Si hay un entrante en días de fiesta que jamás falta en casa es éste. Podemos poner pulpo, jamón serrano, cecina, patés y todos los embutidos habituales de León y tener la mesa a rebosar de entrantes, pero los rollitos se terminan siempre.
Son tan fáciles de hacer, que unido al éxito que tienen, hace que siempre estén presentes.
Para hacerlo no necesitáis nada más que unos minutos.
Al comprar el jamón york, yo suelo comprar el de Campofrío o el de Ferrarini, podéis elegir el que más os guste de los que conocéis, pero siempre advirtiendo al charcutero que os corte las lonchas un poco más gruesas de lo normal para evitar que al enrollarlos se rompan.
El procedimiento no puede ser más sencillo: extendéis la loncha de jamón, colocáis al inicio de una loncha una porción de huevo hilado por la parte más estrecha de la loncha, sin quedaros cortos con el huevo, simplemente enrolláis y vais colocando en una bandeja.
Si vais a consumir inmediatamente no será necesario, pero si tardáis un rato, es conveniente cubrirlos con un papel film para evitar que se sequen. Espero que os gusten tanto como a nosotros.
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