lunes, 9 de octubre de 2023

ROSQUILLAS DE SARTEN DE MI MADRE, EN THERMOMIX


En casa suelo hacer distintos tipos de pastas, bollería o fritos tradicionales que se conserven bien en latas herméticas para tener siempre a la hora del café.

Sin lugar a dudas, lo que más éxito tiene, son las rosquillas fritas que hago con la receta de mi madre AQUI, suelen terminarse rápidamente porque hago 2 huevos cada vez y salen más o menos 40 rosquillas.

Hoy sin embargo, pensé que era hora de "empantanar" más tiempo la cocina y preparé 4 huevos.

La cuestión es que me voy haciendo más cómoda y he probado a utilizar la thermomix para amasar en lugar de hacerlo con las manos como he hecho siempre, y han salido muy ricas.

Diré que con esta receta, siempre me salto la norma de que, en repostería, todo debe hacerse con las medidas en gramos para que salga perfecto, y he seguido utilizando las medidas que aprendí de mi madre.

Su unidad de medida era la cuchara sopera. Claro está, no todas las cucharas soperas tienen el mismo tamaño, de hecho, yo siempre utilizo una más bien pequeña para comer, mientras que para el resto, utilizo una un poco más grande. Por tanto, la cantidad de harina siempre será proporcional  a los gramos de los ingredientes que lleve la cuchara que utilicemos. Yo he puesto los que necesité y la próxima vez que las haga, para facilitar las cosas pesaré y pondré los gramos de cada ingrediente que he utilizado.

El secreto de estas rosquillas está en conseguir una masa manejable que no se pegue a las manos, por tanto, usando la medida de la cucharada sopera grande como la mía, y los huevos grandes de 73 gramos, la cantidad de harina y de levadura va a ser considerablemente mayor.

Si es la primera vez que las hacéis, mi consejo es que agreguéis la harina poco a poco, e incluso, si vuestra thermomix es como la mía el modelo 31, (mientras funcione, me niego a cambiarla, porque estoy encantada con ella), tiene menos capacidad que los últimos modelos, así que yo he terminado el amasado a mano.

Si os preguntáis cómo saber cuando la masa está bien hecha, mi madre me enseñó un truco: cuando veáis que empieza a no pegarse a las manos, metéis el dedo índice en la masa, si no se pega y el hueco que hace el dedo, se cierra de inmediato, es el momento de dejar de agregar harina.

Y tras este preámbulo en el que cuento los trucos de medidas y lo que me enseñó mi madre, vamos con los ingredientes que yo he utilizado.

Ingredientes

4 huevos de 73 g
12 cucharadas soperas grandes de azúcar
12 cucharadas soperas grandes de aguardiente
12 cucharadas soperas grandes de aceite de oliva suave (se puede utilizar de girasol, pero a mi, me gusta menos en estas rosquillas.
20 g de levadura química (utilizo Royal)
1 pizca de sal.
800 g de harina (*)

Elaboración en Thermomix

Pesamos la harina y la tamizamos junto a la levadura y la sal. Reservamos.

Ponemos en el vaso el azúcar y la trituramos, en velocidad 5/7/10.

Sin limpiar el vaso, agregamos los huevos, el aguardiente y el aceite de oliva. Programamos10 segundos a velocidad 6.

Agregamos la mitad de la harina y mezclamos 8 segundos a velocidad 6. Echamos la harina restante, reservándonos unos 50 g aproximadamente y programamos 15 segundos a velocidad 6.

Añadimos los 50 g reservados y programamos 30 segundos, vaso cerrado y velocidad espiga.

Comprobamos si la masa esta hecha (la mia estaba muy blanda y muy pegajosa), pero mi modelo de thermomix, no admitía más harina aunque la masa no estaba en su punto.

Pesé 50 g más de harina, y la extendí sobre la mesa de trabajo, volqué la masa sobre ella y continué amasando con las manos. No necesité más que 30 g. más de harina y un par de minutos de amasado.

La coloqué en un bol tapado con papel film y la he tenido en reposo unas dos horas.

Cubrí la zona de trabajo con papel de aluminio que espolvoreé ligeramente con harina, y formé las rosquillas. Hay más formas de hacerlo, pero yo las hago enharinándome levemente las manos, tomo porciones del tamaño de una nuez hago un rulo y luego las pego por los extremos.

Para freírlas es preferible utilizar una sartén pequeña,  que no entren más que 4 o 5, y el fuego medio, de manera que la aceite conserve siempre la misma temperatura y las rosquillas se hagan por dentro sin dorarse excesivamente por fuera.

Lo ideal, es que al meterlas en la sartén, la rosquilla se abra ligeramente, eso significa que tiene buen punto de harina y de levadura y que vuestra masa es correcta. Las nuestras han salido muy ricas.

Como véis por la imagen las he guardado en latas sobre papel absorbente para que se conserven mejor.

(*) Tened en cuenta también que no todas las harinas funcionan de la misma forma, dependen mucho de la cantidad de proteína que tenga, no todas las harinas tienen las mismas aplicaciones, por ejemplo cuando hacemos pan, entre más proteína tenga, mejor pan tendremos. En este caso he utilizado harina de trigo de todo uso de Mercadona.





                    

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