A mi personalmente me encanta la bollería, un buen croissant, un brioche o un suizo son un lujo que uno no se puede permitir todos los días, pero si ocasionalmente. Lo bueno de estos bollos, es que además de extremadamente fáciles de hacer, llevan muy poca mantequilla y poca azúcar y sin embargo, resultan al paladar como un algodón suave con un sabor inolvidable.
Ingredientes
200 ml de leche tibia
100 ml de agua tibia
60 ml de aceite de girasol
3 huevos
2 cucharadas de azúcar
10 gr de levadura seca de panadería
570 gr de harina
200 ml de leche tibia
100 ml de agua tibia
60 ml de aceite de girasol
3 huevos
2 cucharadas de azúcar
10 gr de levadura seca de panadería
570 gr de harina
1 cucharadita de sal
30 gr de mantequilla a temperatura ambiente
Para la terminación de los bollos
Unos 5 gr de mantequilla blanda
Las 2 yemas y la clara restantes
Unas semillas de sésamo
Elaboración
En un bol mezclamos la leche tibia, el agua, el aceite de girasol, el azúcar, la levadura seca de panadería y 2 claras de huevo, una yema (nos reservamos el otro huevo y la yema restante para el final) es decir, todos los ingredientes a excepción de la harina y la sal.
Elaboración
En un bol mezclamos la leche tibia, el agua, el aceite de girasol, el azúcar, la levadura seca de panadería y 2 claras de huevo, una yema (nos reservamos el otro huevo y la yema restante para el final) es decir, todos los ingredientes a excepción de la harina y la sal.
Mezclamos todo bien hasta que se hayan integrado todos estos ingredientes y empezamos a añadir la harina que habremos tamizado previamente, poco a poco, al principio con ayuda de una espátula y cuando la masa vaya tomando cuerpo, comenzamos a amasar tranquilamente con las manos hasta conseguir una masa homogénea y de aspecto fino.
En cuanto hayamos conseguido este paso añadimos la sal esparciéndola sobre la masa y la mantequilla a temperatura ambiente, que esté más bien blandita. Con los dedos vamos incorporando tanto la sal como la mantequilla a la masa, como si hiciéramos puñados con la masa, apretando con suavidad, de forma que se integre totalmente la mantequilla.
Una vez incorporada la mantequilla seguimos amasando como haríamos con cualquier otra masa, hasta conseguir una masa lisa.
Tapamos el bol en que estamos amasando y ajustamos bien la tapa. La dejamos fermentar al menos durante una hora.
Tapamos el bol en que estamos amasando y ajustamos bien la tapa. La dejamos fermentar al menos durante una hora.
Una vez pasado el tiempo, comprobaréis que la masa ha fermentado y ha aumentado de tamaño considerablemente. La recogemos desde fuera hacia adentro como si tomáramos un pétalo hacia el centro de la masa. Amasamos un poco más, y empezamos a dividir la masa, tomando porciones del tamaño de una mandarina aproximadamente, tal como si formáramos una albóndiga.
Yo la dividí en 12 bolas, pero creo que en 14 porciones sería mejor porque tanto durante la segunda fermentación como durante la cocción aumentan de tamaño, y como podéis ver en las fotos del paso a paso, se pegaron unos bollos a otros.
Enharinamos la superficie de trabajo muy levemente, y también el rodillo con que vamos a trabajar. Insisto, que la harina sirva únicamente para facilitarnos el trabajo, pero que no incorporemos a la masa más harina.
Vamos tomando las bolas una a una y estiramos primero la masa un poco con la mano y luego con el rodillo de forma que dejemos la masa de forma alargada, como si fuera una plantilla.
Con ayuda de un pincel de silicona, pintamos la porción estirada con un poco de los 5 gr de mantequilla que, a tal fin, tenemos para la terminación (fijaos en el paso a paso).
A continuación, y con un corta pizzas hacemos varios cortes paralelos y procedemos a enrollarlos en diagonal, unimos los dos extremos simulando que hacemos una rosquilla, y los vamos colocando en la bandeja de horno, en el que previamente hemos colocado un papel de hornear.
Cuando hayamos terminado de hacer los bollos en forma de rosquillas, tapamos con un paño y dejamos fermentar de nuevo, al menos media hora.
Batimos el huevo y la yema restante y vamos pintando uno a uno los bollitos. Esparcimos un poco de sésamo por encima.
Introducimos en horno precalentado a 185º durante 25 minutos. Vigilad el horno a partir de los 20 minutos, cada horno es un mundo y es posible que alguien pueda necesitar más o menos tiempo.
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