallegos empezaron a apreciar el invento y lo incorporaron como condumio de sus fiestas, ferias y romerías, otorgándole la denominación de «polbo á feira» o pulpo á feira

El plato consiste en pulpo limpio de sus vísceras y que es cocido entero durante algún tiempo (preferiblemente en una olla de cobre, aunque generalmente no es posible y lo haremos en una cazuela amplia) con el objeto de ablandar su carne, lo mejor es congelarlo unos días antes con el objeto de ablandar el nervio, otras se hace golpeándolo varias veces contra una superficie.

Por regla general el "cocido" del pulpo se hace tres veces, es decir se introduce en agua hirviendo durante escasos segundos y se saca, así tres veces.

A esta técnica se la denomina "asustar" y ayuda a que conserve su piel una vez que esté cocido. Luego se deja cocinar en el agua hirviendo durante una cantidad de tiempo determinada según el origen del pulpo y su peso.

El pulpo bien cocido conserva todavía su piel, por esta razón se le deja reposar al aire un cuarto de hora antes de ser servido.

Ingredientes

1 pulpo
1 cebolla
Sal gruesa
Aceite de oliva virgen
Pimentón picante

Elaboración

Como he dicho, vamos a necesitar una cazuela grande para cocer el pulpo. La llenamos de agua, y le agregamos la cebolla pelada. Sin echarle sal, la dejamos al fuego hasta que hierva.

Una vez llegue a ebullición, agarramos el pulpo por la cabeza y lo sumergimos tres veces seguidas en el agua hirviendo, así conseguiremos que no se pele.

Lo cocemos a fuego medio alto durante unos 45 minutos. Lo pinchamos de vez en cuando para saber cómo va el grado de cocción.

Una vez cocido, lo dejamos en la olla con el agua caliente hasta el momento en que vamos a servirlo.
Lo troceamos con unas tijeras, y lo salamos con sal gorda, espolvoreándolo con pimentón y rociándolo con un poco de aceite de oliva virgen.

Yo utilizo un truco para saber cuándo el pulpo está en su perfecto estado de cocción, y es meter una patata con piel dentro de la olla.

Cuando la patata esté cocida, lo estará el pulpo. Os aconsejo servirlo templadito y a ser posible en plato de madera para apreciar más su sabor, aunque yo lo he puesto en una normal, porque mi plato de madera es pequeño.

Lo acompañaremos con patatas cocidas en la misma agua de cocción del pulpo, con una hojita de laurel.

Para presentar el plato pelamos las patatas y las cortamos en rodajas gruesas, colocándolas de forma ordenada y aliñamos con aceite de oliva, sal y pimentón. Troceamos el pulpo con las tijeras y lo vamos colocando sobre las patatas y lo aliñamos exactamente igual que hemos hecho con las patatas.

A nosotros nos gusta templadito y lo disfrutamos mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario