Me encantan todas las mousses. Si las hacemos ligeras y fresquitas, son un postre ideal y no da sensación de plenitud como otros postres dulces.
Que nadie imagine que esta mousse tiene nada que ver con la espuma de fresa de todas las clases de thermomix, es infinitamente más rica y tiene otra textura totalmente diferente, con la ventaja de que, además, de un día para otro gana y no es necesaria la thermomix para su elaboración.
La receta es para fresas frescas, pero yo la hice con fresas congeladas de las que he ido guardando de las que hemos recogido del huerto y no podíamos comer cada día. Este año la cosecha ha sido abundante. Creo que se podría hacer con cualquier fruta utilizando gelatina en polvo (no sirve en láminas), yo estoy pensando en hacerla de melocotón, por ejemplo, o de piña.
Ingredientes
1 sobre de gelatina de fresa
1 yogur griego azucarado (como no tenía puse 1 yogur y medio del vitalínea cremoso, porque el envase es más pequeño que el del yogur griego, quedó buenísima)
200 gr de fresas aproximadamente
1 vaso de agua
Algunas fresas más para adornar (como no es tiempo de fresas, puse una mora y hierbabuena)
Azúcar glasé (opcional, yo no puse)
Elaboración
Preparamos la gelatina siguiendo las instrucciones del fabricante, pero poniendo la mitad del agua recomendada.
Ponemos a hervir medio vaso de agua, disolvemos (removiendo muy bien) los polvos de gelatina en ella y a continuación añadimos otro medio vaso de agua fría ; volviendo a remover, hasta que la gelatina quede totalmente disuelta.
Ponemos la gelatina en un bol o ensaladera grande, para que cuaje antes, y lo dejamos en la nevera una hora.
Pasada la hora, lavamos las fresas, las limpiamos bien, las escurrimos, partimos y ponemos en el vaso de la batidora junto con el yogur. Batimos y reservamos.
Con la ayuda de una batidora de varillas, batimos la gelatina rápido para que entre aire y quede con burbujas.
Batimos hasta que quede cremosa y haya doblado su volumen; ese es el momento de añadir las fresas y el yogur triturado. Batimos un minuto para que se integre todo bien.
Servimos en cuencos y dejamos en el frigorífico al menos una hora, hasta que cuaje. Yo saqué la foto antes de tiempo, porque íbamos a comer y se ve menos cuajada, pero cuando llegó el momento del postre estaba en su punto.
Que nadie imagine que esta mousse tiene nada que ver con la espuma de fresa de todas las clases de thermomix, es infinitamente más rica y tiene otra textura totalmente diferente, con la ventaja de que, además, de un día para otro gana y no es necesaria la thermomix para su elaboración.
La receta es para fresas frescas, pero yo la hice con fresas congeladas de las que he ido guardando de las que hemos recogido del huerto y no podíamos comer cada día. Este año la cosecha ha sido abundante. Creo que se podría hacer con cualquier fruta utilizando gelatina en polvo (no sirve en láminas), yo estoy pensando en hacerla de melocotón, por ejemplo, o de piña.
Ingredientes
1 sobre de gelatina de fresa
1 yogur griego azucarado (como no tenía puse 1 yogur y medio del vitalínea cremoso, porque el envase es más pequeño que el del yogur griego, quedó buenísima)
200 gr de fresas aproximadamente
1 vaso de agua
Algunas fresas más para adornar (como no es tiempo de fresas, puse una mora y hierbabuena)
Azúcar glasé (opcional, yo no puse)
Elaboración
Preparamos la gelatina siguiendo las instrucciones del fabricante, pero poniendo la mitad del agua recomendada.
Ponemos a hervir medio vaso de agua, disolvemos (removiendo muy bien) los polvos de gelatina en ella y a continuación añadimos otro medio vaso de agua fría ; volviendo a remover, hasta que la gelatina quede totalmente disuelta.
Ponemos la gelatina en un bol o ensaladera grande, para que cuaje antes, y lo dejamos en la nevera una hora.
Pasada la hora, lavamos las fresas, las limpiamos bien, las escurrimos, partimos y ponemos en el vaso de la batidora junto con el yogur. Batimos y reservamos.
Con la ayuda de una batidora de varillas, batimos la gelatina rápido para que entre aire y quede con burbujas.
Batimos hasta que quede cremosa y haya doblado su volumen; ese es el momento de añadir las fresas y el yogur triturado. Batimos un minuto para que se integre todo bien.
Servimos en cuencos y dejamos en el frigorífico al menos una hora, hasta que cuaje. Yo saqué la foto antes de tiempo, porque íbamos a comer y se ve menos cuajada, pero cuando llegó el momento del postre estaba en su punto.
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