Ingredientes para 3 personas
Sal
Aceite de oliva extra
1 cebolla pequeña
2 dientes de ajo
1/2 pimiento verde
1 zanahoria
75 ml de vino blanco
1 cucharadita de tomate concentrado
Unas hebras de azafrán
3 tazas de café de arroz redondo
100 g de guisantes (opcional)
caldo de pollo (yo pongo 3 tazas de caldo por 1 de arroz)
Elaboración
Comenzamos salando el pollo troceado. Lo
sofreímos a fuego medio en una cazuela ancha con una lámina de aceite de oliva
virgen extra, girando los trozos de pollo hasta que estén bien dorados por
todas partes y al pincharlos el jugo salga transparente. Retiramos a un plato y
reservamos.
Debemos tener en cuenta que si ponemos muslitos enteros, aunque los sofríamos bien, no se harán por dentro, por eso al momento de calentar el caldo para el arroz, debemos dejar cocer un ratito los muslos hasta que veamos que están hechos por dentro. Yo lo he hecho con muslos y en otra ocasión con trozos de pechuga que se hicieron perfectamente sin cocerlos previamente, por lo que os recomiendo que para evitar ese paso de cocerlos con el caldo del arroz, simplemente pongáis pollo troceado
Mientras se hace el pollo, picamos muy finamente 1 cebolla y
2 dientes de ajo, y troceamos en cubitos ½ pimiento verde y 1 zanahoria grande.
Sofreímos las hortalizas en la cazuela con el mismo aceite
de dorar el pollo, empezando por la cebolla y el ajo. Cuando estén
translúcidos, añadimos el pimiento y la zanahoria y los rehogamos hasta que
empiecen a ablandarse.
Mezclamos el vino blanco con 1 cucharadita de tomate
concentrado y unas hebras de azafrán. Lo añadimos a la cacerola y subimos el
fuego, removiendo hasta que se evapore el líquido.
Agregamos entonces 400 g de arroz redondo, bajamos el fuego
a temperatura media y removemos durante un par de minutos, hasta que el arroz
presente un aspecto nacarado.
Devolvemos el pollo a la cazuela junto con los100 g de
guisantes congelados si los ponemos y el de caldo de pollo bien caliente. Removemos lo
justo para que se mezcle todo bien, ajustamos de sal y en cuanto empiece a
hervir bajamos el fuego.
Mantenemos el hervor sin remover durante 15 minutos,
comprobando de vez en cuando si el arroz está demasiado seco. En ese caso,
añadimos un vasito más de caldo o agua caliente. Transcurrido el tiempo de
cocción, probamos el punto del arroz. Si lo notamos demasiado duro, lo dejamos
al fuego uno o dos minutos más. Si el arroz está al dente, lo retiramos y lo
dejamos reposar tapado con un paño limpio durante unos 5 minutos.
Tras el reposo, espolvoreamos el arroz con un poco de
perejil fresco picado.
Servimos el arroz inmediatamente.





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